Por: Arq. Rubén Pascolini
Ex Secretario Nacional de Acceso al Hábitat
Me
parece que en esta etapa es importante debatir la forma que debe asumir el
Estado en el futuro, en general, y por supuesto también en el hábitat;
entendiendo que existe una dialéctica entre el Estado como expresión de las
relaciones de fuerza de una sociedad y el papel que le reservamos, en cuanto
herramienta fundamental para avanzar en la construcción de una sociedad cada
vez más justa y equilibrada; dirigentes muy importantes del proyecto nacional,
popular y democrático hablan de reformar y otros hablan de ir por una Nueva
Constitución y un Nuevo Estado.
Las
políticas públicas en general, y por lo tanto las de hábitat en particular,
forman parte de esa lucha de intereses y de ideas e inciden en el proceso
económico y social, ya sea para mantener situaciones de injusticia y exclusión
o para transformarlas en beneficio se los sectores excluidos y de una mejor
distribución de la renta nacional.
Las
políticas de hábitat (de construcción del medio construido) estuvieron
dirigidas en la primera etapa del período 2003/2015 a favorecer al trabajo y a
la producción, a través de la capacidad reactivadora de la industria de la
construcción, promoviendo simultáneamente inclusión y promoción de formas
alternativas propias de la economía social.
Néstor
Kirchner cuando anunció el Programa Techo y Trabajo que significaba eso, hacer
“techos” y generar “trabajo” para argentinas y argentinos desocupados
organizados en cooperativas de trabajo dijo homenajeando a esas y esos
compatriotas “ESTA ES LA ARGENTINA PROFUNDA….ESTOS SON LOS ARGENTINOS DE CARNE
Y HUESO QUE PUSIERON LA ESPALDA Y EL PECHO A LA POBREZA A LA QUE NOS HAN
SOMETIDOS, AL VACIAMIENTO Y AL SAQUEO DE LA PATRIA. SON LOS ARGENTINOS Y
ARGENTINAS QUE QUIEREN SER PARTE ACTIVA DE LA ARGENTINA, QUE QUIEREN QUE LA
BANDERA CELESTE Y BLANCA DE UNA VEZ POR TODAS LOS COBIJE A ELLOS Y A SUS HIJOS
COMO PARTE ACTIVA DEL CORAZÓN DE LA NACIÓN”.
En
el periodo 2003/2015 progresivamente se fue cambiando la matriz de la inversión
pública para alcanzar una Argentina equilibrada, sustentable y socialmente
justa; así es que en el 2004 se define a la Planificación Territorial como
Política de Estado y en el 2008 se produce el documento ARGENTINA 2016:
POLÍTICA Y ESTRATEGIA NACIONAL DE DESARROLLO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL
determinándose principios rectores de la política y estrategia nacional de
desarrollo y ordenamiento territorial: 1. se reconoce el derecho de todos los
habitantes del suelo argentino a tener garantizadas buenas condiciones para
vivir y desarrollar sus actividades productivas con independencia de su lugar
de residencia. 2. Se establece la necesidad de construir un Estado sólido capaz
de prever las demandas de inversión en el territorio.
En
ese ciclo se desarrollaron políticas habitacionales iniciadas por Néstor
Kirchner y continuadas por Cristina Fernández, a través de los cuales se
generaron 1.204.580 soluciones habitacionales (Programa federal TECHO Y
TRABAJO, PROMEBA, ROSARIO HABITAT, CARITAS, los programas federales de
construcción de vivienda I y II TECHO DIGNO, el de URBANIZACIÓN DE VILLAS Y
ASENTAMIENTOS).
El
programa PRO.CRE.AR a través de una intervención diversificada se propuso
entregar 400.000 créditos hipotecarios y puso en marcha 194 mil viviendas con
una inversión del Estado de 100 mil millones de pesos, se finalizaron 115 mil
casas y están en ejecución casi 30 mil viviendas en desarrollos urbanísticos.
A
través del decreto 1382/12 se instituyó un gran Banco de Inmuebles del E.N.A.,
el AABE (se puso a disposición del organismo los inmuebles del FFCC no
concesionados y de las Fuerzas Armadas) para organizar la administración de los
Bienes del Estado. Posteriormente la resolución 1416/13 le otorgó al AABE
nuevas facultades para desafectar inmuebles disponer de manera directa de una
vasta cantidad de propiedades y tomar el control de la actividad inmobiliaria
estatal.
En
el 2011 la Ley 26.737 fue la respuesta promovida por el Gobierno de Cristina,
por un lado al escenario internacional de “acaparamiento de tierras” y por el
otro a la “extranjerización”, que junto con la concentración, la dificultad de
las poblaciones en el acceso al dominio de las tierras, la insuficiente
infraestructura y equipamiento para la residencia y la producción y el maltrato
del suelo productivo, son los problemas estructurales de la tierra rural en la
Argentina.
El
P.E. Nacional elaboró un proyecto de ley de ordenamiento territorial que
pretendía establecer los presupuestos mínimos del ordenamiento territorial para
el desarrollo sustentable, territorialmente equilibrado y socialmente justo, a través
de la regulación del uso del Suelo como recurso natural, económico y social, de
la localización condicionada de las actividades
antrópicas. Fue denunciado por “comunista” porque proponía que el Estado
recuperara la valorización que genera la inversión pública.
En
los ocho años de vigencia de la ley 26.160, la ley que instrumentó el
reconocimiento constitucional de la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente
ocupan
los pueblos originarios, fueron relevadas más de cinco millones de hectáreas,
ocupadas por más de quinientas comunidades indígenas.
La
autoridad política de la entonces Presidenta Cristina posibilitó en la
Provincia de Buenos Aires que se apruebe y se reglamente la Ley 14.449,
producto del esfuerzo colectivo y cuyos principios jurídicos son el derecho a
la ciudad y a la vivienda, la función social de la propiedad, la distribución
equitativa de las cargas impositivas y la gestión democrática de la ciudad.
La
creación en el año 2014 de la Secretaría Nacional de Acceso al Hábitat
significó el reconocimiento por parte del entonces Gobierno Nacional de la
necesidad de intervención integral e integrada en la problemática múltiple y
diversa del déficit habitacional.
Creo
que en el futuro entre otros grandes temas, debería encontrarnos resolviendo el
desafío de considerar al derecho de propiedad en un sentido más amplio que
incluya las responsabilidades que genera ese derecho y que contenga además,
como concepto fundamental el principio de solidaridad y de responsabilidad.
El
Proyecto Nacional Popular y Democrático reivindica que el ESTADO debe ser un
protagonista fundamental en la empresa de igualar, equilibrar equiparar,
interviniendo con un carácter activo y regulador a favor de los más humildes y
de los excluidos en pos de construir un país para todos.
Insisto
en que si acordamos que el ESTADO y por lo tanto las políticas públicas son
expresión de las relaciones de poder y correlación de fuerzas sociopolíticas,
debemos trabajar por más organización y más conciencia que fortalezca en
términos materiales pero también organizativos a los que habitan en regiones
empobrecidas y que son forzados a migrar, a los que no tienen viviendas, a los
que no pueden acceder al suelo urbano, a la población en situación de calle, a
los que viven hacinados, a los que habitan en la informalidad dominial, a los
que no tienen los servicios básicos, a los que viven a varias horas de su
trabajo, a los que alquilan.
A
los pobres y excluidos, pero también a los sectores medios, que tienen
objetivamente intereses comunes a los esos sectores del trabajo y del pueblo,
pero que subjetivamente quedan del otro lado, de los poderosos, de los grandes
propietarios.
Es
decir que cada vez que el ESTADO intervenga limitando el derecho de propiedad (determinando áreas con exclusividad
o prioridad de compra por parte del Estado, limitando la posibilidad de
comercialización de inmuebles provistos por el Estado con un fin social), castigando fiscalmente tierras ociosas
(adquisición forzosa de inmuebles inactivos habiendo previamente determinado la
situación de abandono, posteriormente ocupando el bien de acuerdo a los
procedimientos correspondientes y desarrollo de las acciones judiciales
apropiados), reteniendo y
distribuyendo rentas extraordinarias, apropiándose
para el conjunto de la sociedad de plusvalías urbanas o rurales, se interponga en el proceso de
concentración y extranjerización u otros mecanismos encuentre a amplio
sectores de la población apoyando esas decisiones.
Quiero
subrayar también que las asimetrías, inequidades, tensiones, conflictos,
propios del hábitat (concepción amplia, vivienda, equipamiento, barrio, ciudad,
región, país, mundo) no se resuelven a través de la política tradicional porque
son una incomodidad. La política como la entendemos nosotros es conflicto. La
representación gremial, política y social de las asimetrías, inequidades,
tensiones, conflictos, propios del hábitat implica hacerse cargo de respuestas
que se construyen en distintas escalas, espaciales geográficas, temporales,
políticas.
La
representación política de esas tensiones debe ir “desnaturalizando” esa
realidad que se pretende transformar construyendo acuerdos entre los sectores
de la comunidad que tienen intereses comunes a partir de la convicción de que
no se resuelven solamente con decisión política, “desde arriba”, “por decreto”,
es decir que hay que construir acuerdos sociales opuestos a los que
habitualmente produce el orden a través de sus usinas de ideas.
El
proyecto político que represente la resolución progresiva de esas tensiones
debe estar consciente de que hay que redistribuir recursos, hay que subsidiar
áreas y sectores; y fundamentalmente hay que planificar incorporando a los
objetivos principales y secundarios, el factor tiempo, los recursos necesarios
y la participación de la comunidad organizada y consciente pero con el sentido
que le da un proyecto político.
Esto
no se hace haciendo la plancha, pero tampoco se hace solamente con la voluntad
de quien gobierna.
Por
esto es que me parece fundamental construir nuevos acuerdos sociales entre los
sectores sociales que tienen principales intereses comunes, construir nuevas
mayorías, a través del Frente Ciudadano, nuevas mayorías profundizando la politización de nuestro
pueblo, compartiendo experiencias y reflexiones sobre lo que le conviene a la
mayoría de los argentinos si queremos volver mejor y construir definitivamente
una patria para todos.
Pascolini como siempre dando una versión sesgada e interesada del problema del Hábitat y el suelo urbano...Cuanto es el déficit de viviendas? Que porcentaje solucionó. Cuanto fue el Presupuesto in rtido n 12 años? Saquen la cuenta cuanto salió cada vivienda...
ResponderEliminarPascolini como siempre dando una versión sesgada e interesada del problema del Hábitat y el suelo urbano...Cuanto es el déficit de viviendas? Que porcentaje solucionó. Cuanto fue el Presupuesto in rtido n 12 años? Saquen la cuenta cuanto salió cada vivienda...
ResponderEliminarEn mis casi 47 años de vida vi con mis propios ojos como miles de familias pudieron llegar a su vivienda gracias al PROCREAR. Familiares directos, amigos y muchos conocidos hoy tienen su vivienda. Y ni hablar la cantidad de trabajo que eso generó. El plan del actual gobierno derrumbó de un plumazo todo lo que se venía haciendo incumpliendo su promesa de que la vivienda era una prioridad. Para acceder hoy a un crédito para comprar una vivienda tenes que ser casi millonario. Y si a eso le sumamos la tremenda devaluación que hicieron de nuestros salarios, más los tarifazos y la inflación, llegar a tener un techo propio es un sueño casi imposible para miles de familias. No vamos a bajar los brazos nunca, los poderes económicos podran hoy ser los dueños del rumbo del país, pero cuando un pueblo sueña y ese sueño es colectivo, tarde o temprano será una realidad. No tengo dudas de eso.
ResponderEliminarMuchos hablan de presupuestos, costos, ¿ cuanto fue lo que solucionó el otro ?, pero la realidad, en mis 63 años de vida, es que la mayoría de los que plantean eso, son los que jamás han hecho algo por los demás... No creo que sea casualidad que el "plan económico" que desarrolla la actual gestión sea coincidente con los 12 puntos del plan dictatorial de Martinez de Hoz (1. Eliminación de controles de precios 2. Eliminación de controles cambiarios; 3. Liberación del comercio exterior; 4. Libertad de exportación a través de la eliminación de impuestos; 5. Libertad de importar, eliminando todo tipo de prohibiciones; 6. Liberación de las tasas de interés y reforma financiera;7. Liberación de controles a los alquileres;8. Eliminación de las tarifas políticas de los servicios públicos;9. Eliminación de subsidios;10. Libertad de contratación de los salarios;11. Libertad para las inversiones extranjeras bajo reglas justas y sanas;12. Libertad para la transferencia de tecnología), prolongado hacia los 90s, y así nos fue...
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