Aunque parezca una narración maquiavélica que
las grandes mayorías no hayan podido leer, la campaña oculta para las
elecciones presidenciales de este año ha comenzado hace ya mucho tiempo. Lo que
se pone en juego en estos comicios va mucho más allá del nombre del candidato
que surja como ganador. Lo que está en juego es la continuidad de un modelo que
con aciertos y errores llevó adelante al país, o su cambio por lo que los sectores
fácticos o corporativos van a llevar adelante con la forma de un neoliberalismo
restaurador.
El primer intento comenzó a desarrollarse a
mediados de 2013, año en que se realizaron elecciones de medio término. En
julio de ese año, Sergio Massa armó el Frente Renovador, gana las elecciones, y
se convierte en la “gran esperanza blanca” para las presidenciales. Para ello contaba con vínculos dentro de la
SIDE, ya que el número dos de la misma, Francisco Larcher, se
había pasado al massismo. Confirmando el hecho, en la mesa de invitados
de honor, en la fiesta de casamiento de uno de sus hijos se sentaron Sergio
Massa y su mujer, junto al ex jefe de Operaciones de la SIDE, Jaime
Stiusso. Lo que era una simple sospecha,
se ratificó como realidad.
El Gobierno se percató, a fines de ese mismo
año, que la SIDE no lo había prevenido sobre la ola de saqueos y la sublevación
de varias policías provinciales, Gendarmería y Prefectura, que estalló el 15 de
diciembre pero que estaba preanunciada en las redes sociales. La “jugada
política” estaba ampliando su curso.
En diciembre de 2014 apareció en You Tube un
video del gobernador Daniel Scioli en EE.UU., subido por un usuario anónimo,
“José González”, quien solo publicó ese video.
Inmediatamente la corporación multimediática difundió a través de todos
sus medios que se trataba de la primera operación de campaña sucia montada por
el kirchnerismo, ya que no acordaba con el accionar del candidato. Lo cierto es
que ese video había sido grabado en un área restringida del aeropuerto de Miami,
al que solo tenía acceso el personal de inteligencia. Aunque no se pudo
comprobar, el camino de las sospechas se dirigió hacia la cabeza de los espías de nuestro país. Llamó la atención que, en días posteriores,
Stiusso trató de tender puentes hacia el gobernador, a la vez que otorgaba una
polémica entrevista a la revista Noticias.
El accionar político de los grupos de poder se
ramificaba. En paralelo, se conjetura
que Jaime Stiusso y el fiscal Nisman habían comenzado a elaborar la falsa
denuncia contra la Presidenta, por el supuesto encubrimiento de los iraníes
acusados del atentado a la AMIA. Ese plan lo iba a hacer estallar el fiscal
durante las elecciones de octubre de este año. ¿Cómo direccionaría su voto el
imaginario popular con su Presidenta involucrada en defender a quienes
asesinaron a tantos inocentes en la AMIA?
Luego del descabezamiento de la SIDE, de los
fallidos intentos de responsabilizar al Gobierno por la muerte del fiscal, de
los errores de la oposición política y la caída de apoyo popular a Sergio
Massa, el enfoque político de los poderosos en las sombras cambió. Quienes
pretenden ser los “dueños del país”
dieron por agotada esta fase de su proyecto, y decidieron aplicar su “plan
B”. Mauricio Macri sería el candidato al
que brindarían todo su respaldo.
La idea primigenia era encolumnar a todo el
arco opositor dentro del espacio político por construir. Pero como empiezan a
tallar las apetencias personales, la herramienta electoral quedó conformada por
la Coalición Cívica ARI, el PRO y la Unión Cívica Radical. La similitud con la Unión Democrática que
enfrentó en 1946 a Juan Domingo Perón era evidentes: habrían que unificar los
criterios de los sectores altos y medios altos de la sociedad para luego
arrastrar votos de sectores medios y bajos para derrotar a lo que ellos
despectivamente llaman populismo.
De lograr ellos la presidencia de la Nación,
el panorama social de Argentina se oscurecería rápidamente. Si prestamos atención a distintos integrantes
del sector mayoritario de Cambiemos, el PRO, esto queda a la vista. La mayoría
de gurúes e incluso aspirantes a ocupar la cartera de Economía, como Carlos
Melconián, José Luis Espert, Miguel
Angel Broda o Federico Sturzenegger hablan sin ambigüedades de ajustar la
economía.
El plan para apoderarse del Estado lo
iniciarían con la venta de las acciones que el Estado posee en diferentes
empresas privadas que se encuentran en mano de la Anses, a través del Fondo de
Garantía de Sustentabilidad (FGS). La
operatoria (al que salió al cruce Gobierno el actual con un Proyecto de Ley que
intenta evitarlo) incluiría la venta fragmentada de esas acciones a fondos de
inversión extranjeros (El Estado Nacional participa en 44 empresas, y 27 de
esas compañías, entre las que se encuentran el Grupo Clarín, Edenor, Ledesma
Siderar, el Grupo Techint, Aluar, y los bancos Hipotecario, Macro y Patagonia).
Al vender esas acciones, dejarían, además, sin
representantes del Estado en el directorio de dichas empresas.
De alcanzar este objetivo lograrían, asimismo,
el desguace del actual sistema de cobertura social, con lo que retornarían, tal
vez con otro nombre, las AFJP. El valor
aproximado de las acciones del FGS es de u$s 7000 millones, sumados al ingreso y flujo de dólares que el retorno
al “mundo” del que Macri dice que estamos aislados, permitirá financiar
inicialmente a ese gobierno. Luego podrán cerrar un acuerdo con los fondos
buitres en las condiciones que Griesa indique, con lo que sumarían
endeudamiento externo como siempre han hecho.
Eso sí, para el resto de los
mortales nos va a quedar una imaginaria tabla de salvación, la propagación de
oleadas del individualismo y la desocupación.
Las especulaciones políticas previas del conglomerado
opositor, incluían el triunfo en varias provincias, para llegar con el camino
asfaltado hacia las elecciones presidenciales. Pero la realidad de los votos
hizo que se despertaran rápidamente de ese sueño. Sin embargo a ellos no les
interesa en lo más mínimo la decisión de las mayorías populares, lo único que
les interesa es llegar al poder, a como sea. Hasta los propios encuestadores
les pintan un panorama bastante complicado, por lo han comenzado a realizar
otro tipo de estrategia, como la que han montado inmediatamente finalizada la
elección de la provincia de Tucumán.
En esa provincia, desde los estudios de canal
8, que pertenece a la cadena de Telefé, los
comunicadores de noticias del mismo, comenzaron sus tareas difusoras dando por
hecho el triunfo del representante del Acuerdo por el Bicentenario. Por lo tanto, salían a exteriores para “obtener” las opiniones de “la
calle”. En paralelo y de forma
“espontánea”, ciudadanos de la capital se congregaban en la plaza con carteles
con leyendas de “fraude” y o “nuevas elecciones ya”. La respuesta desde el
canal era mediante zócalos que calificaban la marcha de “Tucumanazo” y “el
Pueblo de Tucumán en la calle.”
El lunes se produjo otra manifestación, y la
transmisión era tomada por TN, y retransmitida en sus programas. Sirvió para
que Morales Solá, en su programa, hablase de urnas quemadas, fraude y
corrupción, mientras mostraba imágenes de la marcha y sus gritos de “que se
vayan todos”, mientras se producía la represión policial
Analizando la continuidad de los hechos,
podemos compararlos con el manual de desarrollo de golpes blandos creado en el
exterior. El primer paso fue el desconocimiento del resultado del acto
electoral por parte de la oposición. Luego, el accionar a través de los medios
de comunicación tradicionales, así como también a través de las redes sociales.
La primera marcha con familias y niños adelantes, era para dar la imagen de
defender la democracia contra el fraude, que inclusive contó con el apoyo de la
Iglesia Católica local. Se supo que el
arzobispo Alfredo Zecca, encabezó un conjunto de organizaciones que peticionaron
“activar todos los recursos dentro del actual sistema electoral a fin de
garantizar la transparencia y legitimidad del escrutinio definitivo”,
levantando, de tal modo, las banderas de la oposición. La carencia de
documentación que respalde las denuncias por fraude es reemplazada por el
diálogo con los periodistas de los medios cómplices de este accionar. Todo vale
por acceder al poder
No resulta difícil, gracias al bombardeo
mediático, el convertir minorías en mayorías movilizadas para defender a la
democracia. Y es más sencillo aún, cuando las convocatorias surgen desde los
cuatro puntos cardinales. Lo complicado para el receptor de los mensajes es
dilucidar quienes son los “espontáneos auto convocados” que realizan
declaraciones a través de los medios. El “pueblo de Tucumán” que aparece en los zócalos
de los noticieros, está conformado, en realidad por militantes de la UCR, de
Fuerza Republicana, y del PRO, curiosamente apoyados bajo las mismas consignas
por los del PST y del Po. La fuerza de
choque que intentó ingresar a la Casa de Gobierno estaba formada por patovicas
traídos de distintas provincias por el gremio de La Bancaria, cuyo secretario
general Bourle, logró un cargo legislativo en la elección. Dos días después, todos los referentes
nacionales de la Nueva Unión Democrática aparecieron por TN junto al candidato
a gobernador por Cambiemos, Cano, reclamando contra el fraude y contra el feudo, en que según ellos, se
había convertido la provincia.
El accionar de esta alianza política, muestra
su rostro destituyente, que será similar de aquí en más. De momento se muestran
cuestionando el procedimiento, que si la lista sábana, que si el voto
electrónico… pero en realidad apuntan al sistema. Está más que claro que hablan
del procedimiento pero dicen “sistema”. Eso les molesta. Como la mayoría del pueblo no los quiere,
ellos tampoco lo quieren porque no respondió como esperaban, no les sirve. La
democracia es lo que no les sirve.
En octubre se enfrentarán nuevamente con las
urnas, esas que se les han convertido en una muralla infranqueable de la
democracia. Para penetrarla,
históricamente la han derribado, destruido, pero somos nosotros los que
quedamos debajo de sus escombros… Se
sabe que están dispuestos a todo. ¡A no distraerse, entonces!
Coincidiendo con el fondo de esta cuestión. EL PLAN DE LA OLIGARQUIA (Nota de M.alSur-Carlos Villalba)- Es sabido que al asumir Néstor Kirchner, a través de Claudio Escribano, subdirector del diario La Nación, los grupos más concentrados de la economía y refractarios a las políticas redistributivas en la Argentina, presentaron en sordina una serie de puntos que incluían el “alineamiento incondicional” del país con los Estados Unidos. El mandatario recién electo rechazó la impertinencia y el diario fundado por los Mitre aseguró que “La Argentina ha resuelto darse gobierno por un año”.
ResponderEliminarEl 7 de agosto pasado el diario El Cronista, del Grupo De Narváez, publicó un artículo al que tituló “Diez urgencias para el corto plazo”. El primero de ellos reclama lo que el círculo de los poderosos no logró: “Generar una coalición política que permita al nuevo gobierno independizarse del kirchnerismo”. Esperaban una deserción de Sergio Massa antes de las PASO, todavía aguardan que las semanas previas al 25 de octubre les alumbre la buena nueva. El cuarto ítem exigía “Resolver el conflicto con los fondos buitre, sin lo cual la Argentina no accederá a los mercados financieros ni logrará las inversiones necesarias para renovar y ampliar infraestructura”, la propuesta que Macri se vio obligado a disimular para tratar de parar el drenaje de votos de quienes no quieren perder lo poco o lo mucho alcanzado en los últimos 12 años.
Los sectores de la producción y las finanzas que adversan al kirchnerismo, no lo hacen por problemas de forma ni le tienen asco a meras simbologías, sus intereses son concretos y cada sector tiene su propio reclamo. La suma de los mismos, bien puede ser un “pliego de condiciones” ya aceptado por sus favoritos o constituirse en un ariete contra las políticas que impulsa el Frente para la Victoria.
Punto a punto
Esos grupos económicos que, además son los grandes auspiciantes de los canales y programas de TV de mayor audiencia del país, no necesitan borronear papeles con sus “necesidades”; semana a semana, a través de sus representantes en asociaciones y foros o de sus voceros periodísticos formales o informales, lo hacen saber. Es su forma de presión, de generar “opinión” y de engendrar condiciones inestables en el mercado y el dólar ilegal.
Los requerimientos, que se convierten en exigencias en cuanto la correlación de fuerzas les es favorable, una verdadera plataforma de gobierno con ajuste, que incluye puntos como los que siguen:
Devaluación urgente, hasta llegar a un “superdólar” que les permita optimizar el producto de sus exportaciones, sin preocuparse por el mercado interno.
Reducción salarial, para disminuir su “costo laboral”. La misma puede ser por inflación en un proceso sin suba salarial por ausencia de paritaria, como sucedió hasta 2003, o nominal, con reducción directa de sueldos.
Subsidios del Estado para distintos componentes de su cadena de producción.
Créditos también auxiliados desde el Estado, que bajen las tasas de sus deudas.
Reembolsos por dólar de sus exportaciones, en lugar de retención sobre ganancias extraordinarias.
Supresión inmediata de las retenciones a las agroexportaciones o reducción abrupta de las de máxima rentabilidad, como soja o maní.
Apertura comercial, como la generada durante la dictadura de Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo.
Bajar las barreras arancelarias a las importaciones, para bajar la inversión en insumos y lograr precios de exportación más baratos.
Flexibilidad laboral semejante a la de los años ’90, cuando se legalizaron despidos sin indemnización, traslados geográficos y de puestos laborales.
Disminución del “gasto público”, es decir de la inversión, sobre todo en políticas sociales, educación y salud.
Debilitamiento del papel de contralor del Estado.