Por Fernando Bragado Julvé
Vivimos en una época, en la que los medios
hegemónicos nos imponen los temas, y la legitimidad o no de aquellos que
detentan alguna representación, de sectores de la sociedad.
En el año 2013, cuando se jubila el papa
Benedicto, esos mismos medios cubrieron el cónclave, con la secreta esperanza
de que la iglesia seguiría el rumbo jerárquico, que venía en el Poder.
Después de todo ya el único cardenal
argentino, con alguna remota posibilidad, había salido segundo en la anterior
elección, y de eso según nuestra mentalidad, no se vuelve.
Con lo
que no contaban era con la presencia del Espíritu Santo, ya que no queda otra
explicación, para entender lo que ocurrió allí.
Cómo
ese hombre que entró caminando, solo y de la forma más humilde, fue electo
Papa. Y porqué él eligió como nombre Francisco: por su formación jesuítica,
muchos pensamos en Francisco Javier. Pero no, él superó nuestras expectativas,
lo eligió por el santo de Asís. Por el más pobre entre los pobres.
Pero yo creo que lo verdaderamente revolucionario
de esta elección, fue que eligieron a un Párroco, a un pastor cercano a su
rebaño.
El mismo que eligió vivir en un lugar donde
no lo aíslen, cerca de su gente.
Así las cosas, me pregunto por qué tenemos que pensar en defenderlo si él nos
habla de la verdadera solidaridad, que es la de compartir lo que nos falta, y
no lo que nos sobra.
Nos muestra que el capitalismo sólo persigue
la acumulación insensata de la riqueza, aún a costa de destruir todos los dones
que Dios puso a nuestra disposición.
Francisco nos habla de nuestro prójimo como
ese ser concreto que está a nuestro lado, y que muchas veces nos molesta.
El nos habla de la corrupción puertas afuera
de la iglesia, y la combate puertas adentro como hace siglos no se hacía.
El les habla con respeto a todos, pero con
autoridad. Por eso su palabra es escuchada.
Y yo
me pregunto por qué hay que salir en su defensa, si como casi todos los que
hemos recibido su bendición en alguna audiencia pública, sentimos como nunca la
sensación de que recuperamos la verdad del mensaje de Jesús.
Y precisamente eso, hasta los que quisieran
usarlo, no lo aceptan. Dicen “si al fin y al cabo es peronista”.
Pero él PROCLAMA SU AMOR POR EL
PUEBLO. Y lo dice en su lengua, por eso le pegan, por que NO QUIERE SER UN PAPA
MAS. Y porque se conforma con seguir siendo, simplemente, el Padre Jorge.
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