miércoles, 10 de diciembre de 2014
Por
Juan Carlos Dennin
Entramos en el último mes del 2014 sabiendo
que en el nuevo año se habrán de definir elecciones ejecutivas y legislativas.
Noviembre nos ha dejado algunos hechos políticos que parecen mutar, aunque en el fondo reiteran siempre el mismo
basamento.
La base social conservadora de la dirigencia opositora terminó el año
con el rotundo fracaso de su convocatoria al “cacerolazo” del “13 N”. No asistió nadie. Ese sector vendepatria , lleno de odio, exteriorizó su sentimiento ideologizado con
la consigna “Patria o Kirchner”. Créase
o no. Ni a los autores de los zócalos de TN ni al mismísimo Stephen King se les
hubiese ocurrido escribir algo así. Se
los podría adjetivar como patéticos, pero en realidad ni eso merecen. Despiertan una profunda indignación. Cada vez se asemejan más a las hordas
golpistas de setiembre de 1955…
Alejándonos un poco del accionar de esas bases, da la sensación de que quienes deberían
representarlos han fallado en sus especulaciones. La meta de juntar toda o una buena parte de
la oposición en un mismo frente o alianza, colapsó no bien asomaron las primeras definiciones
acerca de candidaturas rumbo al 2015. Aferrados a estrategias noventistas, reafirmaron su mediocridad, e
intentaron crecer mediante la
construcción mediático-política: ser
oposición por la oposición
misma. Ese proyecto ha fracasado. Lamentablemente, el oficialismo
no tendrá con quién discutir proyectos de país diferentes, debatir ideas, marcos de referencia democráticos para
la
región y el mundo.
Ni el macrismo como fase superior de la
derecha neoliberal, ni Faunen , ni el
radicalismo, ni el massismo, ni los progresistas anti-K expresan hoy una opción superadora y tentadora
para el sector de la ciudadanía que
querría votar una alternativa al gobierno actual.
De
todos modos lo que viene no será un jardín de rosas. El kirchnerismo no podrá dormir sobre sus laureles. Más que
nunca deberá estar atento a las operaciones cruzadas que pretenderán instalar
sobre la cabeza de sus dirigentes. Esas operaciones siempre serán orquestadas
desde afuera de la gestión de gobierno y del frente gobernante. Cada día se hace más evidente, por estos
lares, que el coordinador del espacio opositor
se llama Héctor Magnetto. Se sabe que aparecerán “fuentes periodísticas”
incomprobables que inventarán candidaturas, reuniones “secretas” que se
harán públicas, alianzas que nada tienen
que ver con los orígenes y fundamentos del kirchnerismo, En la vereda opositora no es necesario que
alguien la opere desde afuera, ya que ellos mismos se encargan de hacerlo con
sus trifulcas internas.
El camino a seguir por el kirchnerismo no estará libre de opositores.
Seguirán apareciendo ofertas cambiantes hasta que llegue el momento en que se
definan las candidaturas a las PASO. Eso sí, esos sectores continuarán con su
“gataflorismo” obstruccionista contra todo lo que haga o deje de hacer el
gobierno nacional.
El dilema en que se enmarca la
oposición es la falta de liderazgo y la carencia de un proyecto de país
sustentable que pueda presentarse como pretendido “cambio” del actual proyecto
nacional, popular y democrático. Eso torna inevitablemente estéril cualquier
intento de armado político superador.
Si observamos superficialmente los
eventos acontecidos en los últimos días del mes anterior y en los
primeros días de Diciembre, podemos apreciar que los mismos han ido desde las
escandalosas declaraciones mediatizadas de Elisa Carrió (con la excepción de
Sanz, cargó contra todos sus compañeros con acusaciones basadas en hechos que,
de haber sido veraces, habrían ocurrido con anterioridad a la integración
de FAUNEN. De Julio Cobos, dijo que está
financiado por la efedrina y denunciando que la campaña del kirchnerismo en
2007 (con la fórmula CFK-Cobos) estuvo apadrinada por dinero negro proveniente
de la droga. A Hermes Binner, prácticamente
le exigió resolver los enormes problemas
de narcotráfico en los territorios gobernados desde hace rato por el socialismo.
Y a su último socio, Pino Solanas, le echó en cara la poca cantidad de votos propios y un
discurso basado únicamente en el ambientalismo.
La culminación de aquellos sucesos se dio con el allanamiento
a la empresa Hotesur, propiedad de la Presidenta. Esa decisión fue tomada por el juez Bonadio,
fogoneada previamente desde el programa
de Jorge Lanata (en connivencia con las dirigentes políticas Margarita
Stolbizer y Graciela Ocaña), quien acumula 9 expedientes abiertos en el Consejo
de la Magistratura y e integró las lista
de “jueces de la servilleta” de Corach y
del que se sospecha que tiene vinculaciones políticas con Sergio Massa. Como generalmente las causas de corrupción son
bastante complejas, a río revuelto, acusaciones mediáticas que se dirigen hacia
cualquier ámbito del oficialismo.
Ahora bien, hemos visto, aunque sin profundizar, esos acontecimientos. ¿ Cual es el legado nos pueden dejar ? Es más
que evidente que jamás se habla de política.
Solo se manifiesta un accionar politiquero de mala calaña, de
acusaciones burdamente justiciables o de la moral del individuo. Pero sobre
política, solamente hay “silencio de radio”. Esto se produce porque los sectores
de oposición carecen de propuestas para
gobernar. Y en caso de que las tengan,
igualmente van a continuar en silencio, es decir que no las van a hacer
públicas ya que conllevan políticas
de ajuste y de obsecuencia a los
intereses de las corporaciones económicas. Cabe recordar, como pequeña muestra, los momentos en que más de
un integrante de la oposición expresó
que en caso de llegar a ser gobierno derogaría las leyes votadas por el
kirchnerismo. Con posterioridad esos dichos han sido eliminados de sus mensajes.
¿Adónde apuntan esas maniobras? En los noventa la corrupción era el
menemismo, pero el modelo económico neoliberal era inocente, quedaba fuera del
alcance de la denuncia. Hoy, en el día a
día, acusan a quienes integran el espacio kirchnerista de corruptos, pero el
tiro por elevación quiere señalar que el modelo es el corrupto, no solo los
hombres que lo desarrollan.
Es posible que se estén dando cuenta de sus propias inhabilidades. Por
lo tanto, no se atreven a atacar a las políticas del Gobierno, ya que éstas han
sido aceptadas por un amplio sector del Pueblo. En consecuencia tratan de que se
instalen las falacias que continuamente están creando a fin de lograr el
descrédito personal de los funcionarios del oficialismo.
Su consigna discursiva es la defensa institucional del país, la defensa
de las instituciones… Ahora bien, ¿se
condicen esas proclamas con su propio accionar?
Es difícil de dar veracidad a esa
circunstancia cuando el gobernante Frente Para la Victoria tiene que hacer
frente, casi en soledad institucional, a los Hold Outs o Fondos Buitres, al
Gobierno del Imperio que los apoya, a las cuevas financieras (que en realidad
son satélites de grandes bancos) que se encargan de atacar constantemente a
nuestra moneda intentando lograr una fuerte devaluación para beneficiar a las
corporaciones, etc. ¿Qué posibilidades de vida nos daría un futuro país
gobernado por esta gente?
Sería interesante que los dirigentes opositores comenzasen a cumplir las
funciones de los cargos para los que han sido elegidos. Que dejen de circular por los estudios de
radio y televisión y empiecen a hablar de políticas. Que desarrollen programas
de gobierno y nos los den a conocer. Que aclaren cual es el rol que pretendan
hacer cumplir al Estado. Si sus políticas públicas serán reguladoras o
redistributivas. En fin, que dejen en claro el programa y las decisiones que
tomarían en caso de acceder al Gobierno.
Pero es algo muy difícil de cumplir para quienes han quedado anclados en
los noventa…
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