Realizada
por Daniel Chaves
Entrevistar a Tito podría dejarme fuera de
todo atisbo de “objetividad” en su presentación. Entrañable compañero, durante
años, de militancia y desde una humanidad admirable, Héctor “Tito” González
supo además ser una figura significativa del fomentismo en el municipio de
Morón. Jubilado bancario, también de profesión y vocación docente, referencia
en las ligas de fútbol amateur de zona oeste y otrora secretario General del
Centro Socialista Auténtico de Morón, cargo al cual renunció hace ya algunos
años en disidencia irreconciliable con la conducción provincial y nacional de
dicha estructura partidaria.
Su
vivienda en la localidad de Morón fue el punto de encuentro para que nos brindase
algunas definiciones y sentires de la coyuntura política tanto local como
nacional.
¿Qué opinión te merece el escenario
político-electoral en Morón?
Héctor González: Primero quiero agradecerte este
reportaje, porque muchos de nosotros estuvimos muchos años en la política,
trabajando para la comunidad. Y cuando pasan los años, justamente, se nos
olvida. Así que un agradecimiento para este espacio. Con respecto a lo local
veo que en Morón se repite lo que en otras intendencias, y es que se depende
mucho de que el intendente acompañe, o no, al gobierno (ya sea nacional o
provincial) de turno. Y eso se puede visualizar en hechos concretos desde el
momento en que el otrora intendente (Martín) Sabbatella comenzó a apoyar a este
gobierno nacional –que no me parece mal- aparece la concreción del Hospital de
Morón, dinero para hacer realizaciones de primerísima línea, los asfaltos y
otras cosas. No puedo aventurar un resultado electoral en nuestro territorio,
pero sí estimo que debemos sopesar las obras que se realizaron bajo anteriores gestiones
municipales y la actual, antes de decidir nuestro voto.
A priori, la “gran” disputa está planteada
entre Nuevo Encuentro, el Pro y el massismo. Desde tu cosmovisión socialista, y
por lo que mencionabas antes, ¿Brindarías un apoyo estratégico a... Nuevo
Encuentro?
HG: Necesito primero exponer mi pensamiento político. Y así
podré responderte con mayor claridad. Durante más de 50 años pertenecí al
Partido Socialista, con sus variados cambios de denominaciones. Soy socialista
y no pretendo que el capitalismo se “humanice”, aspiro a que el capitalismo
desaparezca, porque lo considero la ruina de los trabajadores explotados. Es un
sistema que precisa del hambre del pueblo para sacar mayores dividendos. Estoy
más identificado con José Artigas y su reforma agraria, que con el capitalismo
¿serio? Y urge dar mayor desarrollo aún al movimiento cooperativo. De acuerdo a
esto, te podría decir que en este momento no hay fuerza política que satisfaga estos
objetivos. Pero también soy consciente de los tiempos del pueblo, y de que sin
el apoyo popular, estos anhelos son imposibles de concretarse. Por eso hay una
diferencia entre lo que nos gustaría hacer, y lo realmente posible de ser
llevado a cabo en cada etapa histórica.
Y en este marco, buscamos a aquellos que se acerquen más a los objetivos que
uno siempre tuvo…
Y entonces, en este momento, ¿Cuál de las
fuerzas políticas vigentes considerás que se acerca más a eso que pensamos…?
HG: Respondo con hechos. Si tenemos un gobierno que como
sabemos no es ni aspira ser socialista, pero que recupera empresas para el
Estado, que otros gobiernos habían malvendido; Aerolíneas, YPF, Ferrocarriles,
AYSA, las AFJP, los aumentos a jubilados; si se dispone de una Asignación
Universal para los más carenciados, la recuperación de cerebros que Onganía los
echó y Cavallo con Menem los mandaron a lavar los platos… la reactivación
económica, la política de los derechos humanos, el conflicto con la cúpula de
la iglesia, la ley de medios, el desendeudamiento, la lucha por la
democratización de la Justicia, el aguante ante las tentativas de “Golpe
Blando”… si todo eso es muy coincidente con nuestro pensamiento, considero que
sin renunciar a nuestras banderas, debemos apoyar al Gobierno que realiza estas
obras. Y criticar lo que no se hace, o se hace mal. ¡Pero no podemos cerrar los
ojos y volver a quedar desubicados! Porque la izquierda argentina lleva muchas
décadas desubicada: El movimiento radical yrigoyenista de la década del 30, fue
un movimiento popular. En 1945 surgió un movimiento nacional indiscutible que
es el peronismo. Nos pusimos a discutir si era de derecha, de izquierda,
fascista, no fascista. Y en definitiva el socialismo terminó abrazado a la
Unión Democrática y dejamos a los obreros de lado. Y ahora también vivimos un
movimiento popular, que ya tiene más de 10 años de vigencia. Y no sólo hay
peronistas en este movimiento, sino varias extracciones políticas que adhieren o
al menos apoyan críticamente. No estoy de acuerdo con quienes son “anti-de-todo”,
no reconocen lo bueno e inventan, muchas veces, lo que quieren hacer aparecer
como malo. Y mucho de lo que se le endilga al actual gobierno, ya viene de
arrastre: “corrupción” como tanto se acusa, hay desde Rivadavia en adelante. Y
los que vengan, si son de los otros que tienen posibilidades de vencer, también
traerán estos “defectos” y lo harán mucho peor. ¡Apoyemos y defendamos lo mucho
que está bien realizado!
Desde esa óptica que compartís, se vislumbra
una profunda discrepancia con la línea hegemónica que ostenta la fuerza
política a la cual perteneciste durante tantas décadas…
HG: Sin dudas. Es una fuerza en la que nos acostumbramos a
buscarnos en “otros” a la hora de leer los escrutinios electorales. Pero no me
quejo, puesto que en lo personal, nunca tuve voluntad de Poder. Siempre quise
ser recordado por la comunidad por haber realizado obras. Y ahí radica la
construcción de Poder, hermanados como un todo con el pueblo trabajador. La
izquierda no cuenta con esa legitimidad, y sin ese apoyo tan necesario de los
trabajadores, no puede llegar lejos. Por eso mismo reitero la necesidad de
acercarse en todo momento con aquellas fuerzas del campo popular, con quienes
mayores coincidencias tengamos. Y quiero resaltar algo más de nuestros días: la
integración sudamericana, por ejemplo, es algo que hacía mucho que no habíamos
obtenido con tamaña fortaleza. En la Argentina no hubo gobierno que llegase tan
lejos en su alineamiento con Sudamérica. Y quienes desde el socialismo
argentino supimos levantar la bandera de la Unidad Latinoamericana, debemos
saber de qué lado nos paramos. Hay quienes me dicen que el gobierno nacional,
con sus políticas económicas, impide una mayor inversión internacional, y yo
les respondo, ¡Qué extraordinario! ¡Qué bueno que no vengan los capitales
rapaces que tantas veces nos esquilmaron! Quiero que alguien me responda, qué
capital extranjero ayudó al pueblo argentino a vivir mejor. Encima no
reinvierten, se llevan el dinero afuera del país. Fomentemos un mayor impulso a
las cooperativas de trabajo, a la nacionalización de la industria de base. Y si
tenemos en estos momentos a un gobierno que con las herramientas que posee,
procura combatir a los fondos buitre y a esta lacra de capitales norteamericanos
y europeos, apoyémoslo y procuremos contribuir a que las cosas salgan cada vez
mejores.
A modo de cierre, se habla siempre de
“profundizar el modelo”, “profundizar las conquistas alcanzadas” en estos 12
años de kirchnerismo. ¿Qué medidas considerás primordiales para mejorar en los
próximos años, en el caso de que el Movimiento Nacional y Popular continúe a la
cabeza del Ejecutivo Nacional?
HG: La educación y la salud. De hecho, años atrás mantuvimos
una conversación con la intendencia municipal e intercambiamos algunas
sugerencias, que finalmente no prosperaron. El hambre, que ya de por sí no debe
existir en el mundo, menos en la Argentina con la capacidad productora de alimentos que ostenta. Eso hay
que mejorarlo y consolidarlo. ¿Los jubilados? Habría que cargarles un mayor
costo a los grandes capitales, para garantizarles la gratuidad no sólo en
algunos medicamentos y viáticos, sino en esparcimientos, cine, teatro,
etcétera. Porque los jubilados hemos dejado muchos años de nuestra vida trabajando
para el país, y amerita que seamos privilegiados del sistema. Y también mejorar
el sistema educativo, desde lo programático hasta lo edilicio, todos sabemos
que históricamente el docente ha ganado poco. Pero ahora estamos frente a la
oportunidad de enmendar esa deuda histórica. Tenemos que sumar esfuerzos para
que todo eso funcione mejor día a día. Desde la crítica vana y sistemática,
estoy convencido de que no se llega a ningún buen puerto.
La
velada se hizo extensa, como siempre cuando visito al aquí entrevistado y su
entrañable compañera, Beatriz Ortega Sanz. Se fue deslizando en la serena
charla de actualidad, una merienda y confituras. Esa calidez inolvidable con la
que me introduje, hace muchos años, en la organicidad de una estructura partidaria
en el terruño moronense. Tito González, un socialista genuino, que no cree en
espejitos de colores, ni desdeña la Cuestión Nacional.
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