sábado, 26 de abril de 2014

DEFENDER Y REORGANIZAR A LOS TRABAJADORES PARA PROFUNDIZAR EL PROYECTO NACIONAL

Por Daniel Chaves

   Esta novena edición de Huellas Matanceras llega con lanzamiento incluido de nuestro Grupo de Pensamiento Nacional. Además, ampliamos el panorama analítico hacia el plano internacional, sin descuidar ciertas críticas categóricas al –por ahora- principal representante político del establishment en nuestro país. Pero también destacamos propuestas tendientes a fortalecer la malvinización de la conciencia colectiva en territorio bonaerense, entre tanto proseguimos aportando a la difusión de esa “otra realidad” informativa, precisamente la que suele ser ocultada por los grandes medios masivos de “confusión”… es decir, aquellos hechos concretos que son ignorados deliberada y canallescamente por tratarse de nobles luchas y logros de grupos cooperativos, “el subsuelo de la patria sublevado”, al decir de Scalabrini. Y que por tratarse de compatriotas que forjan puestos de trabajo, o salen a cuidar los precios de los productos de la canasta básica, pareciera que deben ser ninguneados desde la vereda cipaya, mientras éstos otorgan grandes titulares de tapa a lanzamientos de nuevas y siempre obscenas alianzas políticas variopintas, rigurosamente antiperonistas, claro está.
   También analizamos los ejes y el tratamiento mediático de los linchamientos que semanas atrás, gozaron de centenares de horas de televisación y morbosos análisis de los representantes del imperialismo en el periodismo argentino.
   Además, como no podía ser de otro modo, reivindicamos a los trabajadores, acción que por cierto efectuamos por diversas vías en cada edición de la publicación, y no por mero folclorismo para el 1° de Mayo. Y aquí me detengo unos instantes junto al lector: El Campo Nacional precisa fortalecer y ahondar a la máxima expresión posible la ligazón y la gravitación al interior del Frente Nacional y Popular de la clase trabajadora, incluso en gradual superación de sectores medios más afines al ala progresista del campo nacional, algunas veces inocultablemente reacios a brindar un rol más destacado a los trabajadores, en su gran mayoría, históricamente peronistas.
   La clase obrera merece potenciarse como eje central de las directrices que se tracen en los próximos meses en la orientación de la línea del Gobierno Nacional, con su correlato en las provincias y los municipios. Puesto que la pérdida del apoyo incondicional de quienes siempre han sido sostén e impulso básico del movimiento Nacional, podría acarrear gravísimos resultados, muy difíciles de desandar a futuro.
   Homenajeémonos los trabajadores y a sus luchas pasadas y por venir, simbólicamente este Primero de Mayo, y batallemos en la profundización de un pensamiento popular, nacional y lo suficientemente crítico como para que –dicho y sea de paso- los trabajadores organizados sindicalmente vayan dándose a la lucha por la superación política e ideológica respecto de buena parte de sus dirigentes, tan lamentablemente relacionados en no pocos casos, a la Sociedad Rural Argentina y a lo más rancio del campo antinacional. En esa tarea, todos tenemos un arduo rol que desempeñar.

   Aprontemos la discusión para ganar, desde los hechos concretos de un salario cuidado por las obligaciones y la correcta orientación gubernamental, y desde una victoria ideológica completa, a los trabajadores en forma perdurable para la Causa Nacional. Que el evidente desencuentro entre una parte de la dirigencia sindical y el Gobierno popular no enturbie el imprescindible vínculo entre éste y la clase trabajadora. 



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