Por
Guillermo Bustos
Habría
que ser muy ingenuo para pensar que Mauricio no es el candidato oficial de la
entrega y el ajuste, que poco a poco, irá sacando todas las conquistas sociales
y nacionales. Después de su victoria Pírrica en la Ciudad de Buenos Aires,
Mauricio debió cambiar su discurso a una farsa de “nacional y popular”, pero
como buena farsa, dejaba unas líneas oratorias de que va hacer todo lo contrario.
En
ese supuesto discurso populista, Mauricio empezaba a reivindicar las conquistas
del Kirchnerismo, planes sociales, nacionalizaciones, etc., para luego
Satanizar al Kirchnerismo de utilizarlas mal, es decir, creía en esas
conquistas, pero no en sus creadores y mucho menos en sus fines.
Durante
las décadas del 70, principalmente a partir del Golpe Cívico Militar del 76 y
las décadas de los 80 y 90, para empezar a privatizar y entregar el país al
capital extranjero, se dedicaron los neoliberales a satanizar a la burocracia y
los sindicatos. De ésta manera, rompiendo la línea de defensa ideológica,
mientras los satanizados defendían la propiedad nacional, muchos argentinos aplaudían
pensando que el país se exorcizaba de dichos demonios y entregando el país al
Capital Extranjero, recibiríamos la bendición de Dios y el “Primer Mundo”. Años
después, con una desocupación galopante, el quiebre de empresas pequeñas y
medianas, baja de salarios, caída del mercado interno, caída de la calidad de
vida, etc., cualquier argentino sospechaba que los satanizados y hasta el mismo
Mandinga era un bebe de pecho comparado con el Capital Financiero y las Grandes
Transnacionales.
Siguiendo
el mismo discurso de Macri, apareció el Sambenito de La Cámpora, como la
causante de todos los males. Cualquiera que hable con un reaccionario, le dirá
que la Cámpora está en todos lados, cuando en el 2013 empezó la lucha contra la
reforma del PRO en la educación, donde las Escuelas Técnicas bajaban de
categoría, el periodista Jorge Lanata, empezó a acusar a La Cámpora de estar en
el Movimiento Estudiantil. Si bien como profesor, e hipocondríaco, tanto en
hospitales como en las escuelas, La Cámpora es una tendencia más y, a veces, en
el movimiento estudiantil, con una participación apenas inicial , mientras que
en municipales, siguen estando las corrientes históricas de ATE Y SUTECBA .
Pero que estén o no estén, no viene al caso, en una democracia todos tienen
derecho a hacer política y como profesor de Historia, hay que puntualizar que tanto Lanata como Macri, hacen Macartismo, es
decir, cambian el Sambenito de Comunista por el de Camporista para ponérselo a
cualquiera que no esté de acuerdo con su política entreguista y hambreadora,
para luego satanizarlo y así poder
perseguirlo. No importa si La Cámpora te disguste, mientras critiques
los ajustes y represiones de Macri, tanto Lanata, como los del PRO, no les
preocupará de que tendencia Camporista seas, el Sambenito no permite
explicaciones, lo que está en juego no es un problema celestial, ni de supuestos
acusados; sino algo más terrenal, la
entrega del país al Capital Financiero, conducir al pueblo argentino a
condiciones de la edad de piedra y ellos vivir de rentas, como gerentes de las
empresas que van a saquear al país o, en caso de ser los Macristas más pequeños, otorgarles la Comisión
Directiva de una Fundación, para que las grandes empresas puedan evadir
impuestos y lavar dinero, continuando la política del saqueo nacional.
Cada
religión posee distintos ritos para
expulsar demonios, pero en caso de una victoria de Macri ¿cómo se expulsaría a
éstos saqueadores, banqueros, negreros, rentistas y benefactores de sí mismos?
Seguramente la fuerza de éste mal terrenal radica no solo en el apoyo de su
clase social, también radica en la metafísica en que se apoya un sector importante
de posibles opositores, cada cual traerá su dogma, pero sin entender lo más
básico, en que tiempo y país estamos, no deja de ser metafísica barata. Lo
único que puede expulsar a éstos sinvergüenzas, es la organización y
movilización democrática de todos los sectores del pueblo, sin sectarismos.
Toda
organización democrática, necesita de todas las tendencias populares, como
refuerzo contra la endemonización presente y futura. Esperemos que esto no
suceda y que muchos no quieran inmolarse votando al PRO, principalmente las
Clases Medias que ni Europa les queda para ir de refugio. Pero, por las dudas,
como primera medida hay que desenmascarar el discurso de Macri y defender a los
acusados de todos los males del país, principalmente demostrar que oculta
endemonizando a La Cámpora, aún sin ser Camporista o ser, como el que escribe,
crítico del camporismo, tanto como defensa de todo el Movimiento Popular, las
Conquistas Nacionales y Populares y de nuestras propias ideas Nacionales y Socialistas.
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