Por Guillermo Bustos
Militante de Patria y
Pueblo
Socialistas de
Izquierda Nacional
Aquí no es intención
discutir todo su legado, sino un aspecto del mismo, que es el que más preocupa
a la reacción y la oligarquía, aspecto bien enunciado durante la apertura del
Congreso el 1ª de Marzo: “no dejo un país cómodo”. Su expresión militante más
acabada e indiscutible, fue la concurrencia de unas 300.000 personas, que
venían a escuchar el último discurso público de su Presidenta.
Entre las conquistas
y derechos otorgados, existe una proporción, no siempre cuantificable, con la
masa movilizada. Se podrá explicar una y mil veces en la necedad y la seudo
ciencia, que esas conquistas no existen o son sólo “prebendas de demagogia
barata para engañar a las masas”, pero que la masa existe, es innegable y es la
energía indispensable, de la Liberación Nacional
y La Revolución Social.
En términos marxistas, la cantidad de una clase y un pueblo que se quiere
liberar y cambiar el orden establecido indispensable, para la cualidad
revolucionaria. Esto es lo que más temen tanto la reacción nativa como el
Imperialismo y por eso, durante una semana, estuvieron discutiendo, en caso de
ganar las elecciones, acerca de cómo podrían desarmar este legado de Cristina.
Y no de casualidad, Mauricio Macri y Sergio Massa, los dos principales
opositores, estuvieron explicando que no quitarían los planes sociales y otras
conquistas y derechos, pero sí explicaron que devaluarían para borrar toda
conquista nacional, con una simple medida económica.
Para ampliar la masa,
hay que poder desde este momento ampliar los derechos y conquistas, así la
energía acumulada no se pierde, aumenta y podría darle al próximo candidato del
Frente Para la Victoria
posibilidades de ganar en primera vuelta, pero esto tiene que ser acompañado
con una amplia movilización y militancia, propagandizando ante cada derecho,
manifestando por cada conquista en los barrios y lugares de trabajo.
Un triunfo de los
sectores más reaccionarios de la política, es la asunción de todos los sectores
que incluyen a mega-explotadores, financistas, especuladores y cipayos de la
sociedad, que darán apoyo con argumentos rayanos y hasta racistas, para avalar
cada injusticia social.
Es aquí, donde esa “incomodidad”
que representa para estos sectores la gran masa del pueblo, tendrá que militar
el doble, movilizarse con dirigentes probados en las luchas por la emancipación
del pueblo y con organizaciones que expresen con claridad las intenciones de
los más necesitados y tengan un proyecto de país sin ataduras a los centros
financieros imperiales.
Por lo contrario, un
triunfo de la reacción y el imperialismo, abre una etapa histórica entre un
país incómodo, a un país “cómodo” para éstos sinvergüenzas.
Quitando los derechos
y conquistas de manera gradual o total, la masa de liberación empezará a
decaer, es decir: pensar que esta masa movilizada pueda existir permitiendo el
quite de toda conquista, es caer en probabilidades lejanas y aun así,
tendríamos que empezar todo de nuevo, con compañeros y buenas ideas perdidos en
el camino, muchos más que si nos organizamos pronto en la más amplia
organización política y social posible, y decidir defender lo conquistado desde
el vamos.
Por eso, debemos
proponer desde éste pequeño espacio, que se recompongan los enlaces políticos y
sociales, sin sectarismos y discutir lo que es indispensable: la ampliación de
derechos, de bienestar para el pueblo y la clase trabajadora ya que las dos
funcionarían, en los dos escenarios posibles, como conservación y concreción
del legado del Kirchnerismo.
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