Por
Daniel Chaves
Nadie ignora que La Matanza es el municipio
más populoso de la provincia de Buenos Aires, uno de los mayores en densidad de
habitante por Km2, y con dramáticas contradicciones y brechas socioeconómicas
entre varias de sus ciudades.
Otrora, se trató de uno de los más
destacados polos industriales, donde la metalurgia, el calzado o el rubro
textil supieron brillar y emplear a miles de vecinos del citado distrito y
regiones aledañas.
La catástrofe de los 90 a escala nacional
golpeó duro a la clase obrera y sectores medios matanceros, cerrando miles (sí,
miles) de fábricas y pauperizando la condición de vida de algunos centenares de
miles de hombres y mujeres, hasta niveles desesperantes.
Una lenta aunque paulatina y promisoria
reactivación vino a recuperar una parte de toda la ruina en la cual nos habían
sumergido las políticas neoliberales. Esto se dio como consecuencia de la
reactivación general del país desde el 2003 en adelante, acompañado por aceptables
gestiones municipales, sin dudas, las mejores de los últimos 20 años.
En diciembre pasado y con la presencia de
nuestro secretario general, Néstor Gorojovsky, los socialistas nacionales y
bolivarianos del partido Patria y Pueblo nos reunimos en Villa Madero para
lanzar esta fuerza en el plano local, a los fines de contribuir –desde un apoyo
siempre crítico y nunca obsecuente- a la profundización y radicalización de los
logros hasta ahora concretados, desde nuestra absoluta independencia organizativa,
apoyando al Frente Nacional en construcción y que en nuestros días se viene
debilitando producto de pujas internas inconducentes cuando lo que realmente
está en juego es el crecimiento de la Nación. Y desde nuestra firme convicción
de que la unidad del Movimiento Obrero Organizado es una de las mayores
garantías para enfrentar y vencer en forma duradera a las fuerzas del
establishment, constituidos aquellos en Cabeza Conductora del Movimiento
Nacional.
Aportamos en este camino rumbo a la
liberación nacional y latinoamericana desde nuestro trabajo barrial, sabiendo
que la tarea esencial para devolverle la dignidad plena a miles de familias en
La Matanza y por doquier, está regida por la necesidad de lograr una fuerte
reindustrialización en la región. Para lo cual, desde el plano Nacional
consideramos que más temprano que tarde se deberá nacionalizar la renta
agraria, principal fuente de recursos de nuestro país, a los fines de solventar
con dichos recursos, entre otras problemáticas, la recuperación de miles de
fuentes de trabajo dignos -y registrados-, en estas zonas urbanas, donde aún
pululan puertas y portones cerrados de viejos establecimientos que es de vital
importancia recuperar. Hacia ese rumbo apuntamos en primer término. En esa
dirección nos encontrarán apoyando resueltamente.
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