Por: Lic. Santiago Muñiz
Politólogo
La
construcción de una nueva mayoría es un ejercicio del que se ocupa más la
praxis que la teoría. Es un devenir dentro de un proceso mayor. Como decía
Perón, la revolución se hace en una evolución. Revolucionamos la evolución.
La
crisis del 29 y la segunda guerra mundial fueron estructuralmente importantes
para el surgimiento de la nueva mayoría del primer peronismo. Es decir, aquí
tenemos una primera variable que da cuenta de ciertos procesos que determinan
este fenómeno; un contexto internacional determinado que permite la alquimia
positiva, que por momentos generaron el peronismo en los 40 y el kirchnerismo
en la primera década del siglo XXI.
En
segundo y tercer lugar, a un determinado contexto internacional, le sumamos la
voluntad política de un líder, y la capacidad que tiene este para interpretar
el discurso social de esas nuevas fuerzas vivas gestadas como consecuencia del
impacto del contexto regional en nuestro país.
Digamos –fierros, cerebro y oído. El que dude del impacto que tiene el
contexto hágase esta pregunta; por qué los gobiernos populares, además de estar
retrocediendo, también lo hacen al mismo tiempo.
Hombres
y mujeres con voluntad hay muchos, el poroto que desempata, es el que logra
hacer la mejor interpretación del sentido común de la sociedad, y contarlo,
explicitarlo y evidenciarlo de la mejor manera. (Trump).
En
la actualidad el desafío de una nueva mayoría anida en la posibilidad de volver
al pre 2013. Es cuestión de pensar, si la nueva fase de la política argentina
soporta que se vuelva a aglutinar lo que se partió en el 2013 y el derrotero de
la plaza del 9 de diciembre de 2015.
Heráclito
de Efeso decía; “Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río
y en el que se baña”. “Todo cambia nada es”. Es decir, la dorada hegemonía kirchnerista
(2003-2013), construida con esfuerzo y bisturí, y otras veces con tramontina, hoy representa un
imaginario de políticas públicas custodiadas por el Estado, que de arriba para
abajo, garantizaban un piso de goce para todos los hombres y mujeres del mundo
que quieran habitar el suelo argentino.
La
valoración de este proceso se va a robustecer con el paso el tiempo, la
distancia mengua el odio y las pasiones extravagantes, pero para esta coyuntura
pensemos un teorema sencillo: Cuanto más se aleje #Cambiemos de promover un
piso mínimo de goce, aumentan las posibilidades de que se re-aglutine la ancha
avenida del peronismo.
¿Quién
dijo que iba a ser fácil? El camino está lleno de trampas y espinas. El
presente es consecuencia de una derrota electoral plagada de errores tácticos y
de la fragmentación de nuestra fuerza política. En este escenario –donde
perdimos- nadie puede ser vanguardia ni autoproclamarse iluminado. La
construcción política debe ser más contenedora y generosa, entendiendo que la
historia no empieza cuando uno llega, ni termina cuando uno se va; el “río de
Heráclito” es más viejo y ancho de lo que uno se imagina.
En
fin…hay un desafío enorme; organizar la expresión de esta memoria de
recuperación social. Este partido se juega en el medio de dos extremos, y las
chances serán para los que mejor representen este imaginario de bienestar, y
los que puedan ligar e hilvanar las distancias ideológicas, metódicas y
generacionales que caracterizan al campo nacional y popular.
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