Por: Fernando
Arrieta, militante de
Juventud
Peronista Morón.
El Peronismo históricamente ordenó la
política por frentes de lucha, de clase, género y etarios. Existía la rama
femenina, las organizaciones de trabajadores y la juventud con una importante
actividad en la resistencia a fines de los años sesenta. Ya en el tercer
gobierno del General Perón, el sector de juventud, toma un protagonismo
importante en la discusión de los espacios de poder, dentro del movimiento
justicialista, ocupando importantes cargos públicos, discutiendo conducciones a
algunos dirigentes sindicales e incluso también discutiendo el modo de
conducción del General. Cabe aclarar, que esta juventud peronista que tuvo una
incorporación masiva de militantes a sus diferentes organizaciones poseía un
importante trabajo de base y social.
Durante los años posteriores a la
dictadura cívico militar, décadas del ochenta y noventa, la juventud perdió
lugares dentro del movimiento que principalmente en la década neoliberal lo
ocupó la rama política. A partir del 2003 con la llegada de Néstor Kirchner a
la presidencia, la juventud (principalmente de clase media) tuvo su reverdecer
y empezó a ocupar lugares de participación dentro del Estado.
Ya a partir de la segunda presidencia
de Cristina Fernández sectores de la juventud ocuparon un lugar central del
dispositivo político, con una inclusión masiva de jóvenes de clase media
universitaria desde el aparato estatal, dejando a un costado a los intendentes
y al movimiento obrero (pieza
fundamental del peronismo) En la
estrategia electoral y es aquí donde se sucedieron las dos derrotas más
importantes del peronismo, en 2013 y 2015, donde se pierde el bastión principal
del peronismo: la Provincia de Bs As y en consecuencia la Nación.
Las consecuencias de alejarnos de los
sectores que formaron originariamente nuestra base de sustentación en el poder,
el movimiento obrero, las asociaciones de profesionales, las organizaciones
libres del pueblo en su conjunto, fueron
fatídicas y le facilitaron a la derecha acceder por primera vez a través
de las elecciones a Balcarce 50.
¿Cuál es la tarea de la
JP en este escenario adverso para el movimiento?
Organizarnos para recuperar el trabajo social en el territorio,
las universidades, los clubes barriales que durante los años de la proscripción,
el CONINTES y luego durante el tercer
gobierno peronista, la Juventud Peronista supo desarrollar.
Debatir internamente todo lo que sea
necesario para que los escenarios del peronismo vuelvan a ser los sindicatos y
las organizaciones libres del pueblo, para recuperar el apoyo y la
participación activa de los más humildes, para liberar la patria e instaurar un
modelo de país sustentando en las tres banderas históricas del Peronismo
soberanía política, independencia económica y justicia
social.
Comprender que tenemos la
responsabilidad histórica, como generación, de contribuir al pueblo con todas
nuestras fuerzas, para liberarnos de la opresión oligárquica e imperial que
viene a reinstaurar cambiemos a través del modelo agrícola exportador y de
servicios.
Ocupar los lugares donde el Peronismo nos
requiera, con una vocación de servicio a la Patria y la reconstrucción del
movimiento. Entendiendo que el trasvasamiento generacional no significa tirar
todos los días a un viejo por la ventana, sino que debemos complementar la
fuerza y la pujanza de los jóvenes con la sabiduría y experiencia de nuestros
compañeros mayores.
“Tenemos una juventud
maravillosa que todos los días está dando muestras inequívocas de su capacidad
y su grandeza. Y tenemos una verdad que el tiempo se ha encargado de confirmar.
Tenemos la oportunidad que la historia nos brinda: solo nos falta que nos
empeñemos con unidad y solidaridad “JD
Perón.
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