Por
Daniel Chaves
Esta novena edición de Huellas Matanceras
llega con lanzamiento incluido de nuestro Grupo de Pensamiento Nacional.
Además, ampliamos el panorama analítico hacia el plano internacional, sin
descuidar ciertas críticas categóricas al –por ahora- principal representante
político del establishment en nuestro país. Pero también destacamos propuestas
tendientes a fortalecer la malvinización de la conciencia colectiva en
territorio bonaerense, entre tanto proseguimos aportando a la difusión de esa
“otra realidad” informativa, precisamente la que suele ser ocultada por los
grandes medios masivos de “confusión”… es decir, aquellos hechos concretos que
son ignorados deliberada y canallescamente por tratarse de nobles luchas y
logros de grupos cooperativos, “el subsuelo de la patria sublevado”, al decir
de Scalabrini. Y que por tratarse de compatriotas que forjan puestos de
trabajo, o salen a cuidar los precios de los productos de la canasta básica,
pareciera que deben ser ninguneados desde la vereda cipaya, mientras éstos
otorgan grandes titulares de tapa a lanzamientos de nuevas y siempre obscenas
alianzas políticas variopintas, rigurosamente antiperonistas, claro está.
También analizamos los ejes y el tratamiento
mediático de los linchamientos que semanas atrás, gozaron de centenares de
horas de televisación y morbosos análisis de los representantes del
imperialismo en el periodismo argentino.
Además, como no podía ser de otro modo,
reivindicamos a los trabajadores, acción que por cierto efectuamos por diversas
vías en cada edición de la publicación, y no por mero folclorismo para el 1° de
Mayo. Y aquí me detengo unos instantes junto al lector: El Campo Nacional
precisa fortalecer y ahondar a la máxima expresión posible la ligazón y la
gravitación al interior del Frente Nacional y Popular de la clase trabajadora,
incluso en gradual superación de sectores medios más afines al ala progresista
del campo nacional, algunas veces inocultablemente reacios a brindar un rol más
destacado a los trabajadores, en su gran mayoría, históricamente peronistas.
La clase obrera merece potenciarse como eje
central de las directrices que se tracen en los próximos meses en la
orientación de la línea del Gobierno Nacional, con su correlato en las provincias
y los municipios. Puesto que la pérdida del apoyo incondicional de quienes
siempre han sido sostén e impulso básico del movimiento Nacional, podría
acarrear gravísimos resultados, muy difíciles de desandar a futuro.
Homenajeémonos los trabajadores y a sus
luchas pasadas y por venir, simbólicamente este Primero de Mayo, y batallemos
en la profundización de un pensamiento popular, nacional y lo suficientemente
crítico como para que –dicho y sea de paso- los trabajadores organizados
sindicalmente vayan dándose a la lucha por la superación política e ideológica
respecto de buena parte de sus dirigentes, tan lamentablemente relacionados en
no pocos casos, a la Sociedad Rural Argentina y a lo más rancio del campo
antinacional. En esa tarea, todos tenemos un arduo rol que desempeñar.
Aprontemos la discusión para ganar, desde
los hechos concretos de un salario cuidado por las obligaciones y la correcta
orientación gubernamental, y desde una victoria ideológica completa, a los
trabajadores en forma perdurable para la Causa Nacional. Que el evidente
desencuentro entre una parte de la dirigencia sindical y el Gobierno popular no enturbie el imprescindible vínculo entre éste y la clase trabajadora.