Por
Catherine Lacourt y Carlos Alcántara, América Economía Intelligence
Después
de un 2015 para el olvido, los grandes bancos latinoamericanos han recuperado
volumen respecto de activos. Ya que en este ranking el tipo de cambio no los
golpea como en el anterior, se puede decir que los 250 mayores bancos de
América Latina volvieron a recuperar peso: medidos en dólares, sus activos
aumentaron en 2,9%. Poco, pero revierte la tendencia del último año. Esto se
explica fundamentalmente por la recuperación de los bancos brasileños (el año
pasado los brasileños cayeron en activos un 21%, mientras que este año se
recuperan común crecimiento del 4%). Esto es tanto por el freno al derrumbe del
real, el cual se estabilizó en torno a un 3,3 reales por dólar, como por el
aumento de los activos totales brasileños considerados en el ranking. Algo que
pasa por primera vez en tres años, en dólares corrientes.
Sin
embargo, esta recuperación tiene un costo: las utilidades de estos 250 caen en
un 16%. Una caída seguramente empujada por las fuertes reestructuraciones que
fueron necesarias tras la caída de 2015 y muy significativa, si se considera
que el efecto del tipo de cambio no fue devastador, al menos en los niveles en
que lo fue el año pasado.
Si
bien la reducción de utilidades es liderada, en términos porcentuales, por los
bancos uruguayos y panameños (-56,3% y -13,9%, respectivamente), en cuanto al
volumen absoluto de lo que se dejó de ganar, los bancos relevantes son los
brasileños (con US $3.692,1 menos que en 2015).
Siguiendo
la lógica por países, los bancos centroamericanos (sin Panamá), argentinos y
colombianos del ranking aumentan sus utilidades en vez de disminuirlas.
Huelga
decir, desde un análisis agregado por países, que ninguno de ellos arroja
pérdidas a junio de 2016. En cuantos a bancos individuales, solo 12 reportan
utilidades negativas a la misma fecha.
Respecto
de la presencia de los países en el ranking, las novedades corren por el lado
de los bancos paraguayos y bolivianos. Mientras que los paraguayos entran al
ranking en un número de seis (entre los puestos 124° y 243°), los bolivianos
van sumando bancos al listado, de dos en dos, los últimos dos años, llegando a
once este año. En la otra cara de la moneda, los bancos venezolanos reducen su
participación a tan solo cuatro bancos, mientras que el año pasado tenían seis.
Y eso que el dólar considerado para estos bancos sigue siendo el de la tasa
SIMADI, la que se usa para sacar dinero de Venezuela, y la que es menor al
dólar oficial, pero muy superior a la del mercado negro.
25
mejores
Este
año hemos introducido relevantes cambios en la metodología de medición de la
calidad de los bancos, y que han mejorado nuestro ranking de los 25 mejores.
Este
listado es este año liderado por el Banco de Chile, el que alcanza la primera
posición por mostrar equilibrio en todas las variables de la metodología CAMEL.
Este banco, al igual que todos los chilenos, destaca principalmente en
Eficiencia, una variable que este año se normalizó mediante la construcción de
un indicador que mide tanto los gastos administrativos en relación alos activos
totales, como los gastos de personal en razón a la cartera de crédito.
En
ambos indicadores los bancos chilenos tienen ratios muy superiores, no porque
sus activos estén particularmente disparados, sino porque sus gastos son
significativamente más competitivos que los de los otros países. De este modo,
Chile es el país con mayor cantidad de bancos dentro de los 25 mejores: seis en
total.
Después
de los bancos chilenos, destacan los colombianos. Cuatro de ellos entran en
este listado, pero dos están en el podio de honor. Es el caso del Banco de
Bogotá (2°), del Grupo
Aval,
el que este año exhibe las más altas rentabilidades sobre activos y patrimonio,
por una utilidad neta por sobre los US $ 1.000 millones, y los mejores ratios
de suficiencia de capital, que es la relación entre patrimonio y activos.
Después, sigue en el tercer puesto Bancolombia, el que combina niveles de
eficiencia competitivos con una alta suficiencia de capital.
Los
bancos peruanos presentan buenos indicadores, por lo que cuatro de ellos
integran este listado (entre los puestos 6° y 16°). Un número que tiene doble
mérito, pues representa el total de bancos peruanos elegibles para estar en
este listado (todos aquellos comerciales privados que venden sobre US $ 4 mil
millones y con datos suficientes y normalizados para ser observados mediante
CAMEL, los que suman 67), en instancias en que los bancos chilenos califican
solo al 67% de sus bancos elegibles y, los colombianos y los centroamericanos,
solo 33%.
Dentro
de la escuadra peruana, el mejor posicionado es Scotiabank (6°), pero destaca
también el Continental BBVA, pues muestra la mejor calidad de activos entre los
25 seleccionados.
Al
observar el listado este año, llama la atención la baja presencia de los bancos
brasileños. Esto se debe fundamentalmente a las modificaciones al trato de la
variable de tamaño en nuestra metodología, que disminuye su ponderación de 20%
a 10%.Los bancos brasileños, además, tienden a tener menores rentabilidades y
mayor proporción de carteras de morosos que sus pares latinoamericanos.
De
cualquier modo, todo banco que esté en este listado indica que tiene un alto
estándar de gestión. La diferencia en el índice final entre el banco 1° y el
25° es apenas de 7,5 puntos, por lo que cualquier mejora futura puede
significar saltos importantes de posición, lo que muestra altos grados de
competitividad en este segmento. Sin embargo, existen importantes diferencias
en el conjunto de bancos precalificados para este ranking: el último de ellos
(calificado 67°), tiene una distancia del líder de 34,1 puntos, lo que sí
representa una diferencia muy significativa.
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