Tras la arrasadora victoria del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que obtuvo el 80% de las comunas en
juego, asoma una crisis de restructuración en la derecha pseudo democrática que
se integra en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y que posee como referente
principal a Henrique Capriles. Sí, el mismo que contó en nuestro país con
apoyos que iban desde Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Federico Pinedo,
Jorgito Lanata hasta llegar, sí, al “socialista” Hermes Binner.
A tal punto llega la controversia en el
sector cipayo de la hermana patria
venezolana, que Ramón Guillermo Aveledo, secretario Ejecutivo del MUD, lanzó
duras críticas a Capriles y exhortó a “hacer una lectura crítica de sus
estrategias para preservar la unidad y poder subsistir”. Rápidamente el
presidente obrero y bolivariano, Nicolás Maduro, buscó profundizar las
diferencias entre los líderes derechistas, remarcó que el chavismo los apabulló
y sugirió que Capriles “es un fracasado que debe irse de la política (…) este
obrero, este chofer, le metió tremenda paliza como para que me siga
subestimando”. Sin anestesia, sin concesiones contra la derecha
pro-norteamericana. Así debe ser.
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