La
inquietud que otorga título a estas líneas, está incompleta. Es lógico, no
podría ser de otro modo, considerando algunas incertidumbres que ingresaron a
jugar fuerte en la vida política nacional a partir de la definición de las
candidaturas presidenciales. Algunas variantes de una misma perspectiva
neoconservadora por un lado, y un interrogante enmarcado en el emergente
sciolista que sólo se podrá dilucidar varios meses después de asumido su
mandato presidencial; por supuesto que para ello primero debe garantizarse el
triunfo en las elecciones de Octubre.
La
independencia de criterios y análisis –aun sintiéndose parte del amplio campo
nacional popular – que posee y reivindica esta publicación, posibilita
continuar pensando un apoyo crítico que proseguirá su normal cauce en los meses
venideros y por el tiempo necesario, siempre y cuando la jefatura
circunstancial del Movimiento Nacional no claudique hacia posiciones de
centro-derecha y que en los hechos, representarían una contradicción flagrante
a las políticas y al fuerte simbolismo que germinó durante el kirchnerismo en
amplias franjas de nuestra sociedad.
En
sintonía con otro material que aparece al interior de esta edición, se avizora
la necesidad –ya imperiosa a estas alturas del recorrido – de concentrar
esfuerzos en la reindustrialización del país, en la recuperación de puertos de
bandera nacional tanto en los ríos interiores como en la costa atlántica, en la
generación masiva de fuentes de trabajo registradas y de calidad, en la
continuación del proyecto de recuperación y ampliación del trazado ferroviario
para operar transporte de pasajeros y cargas, amén de otras cuestiones básicas
de toda sociedad que deben mejorarse paulatinamente y sin dudas forman parte de
las planificaciones del Proyecto Nacional.
Pero también es necesario construir un equilibrio entre estas variables,
la seguridad interior, y una mayor democracia participativa desde una
perspectiva netamente frentista. Porque
el Frente para la Victoria se consolidó y fortaleció a través de los años
precisamente desde su respeto por las diversidades ideológicas de origen, en
muchas de las fuerzas políticas que lo constituyen. Suena contraproducente
pretender “sacrificar” esa rica y casi inédita construcción superadora de la
tradicional tendencia hegemónica de un solo Partido. Diversidades, o
transversalidades como se les dio en llamar a su debido momento, que las más de
las veces, enriquecen el escenario y elevan el nivel del debate general. Por lo
tanto, se trata de un eje trascendental a defender e impulsar desde el fervor
militante para el nuevo ciclo que quizás se avecina. Necesitamos que vuelvan a
florecer mil flores.
Mientras
tanto, y sin ingresar en temáticas regionales o internacionales como la férrea
hegemonía alemana en la Unión Europea y su manipulación con castigo ejemplar
incluido al pueblo y al gobierno griego, o la rutilante visita del Papa
Francisco por tierras sudamericanas; o la larga marcha de Latinoamérica hacia
la unidad total –mientras el CELAC y la UNASUR van consolidando estructuras
para armonizar una Sudamérica cada vez más unificada, ahora con el ingreso
pleno de Bolivia al Mercosur… huelga advertir que el bloque antinacional nunca
está derrotado, en parte porque los nacionales no logramos (o no intentamos del
todo) golpearlos decisivamente debajo de la línea de flotación. Los poderes
fácticos están intactos y recrudecen torpedeando la estabilidad gubernamental a
través de su arma predilecta por estos tiempos: los medios masivos de
comunicación. Así, ya no sorprende y no termina de irritar las operaciones del
Poder Judicial, con allanamientos rayanos en el surrealismo, cacería de brujas
para comunicadores de variado perfil y procedencia, agravios por redes sociales
y una total falta de respeto por la investidura presidencial, nuevos intentos
de corridas cambiarias, el retorno del nunca extinto juez Thomas Griesa y sus
acólitos buitres tanto internacionales como locales… y la lista podría
continuar. Frente a esta orquesta aceitada y siempre altamente asesorada por
embajadas o secretarías de Estados geográficamente lejanos, un conjunto
apreciable de nuestra sociedad pareciera no buscar grandes cambios
institucionales en parte por cierta satisfacción con el rumbo económico pensado
por la presidente Cristina Fernández e implementado desde la cartera que dirige
el ministro Axel Kicillof.
Y
aquí me detengo, ya que todo lo demás es noticia de actualidad y materia
opinable. Al fin de cuentas, sólo se trata de presentar esta séptima edición de
Huellas Suburbanas. Pero pensando en el título de estas reflexiones, y en el
poder de fuego del frente antinacional (internacional, agrario, empresarial,
mediático, judicial y muy devaluados y a la cola, dirigencia política
opositora) abro la siguiente duda a dilucidar, quizás, en el primer semestre de
2016; ¿La conducción formal del eventual gobierno popular que ocupe las mayores
responsabilidades entre 2015 y 2019, afrontará esta pulseada con idéntico o similar ímpetu transformador
al que ya probó el kirchnerismo en el campo de batalla diplomático en
reiteradas oportunidades? O, caso contrario, y efectivamente, ¿Será que todos
los caminos conducen a…? complete, respetado lector, la incertidumbre. Le
aporto una pista: no me estoy refiriendo a Roma. Pueden ser dos números que
simbolizan una década a la que nadie desea volver, podría ser la mano con la
que escriben la mayoría de los compatriotas… usted elije, y mientras tanto, los
ojos bien abiertos, la mente fría, el corazón caliente.
El lobo viejo que permite que los lobitos jóvenes se descarrien y escriban barbaridades iguales o peores a las del lobo viejo. O estas adentro, boquita callada y orgánico, o andáte de una vez del Movimiento Nacional.
ResponderEliminarEl "boquita callada y orgánico" es a la hora de votar, no una filosofía de vida (salvo para los mediocres, mercenarios, o vende-humo que polulan por la política, claro está). Y la pregunta es: ¿quién sos vos, Anónimo, para determinar quién se tiene que ir del Movimiento Nacional? ¿Te lo compraste, es tuyo? Es al pedo explicarles a los verticalistas del cargo público, la importancia de la auto-crítica y el debate ideológico para con la consolidación de un proyecto y una fuerza política. Seguí con el verso de la "organicidad oportuna", yo paso. Y voto a Scioli.
ResponderEliminar