Por:
Luis Furio
Declaración de los Derechos del
Trabajador realizado por el Gobierno del General Juan Domingo Perón el día 7 de
Marzo de 1947. Esta declaración constituye un hito fundamental en la lucha de
los trabajadores argentinos por la Justicia Social, definiendo con claridad los
derechos sociales que son inherentes a toda persona humana y no el producto de
acuerdos o circunstancias coyunturales.
Es bueno plantearse el marco nacional e internacional que rodeó a esa
declaración. En la Argentina fue la lógica consecuencia del Proceso
Revolucionario iniciado en 1943, consolidado a partir de la histórica
movilización popular del 17 de Octubre de 1945, y el triunfo electoral del 24
de febrero de 1946. A partir de la irrupción de Perón en la Secretaria de
Trabajo y Previsión, los trabajadores comienzan a avanzar en el logro de sus
derechos. Por otra parte, la creciente industrialización genera un crecimiento
geométrico de las organizaciones sindicales que adhieren fervorosamente a ese
proyecto revolucionario conducido por Perón y Evita. Los trabajadores pasan de
la explotación a ser sujetos de derechos civiles, políticos y sociales,
mientras la Justicia Social es la piedra angular de la Argentina Justa, libre y
Soberana que, pujante, enfrenta la codicia de los imperialismos y a través de
la tercera posición fija una concepción geopolítica e ideológica para la
realización de todo el Pueblo Argentino. La justicia Social es el complemento
lógico de la política de desarrollo económico que pone todas las fuerzas
productivas en su máxima expresión, mientras el Estado Nacional garantiza con
sus políticas de nacionalización, el crecimiento económico que es redistribuido
equitativamente entre todos los ciudadanos, haciendo realidad el apotegma de
“La felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Patria”.
Recordar este hecho histórico a 69 años de su proclamación es
trascendental en un tiempo en que la Argentina reconstruye, su proyecto de País
y los trabajadores planteamos la recuperación de los derechos vulnerados. En
este histórico proceso de integración Latinoamericana, esos derechos
constituyen un aporte trascendente por parte del Movimiento Obrero Argentino a
la unidad de los trabajadores y de los pueblos. Recuperando junto a la
propuesta de la lucha por la liberación la mística de San Martín, Rosas y Perón.
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