Por Alberto J. Franzoia
Sergio Massa nació en San Martín, provincia
de Buenos Aires, un 28 de abril de 1972. Es hijo del empresario de la
construcción Alfonso “Fofó” Massa. Cursó sus estudios primarios y secundarios
en el colegio católico Agustiniano, y
luego derecho en la no muy popular Universidad de Belgrano, donde se recibió en
2013. Se casó en 2001 con Malena Galmarini,
la hija de los militantes menemistas Fernando “Pato” Galmarini” y
Marcela Durrieu; desde entonces se instaló
en Tigre. Un recorrido por su biografía nos permitiría comprender su comportamiento
político actual y le evitaría a no pocos algunas desagradables sorpresas en un
futuro cercano. Repasemos entonces sólo
algunos de los datos más relevantes.
Sus orígenes están vinculados al partido
oligárquico liberal Unión de Centro Democrático (UceDé) creado por el ingeniero
Álvaro Alsogaray, el mismo con el que se nutrió de funcionarios el gobierno de
Menem durante la tristemente recordada década de los noventa. La presencia de
Massa en la UceDé, integrando además su ala derecha (lo que no es poco decir en
materia ideológica), no pasó
desapercibida por cierto, ya que fue
presidente de la Juventud Liberal de la Provincia de Buenos Aires entre 1994 y
1996. Producto de la lamentable alianza-convergencia política entre el justicialismo
(menemizado) y la UceDé, se integró luego a las filas del primero. Pero como el
personaje abordado es pícaro, pretende utilizar
este dato a favor de una supuesta pertenencia al campo nacional-popular. Claro
que se le podría responder, con enorme razón histórica, que no eligió el mejor momento para
transformarse en “justicialista”. Ingresar
al PJ en los noventa representaba algo similar a incorporarse al radicalismo
alvearizado (proceso por el cual el sector liberal copó su estructura
alejándolo de toda representación nacional y popular) en plena década infame (durante
los años treinta), cuando Discépolo se inspiró para componer su célebre “Cambalache”.
Siempre en los noventa, Massa fue
asesor del Ministerio de Desarrollo Social durante la gestión de un producto
típicamente menemista como Ramón “Palito” Ortega. Pero cabe aclarar que llegó
allí nada menos que de la mano del oscuro dirigente sindical Luis Barrionuevo, con quien había militado en
San Martín. Luego fue diputado
provincial por Buenos Aires, y durante la gestión de Eduardo Duhalde como
Presidente Interino (quien se había alejado de Menem recién cuando éste se
empezó a hundir tras hundir al país) se lo designó Director Ejecutivo del Anses;
cargo en el que continuó aún después de la elecciones de 2003.
En el 2007 fue electo intendente de Tigre,
pero un año más tarde remplazará nada menos que a su colega (por lo liberal y
por oportunista) Alberto Fernández como Jefe de Gabinete del gobierno de Cristina.
Antes de cumplir el año de gestión fue sustituido por Aníbal Fernández. Su
abrupta eyección del cargo no resultó ajena a las elecciones legislativas de
2009. Fue cuando el gobierno lo acusó de “traidor” porque Malena Galmarini, su
esposa y candidata a concejal en Tigre, se presentó en una boleta local
despegada de la de Néstor Kirchner con
la que obtuvo 14 puntos más, ostentando por otra parte una llamativa cercanía
con el empresario conservador-liberal Francisco De Narváez. El propio Massa afirmó durante la campaña que había tomado la
decisión de irse del gobierno. Lo que en realidad ocurrió fue que durante ese
año el gobierno sufrió un gran desgate y su oportunismo lo llevó a tomar
distancia para no perder prestigio y posibilidades electorales.
Las elecciones de 2009 le permitieron a
Massa continuar desempeñando el cargo de Intendente de Tigre. Pero su visión política, siempre ajena al
pensamiento auténticamente nacional y popular, quedará en evidencia una vez más
durante 2010, cuando los cables de
Wikileaks nos pusieron en alerta acerca de los vínculos carnales que mantuvo y
mantiene con la embajada de Estados Unidos. De esos cables surge que calificó a Néstor Kirchner despectivamente
de «perverso» y «cobarde».
Alejado definitivamente del kirchnerismo
Massa construyó en 2013 una nueva estructura partidaria, el Frente Renovador,
cuya base política data de la conformación en 2010 del “grupo de los ocho”,
grupo intendentes de la provincia de Buenos Aires que se declararon
antikirchneristas. Con dicha estructura encabezó la lista a diputados
nacionales por el Frente Renovador para las PASO, obteniendo el 35, 05 % de los
votos válidos. Y en las elecciones generales del 27 de octubre del mismo año
alcanzó el 44 %, convirtiéndose en la gran esperanza del establishment para
retomar las riendas del poder político. Durante el año en curso viajó a la
“madre patria” (EE.UU.) de todo liberal
consecuente para posicionarse aún mejor de cara a “la Argentina que viene”.
Por lo señalado, con el escenario electoral
de un cercano 2015, Massa quiere
convertirse en el nuevo Menem del siglo XXI. Un liberal que tras camuflarse en
las filas del peronismo pueda llevar adelante otra aventura política impulsada
por sus verdaderos jefes, la oligarquía vernácula y la burguesía de Estados
Unidos. Sin embargo, a diferencia de Carlos Menem (que nació a la política como
militante de un peronismo nacional y popular),
todos los datos disponibles de Sergio Massa dan cuenta de un personaje
que desde que apareció en estas lides, no tuvo otra visión política que no
fuese la que lo adscribe al liberalismo más rancio. Primero con Álvaro
Alsogaray y Luis Barrionuevo, luego como consustanciado menemista, y finalmente
abandonando las filas (que nunca debió integrar) del kirchnerismo para no “desprestigiarse”
y poder convertirse en el candidato que el bloque enemigo anda necesitando. A Menem se lo ha acusado con razón de traidor,
porque ganó las elecciones en 1989 con un plan político surgido del campo
nacional-popular y lo abandonó por ideas típicas del bloque oligárquico-imperialista
ni bien llegó a la presidencia. Massa también es liberal, pero a diferencia del
riojano nunca demostró ser otra cosa, por lo tanto, y para no tener que
lamentarnos en un futuro cercano, sería conveniente asumir con madurez política que el que avisa
no traiciona.
La Plata, abril de
2014
0 comentarios:
Publicar un comentario