Un aporte crítico
Escrito
el 8/3/2017
Por:
Prof. Edmundo Mario Zanini
DNI
8.118.381
No son tiempos fáciles, sin lugar a dudas.
Pero tampoco lo fueron los de Alfredo Bravo, Isauro Arancibia e incluso
aquellos de ese puñado de mujeres y hombres, muchos metidos a sindicalistas muy
de apuro, que sostuvieron la huelga docente en 1958, logrando una Ley, avanzada
para su época y mancillada cien-mil-veces en los tiempos recientes (el Estatuto
del Docente de la provincia de Buenos Aires). Es cierto que, como en el caso de
los primeros recordados, no es lo mismo enfrentar a una dictadura (armas en
mano incluso, como finalmente lo hizo defendiendo la sede del sindicato del que
era Secretario General y muriendo en la patriada el mismo Isauro en la noche
del veinticuatro de marzo de mil novecientos setenta y seis). Para poder
desempeñarse en esas horas sólo hacía falta valor, “agallas”… y vergüenza. Hoy hace falta muñeca (incluso,
inflable…). Las cosas cambian.
Y seguramente lo supieron (y tal vez se
equivocaron) hombres como Alfredo, cuando ya en democracia se sumaron a la
tarea de representar al gobierno ante sus antes compañeros de lucha, en la
ilusión de concretar aspiraciones. Sé que no es fácil asumirse a la hora de
negociar.
“Haz
que tu vida sea
Campana que repique” (1), les diría a nuestros paritarios.
Campana que repique” (1), les diría a nuestros paritarios.
Pero “Perdé la ilusión de hablarles a tus
interlocutores ministeriales. Hablále al ´gran público´”.
Lo que sucede es que, en tiempos de fuerte
presión mediática, de terribles compromisos político-partidarios, ser representante sindical es mucho más
complejo que ser funcionario e incluso Presidente o Gobernadora. Por ahí, mentir,
es fácil. Nadie, en todo caso, podrá desarrollar argumentos para probarlo. Y
tener poder para hacer justicia.
Si tenés que presentarte como líder de un
sector castigado históricamente, como el de los trabajadores de la educación, y
seguir siéndolo (en esa inveterada costumbre de los modernos gremialistas)
cuando cambia la camiseta (pero no las mañas) el gobernante de turno, tratarás
de simular que la vas de duro (cuando estás enganchado), que te preocupa el
mísero salario (heredero insuperable del que negociaste hace un lustro atrás)
de tus representados, que hay recursos genuinos para los trabajadores (las
cuentas bancarias de los dueños del poder económico) si hace pocos años verseabas
a tus propios compañer@s con lo exiguo de “la masa salarial” disponible,
transformado en vocero del Ministro de Economía cuando ibas a reclamar en las
asambleas amañadas que te aprobasen una negociación “a la baja”…
No quisiera estar en tu pellejo.
Mirá si, porque la historia tiene esas cosas,
se llegase a dar vuelta la taba y la
Señora de ojos
vendados . . . “a los justos humillados
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.” (2) se recupera…
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.” (2) se recupera…
Si
junto a esos mandatarios, miembros de cualquiera de los grupos
cartelizados de políticos corruptos que persiguen a otros por corruptos, junto
a los desvergonzados “compañeros” de la
clase sindical que (horror le daría a Agustín Tosco) integrás y la banda de
“comunicadores mediáticos”, te vieses, de repente, sin maquillaje, frente a un
pueblo, que ya sin venda en los ojos y sin mordazas, te repita:
“Que se vayan todos… ¡Que se vayan
todos YA! (3)
(1) Nicolás
Guillén – “Palabras fundamentales”
(2) María
Elena Walsh – “Oración a la Justicia”
(3) El
pueblo – Crisis de 2001 / 2002
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