jueves, 25 de septiembre de 2014

UN OLIGARCA ASUSTADO

Material facilitado por gentileza del Lic. Ezequiel Beer

Para los peronistas consecuentes con la ideología que parió la Constitución Nacional de 1949, la propiedad privada tiene una función social, y en consecuencia está sometida a las obligaciones que establece la ley con fines de bien común.
La letra de aquella Carta Magna bien nuestra, derogada a punta de fusiles por los asesinos de Valle decía: "Incumbe al Estado fiscalizar la distribución y la utilización del campo e intervenir con el objeto de desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad".
Según datos de fines de agosto del corriente año, de los 55 millones de toneladas que rindió la última cosecha de granos, 27 millones permanecen guardados en silo-bolsas, retenidos por los grandes productores del campo a la espera de una devaluación del peso.
Esto representa 10.000 millones de dólares que no ingresan al país y atentan contra la economía nacional y el conjunto del pueblo argentino.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, alarmado por la inminente promulgación de una nueva "Ley de Abastecimiento" manifestó:
"Los productores estamos en alerta porque vemos que quieren crear una herramienta para confiscar la producción de los campos... se va a terminar con la propiedad privada en la Argentina".
Tiemblen oligarcas, el peronismo ha vuelto. 

HECTOR AMICHETTI - SECRETARIO GENERAL FEDERACION GRAFICA BONAERENSE

miércoles, 17 de septiembre de 2014

CONSOLIDAR LA CTA PARA PROFUNDIZAR LAS TRANSFORMACIONES

Documento del Plenario Nacional de CTA

Los cambios producidos en el escenario político, a nivel nacional, regional y mundial, obligan a remitir nuestro análisis de la coyuntura política a la última década. En la Argentina, particularmente, estamos transitando una nueva etapa en el proceso de transformaciones que comenzó a operarse a comienzos del siglo XXI, luego de la crisis resultante de la imposición del proyecto neoliberal aplicado a partir de la última dictadura cívico militar y profundizado en la década del 90.

La situación que en el año 2001 caracterizábamos como una crisis de hegemonía, en la medida en que expresaba la imposibilidad de los sectores dominantes de continuar ejerciendo la conducción del proceso social, permitió, con la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación en 2003, dar inicio a un proceso gradual y sostenido de recuperación de la capacidad del Estado para orientar la dinámica social en un sentido favorable a los intereses populares. La firme decisión de incorporar muchas de las demandas históricas del movimiento popular a la agenda del nuevo gobierno, apoyándose en el capital social acumulado durante los años de la resistencia, fue configurando un proyecto político definido por los objetivos de la inclusión y justicia social, la soberanía política y la independencia económica, que han sido los pilares de la identidad nacional y popular a lo largo de la historia de nuestra Patria. A eso se sumó una ofensiva que erigió en política de Estado a la causa de los organismos defensores de los derechos humanos. Memoria, Verdad y Justicia fueron banderas en alto a partir del 2003, con un emblema en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El fenómeno de adhesión popular que generó la recuperación del nieto de Estela de Carlotto es producto de ello.

Sobre la base de una articulación política centrada en el liderazgo presidencial -iniciado por Néstor y continuado por Cristina Fernández- y pragmáticamente orientada a disponer a los actores políticos existentes al cumplimiento de las tareas que de modo paulatino iban definiéndose como necesarias, el kirchnerismo logró, al tiempo que se constituía como una identidad política capaz de movilizar voluntades en torno a estos objetivos, impulsar cambios que han resultado decisivos para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo y para abrir un horizonte de oportunidad para promover nuevas transformaciones.

El juicio a los responsables del genocidio, el desendeudamiento, la creación de empleo y la reactivación del mercado interno, la reestatización del sistema previsional, el incremento del presupuesto educativo, de salud, y de investigación, la Asignación Universal por Hijo, la sanción de las leyes de Medios de Comunicación Audiovisual, de matrimonio igualitario, de identidad de género; la recuperación de Aerolíneas Argentinas y de YPF, la vigencia indiscutida de las convenciones colectivas de trabajo en casi todas las ramas de actividad; el fortalecimiento de las relaciones con América Latina y la decisión de asumir la integración regional como un pilar del proyecto nacional, bastan para comprender la novedad de esta etapa y el valor reparatorio que ha implicado para los sectores populares. Mención aparte merece la decisión de rechazar el ALCA en la Cumbre de Mar del Plata en noviembre de 2005. Aun reconociendo que todavía es preciso avanzar y recuperar conquistas arrebatadas por el neoliberalismo, es indudable que el actual período histórico configura un momento de avance del campo popular.

Ahora bien, la reactivación que estas medidas generaron permitió, en su momento, sortear las dificultades derivadas de dos frentes problemáticos. En primer lugar, la ofensiva desplegada por la reacción de aquellos sectores que perdían privilegios e inmunidades, y de quienes veían condicionadas sus siempre inmensas ganancias. El momento más álgido de esta ofensiva se vivió en el año 2008, con la conformación de un arco opositor a la Resolución 125 que establecía las retenciones móviles a las exportaciones agrícolas. El rechazo a la medida del gobierno nacional de atar el porcentual de retenciones a la variación de los precios internacionales, no sólo con el fin de asegurar el ingreso de divisas a las arcas públicas con fines redistributivos, sino de limitar el impacto del alza de las commodities sobre el mercado interno, permitió a todos los sectores opositores agruparse en torno al reclamo de las corporaciones del sector agropecuario y fue, al mismo tiempo, un elemento aglutinante de las organizaciones del campo popular y de amplios sectores no organizados de la sociedad que vivieron esa confrontación como un llamado a la toma de posición en el escenario de la disputa. Si bien el resultado inmediato de la “batalla de la 125” fue adverso, el saldo posterior resultó en un avance sustantivo: la estatización del sistema previsional; una determinación fundamental que permitiría luego desplegar una serie de iniciativas de política social que sin duda han representado mejoras para los sectores más desprotegidos, y que han otorgado un grado importante de sustentabilidad para dichas iniciativas.

Poco después, la emergencia de la crisis económica internacional, encontró a nuestro país en mejores condiciones para afrontar los efectos de la retracción de las economías centrales. La reducción significativa del peso de la deuda externa y el cese de los condicionamientos del FMI sobre la definición de la política económica nacional, así como una mayor disponibilidad de recursos para mantener movilizada la economía y para asegurar la preservación de los niveles de empleo, resultaron cruciales para limitar el impacto local de aquella crisis.

Ninguno de estos factores de riesgo ha cesado de actuar. En distintas formas, la persistencia de esa amenaza pone en evidencia la vulnerabilidad de un proceso que, para consolidarse y viabilizar su profundización, aún debe afrontar la resolución de tareas que implican transformaciones estructurales y suponen, por lo tanto, niveles más altos de confrontación con los poderes fácticos. En el último año, la presión de los sectores exportadores para producir la devaluación de la moneda logró imponerse a través de las maniobras del poder financiero, que obligaron al gobierno a modificar la relación cambiaria, y a desplegar una serie de dispositivos para evitar que esa decisión impactara excesivamente en la capacidad de consumo de los asalariados. Si bien el efecto acotado de la devaluación demostró la preocupación del gobierno por preservar la situación de los sectores populares, su inevitabilidad dio muestras, también, de la persistencia de una estructura económica excesivamente dependiente de las decisiones de los sectores concentrados, fuertemente extranjerizada, primarizada e insuficientemente regulada por el Estado. A estos factores se sumó el impacto de la crisis global en la región, con la consiguiente desaceleración del crecimiento económico y la aparición de señales preocupantes tales como suspensiones y despidos de trabajadores en algunas ramas dinámicas de la producción. Esta situación -que se ha instalado desde fines de 2013- pone al descubierto la voracidad de las grandes patronales que no dudan en acrecentar sus ganancias gracias la reducción de sus plantas de personal.

De manera que ya no sólo la expectativa de profundizar el proceso de redistribución de la riqueza, sino la posibilidad misma de asegurar lo conquistado hasta ahora, exige avanzar más decididamente en un proceso de industrialización centrado en la satisfacción de las necesidades de la mayoría, y requiere elaborar instrumentos que permitan controlar y orientar la producción y distribución de bienes y servicios básicos en función del interés común y en la perspectiva de un nuevo modelo de desarrollo económico y social. Para nosotros es crucial defender lo conquistado hasta aquí ya que sin esa defensa activa no sería posible pensar en un avance.
En ese sentido, como parte del intento de avanzar, apoyamos los proyectos de leyes para controlar la especulación y el abuso de los monopolios en la formación de precios. La oposición de las cámaras empresarias de los sectores más fuertes agitando el “fantasma del estatismo” y reivindicando la propiedad privada y la libertad de mercado, discurso asumido también por los portavoces de la oposición, reafirma la necesidad de los sectores populares de estrechar filas para evitar que estos proyectos fracasen. Es estratégico que el Estado pueda recuperar instrumentos de control que permitan revertir la debilidad del sector público frente a los grupos concentrados de la economía. Esta debilidad resulta, por otra parte, notablemente balanceada por una decisión política que ha demostrado que el actual gobierno no está dispuesto a someterse a los dictados del poder financiero, ni a desandar el camino transitado en pos de la conquista de mayores márgenes de soberanía para nuestra nación. La batalla contra los fondos buitres y la resolución del juez Griessa constituyen una prueba cabal de esa determinación y coloca a la Argentina en el centro de la disputa por el rumbo de la economía mundial.

Es imprescindible comprender que, en este litigio, no está en juego exclusivamente la posibilidad de continuar el proceso de desendeudamiento nacional, aun cuando ese objetivo resulte de primera importancia. El devenir de este conflicto -en el que, magistralmente, la jugada del gobierno argentino ha puesto en contradicción a los propios actores financieros, y a ellos con los gobiernos de los países centrales– será decisivo para el futuro del sistema económico global. La reciente iniciativa anunciada por la presidenta de la Nación de enviar al Congreso el proyecto de ley para el pago soberano de la deuda externa, reemplazando al Banco de Nueva York como agente de pago, no sólo enmienda un agujero negro de nuestra soberanía, sino que significa redoblar la apuesta política en la confrontación con el capital financiero internacional.

Para las organizaciones populares, por lo tanto, esta perspectiva no sólo exige la definición de propuestas y la intervención en el debate político, sino, muy especialmente, la multiplicación de su capacidad organizativa y su representatividad. A lo largo de este proceso, las organizaciones populares se han visto confrontadas con nuevos desafíos que han conllevado severas crisis, divisiones y realineamientos. Las organizaciones sindicales, especialmente, hemos tenido que revisar nuestras estrategias y modos de organización con vistas a lograr constituirnos como actores en un escenario que tempranamente definimos como una situación de avance del campo popular. Esta interpretación de la etapa confrontó, en la práctica, con la de quienes veían apenas cambios superficiales que, según su sesgada visión, encubrían la continuidad de las políticas neoliberales de los gobiernos anteriores. Esto produjo debate y tensiones al interior de nuestra central que, a partir del conflicto con la Sociedad Rural y sus aliados en el 2008, fueron tomando estado público y generando divergencias cada vez más profundas. El tema de la autonomía de nuestra Central empezó a estar en el nudo de esas discusiones.

Nuestra posición reafirmó que la autonomía -que siempre reclamamos para nuestra Central, y que consideramos una condición necesaria para preservar la defensa del interés de la clase trabajadora en nuestro accionar– no debía ser confundida con una presunta neutralidad que, en estas condiciones, implicaba de hecho un abstencionismo que sólo podía favorecer al campo de la reacción y del bloque dominante. En tal sentido, como parte de la clase trabajadora, nos pronunciamos con claridad apoyando la continuidad del proyecto político nacional y popular en marcha, para ser parte activa en la profundización de su carácter transformador.

Desde esa concepción de autonomía hemos acompañado todas las medidas que comprendimos como pasos necesarios para avanzar en aquel rumbo, y hemos promovido y reclamado aquellas decisiones que consideramos debían adoptarse para continuar este proceso, para reparar sus deficiencias y profundizar las transformaciones. El desafío de constituir a la organización sindical como un actor capaz de incidir en la definición de las políticas de Estado, y de ser protagonistas en la construcción de un proyecto nacional, popular, democrático y emancipador, exigen de nuestra Central la capacidad de identificar adecuadamente las contradicciones que determinan, en esta coyuntura política, la siempre dinámica configuración del movimiento popular, y la correlación de fuerzas que define en cada momento el horizonte de posibilidades para la acción política.
En el futuro inmediato, cuando la finalización del segundo mandato de Cristina Fernández se convierte en un acicate para la estrategia reaccionaria que quiere ver en el fin del período presidencial la liquidación del proyecto popular, los intentos de desestabilización y condicionamiento por parte del poder económico y sus aliados prometen intensificarse. En este contexto, es muy importante el papel que debe desempeñar la CTA para generar iniciativas tendientes a aglutinar y unificar a los distintos sectores del campo popular. La presencia en el debate público, la movilización y la puesta en marcha de espacios de articulación como la Convocatoria Económica y Social, son un aporte que estamos en condiciones de realizar allí donde tenemos más desarrollo. También es clave el protagonismo de la CTA en la formulación de las demandas de la clase trabajadora, con una visión del conflicto social que haga posible integrar como parte de una misma totalidad a la heterogénea composición actual de nuestra clase. No podemos ser sólo portavoces de los asalariados que tienen convenio y trabajo registrado porque, en ese caso, estaríamos haciéndonos cargo del mandato de apenas una parte del colectivo laboral.
Fiel a la decisión asumida en el momento mismo de nuestra constitución como Central, dispuesta a extender su representación más allá de los límites del trabajador formal, el desafío es crecer integrando también al variado universo de los no registrados, a los trabajadores cooperativizados, a los de las empresas recuperadas, a los de las zonas rurales y a todos aquellos que como parte de nuestra clase tengan la necesidad de organizarse para reivindicar su dignidad y su demanda con un sentido de unidad y solidaridad.

Para eso necesitamos que el 18 de noviembre la elección nacional sea un hecho político que nos movilice y que legitime esta construcción de cara a los desafíos de un futuro cargado de incertidumbre para los sectores populares. Necesitamos una Central que fortalezca la identidad y la presencia de los trabajadores y trabajadoras de la Argentina en esta nueva etapa de la lucha: por más igualdad, más justicia, más democracia.-



Buenos Aires, 22 de agosto de 2014


sábado, 13 de septiembre de 2014

Disertación "De que hablamos, cuando hablamos de adicciones"

Gentileza Juan Carlos Dennin

El jueves 11 se desarrolló en la sede de FOETRA, en Morón, la disertación "De que hablamos, cuando hablamos de adicciones", a cargo de la Subsecretaría de Diseño, Monitoreo y Abordaje Territorial del SEDRONAR. El evento fue organizado por las agrupaciones que conforman el Frente Para la Victoria en el distrito con el aporte del Sindicato. La Dra.Sonia Ascar - y el Tallerista Horacio Alvarez llevaron adelante la temática. Carlos Ariel Díaz actuó como moderador. Estuvieron presentes los concejales por el FPV Cristina Rodriguez y Claudio Román. Se habló sobre los cambios producidos en el área con el fin de asegurar la presencia del Estado en las regiones más vulnerables de nuestro país, garantizando el desarrollo de redes preventivo-asistenciales integrales.
El enfoque actual de la secretaría frente al consumo problemático de drogas señala que la tarea es reconstruir el entramado social a partir de la consideración del adicto como un sujeto activo de derecho, con capacidad de crecer, soñar y proyectar. Que es necesario no criminalizar al consumidor sino promover espacios de integración que le ofrezcan otras opciones de vida y la posibilidad de ser incluido socialmente. En este sentido, la cultura, el trabajo y el deporte actúan articuladores que permiten construir sentido de pertenencia y fomentar la inclusión. La idea en el corto plazo es la participación de formadores que vayan acercando la situación de cada barrio para poder aportar la posibilidad de encontrar soluciones.


Juan Carlos Coral presentó su libro en la Casa del Pueblo Haedo

Por Daniel Chaves

Tal como lo desarrollamos en la primera edición de Huellas Suburbanas, continúa transitando diversas latitudes del territorio nacional, el histórico referente socialista argentino, Juan Carlos Coral, disertando y proponiendo una mirada actualizada de la obra de Alfredo Palacios, con sus luces y sombras, aciertos y errores, a través del libro que Coral escribió y publicó Editorial La Vanguardia.
La Rioja, Neuquén, ahora Haedo en el conurbano bonaerense, han sido testigos del incansable y siempre entusiasta peregrinar de Juan Carlos Coral, con mucho para decir, no sólo experiencias para transferirle a las generaciones más jóvenes, sino un fuerte basamento ideológico con una mirada aguda de nuestra coyuntura, tanto nacional como internacional.
En esta oportunidad, acompañamos al referente socialista en su exposición desarrollada en la Casa del Pueblo de Haedo, sede del Socialismo para la Victoria distrito Morón, y que contó con la participación en el panel del Jefe de Asesores de la Vicejefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, Dr. Guillermo Torremare, y del Secretario General de la USPV Morón, Diego Fernández.
Juan Carlos Coral decidió rendirle un sentido homenaje al histórico socialista francés, Jean Jaurés, al haberse cumplido 100 años de su asesinato, a escasas jornadas del inicio de la Primera Guerra Mundial, escenario que encontró a Jaurés ejerciendo el rol de principal opositor al conflicto bélico interimperialista.
También Coral nos dejó un mensaje simple y profundo, que es el modo de explicar y educar de los que realmente saben. Definió al capitalismo como “una forma moderada de la esclavitud”, por lo tanto y sin dejar de destacar que en el orden actual de nuestra realidad sociopolítica y económica, el “enemigo principal” continúa siendo constituido por los grandes grupos financieros de toda laya, “y no el gobierno nacional, como sectores tanto de derecha como de izquierda pretenden hacernos creer”.

A su vez, enfatizó que el pensamiento socialista debe retomar la senda de crear conciencia social, orientada ésta hacia la comprensión de que el sistema capitalista es injusto e inmoral desde sus raíces, ergo es imposible pensar en “humanizarlo” o tornarlo “justo”, sino que lo indispensable ahora y a futuro, es “luchar por la abolición lisa y llana del sistema capitalista”.



 

Vicisitudes de un país ante un mundo perplejo

Por: Ezequiel Beer
Geografo / UBA

Analista Politico

    La crisis económica y de consecuencias políticas de comienzos del año 2008 puso en evidencia que el poder del sector financiero ha desplazado al sector productivo en pos de ganancias rentísticas extraordinarias que afectan países y compañías.

Hoy día la posibilidad de afectar el único caso mundial de reestructuración de deuda positiva esta en las huestes de la Corte Suprema Norteamericana en pos de beneficiar a estos sectores en desmerito de la estructura financiera de un país.

La voluntad política de la Argentina de reconocer viejas deudas estatales con el objetivo de soberanizar en el largo plazo al país debe ser la clave para entender el porqué de dicho reconocimiento en pos de lograr autonomía en las políticas internas del país y posteriormente lograr una masa de recursos capaz de ser redistribuida a la población.

Conjeturar un retorno a políticas keynesianas o neokeynesianas en un mundo des producido o re localizado en su frente oriental  es un desafío pertinente dado los fracasos político-económicos de un Neoliberalismo impuesto a sangre y fuego en nuestros terruños.

Pero es quizás necesario considerar la importancia de interrogar a una población que aun añora tiempos pasados o es afecta a las interacciones de los medios de des – comunicación vigentes y su cola de acólitos que replican fehacientemente el mensaje que intenta deslegitimar la acción estatal.

En particular a un breve tiempo de celebrarse elecciones gubernamentales en el país y verdaderos intereses que no están a la vista juegan sus fichas en el más discreto pero concreto nivel.

La nueva regionalización llamada BRIC S pueda ser el entorno geopolítico necesario para establecer relaciones externas afines al proceso de integración arraigado en la UNASUR y el MERCOSUR pues la autonomía plena – aquella añorada por el viejo peronismo – en estos tiempos globalizantes se diría que no es plenamente posible.

En este sentido se establecen 2 ejes mundiales uno relacionado con la financiarizacion y la des producción – situado en el Hemisferio Occidental – y otro situado en el eje Sur/Sur relativo a la producción y a la extracción de recursos naturales.

Sin producción no hay Economía decía el viejo Lenin y lo que estamos presenciando es el aumento paulatino de la tasa de desempleo en los países occidentales fruto del proceso anteriormente señalado.

Des – colgarnos de la finanzas mundiales ha sido un valor considerable pues las necesidades financieras de desarrollo interno no pueden ser aplacadas por dicho sector sino que se deben buscar en el ahorro propio – “Vivir con lo Nuestro “dira Aldo Ferrer “– o en el nuevo entramado regional.

Augurar superávits fiscales, comerciales y de cuenta corriente es también soberanizarnos aun mas contando con nuestros propios recursos para afinar un proceso de desarrollo endógeno y poder contar con ciclos económicos positivos a largo plazo lo que prevé un horizonte de estabilidad no solo económica sino política y social.

Es indefectible considerar que pensar esta situación local no es ajena a los acontecimientos posteriores al año 2003 en la Argentina que ha posibilitado un desarrollo inédito en décadas anteriores y que habilita un horizonte aun mayor.

Toda esta por hacer si este proceso sigue en marcha con los actores que en su mayor caso expresen su intencionalidad y autenticidad sino de lo contrario otros co aligados a intereses foráneos tomaran lugar y una nueva oportunidad será perdida por décadas.




lunes, 1 de septiembre de 2014

Huellas que recorren el conurbano oeste… y un poco más

Por Daniel Chaves

   Toda publicación lleva algún período para su elaboración. Organizar el staff, combinar  ejes temáticos deseables de ser tratados en cada edición, difundir, distribuir, diseñar, concretar la impresión dentro de los costos más razonables posible (el “pecado” de la independencia periodística real, vieja hermana no reconocida de la pobreza franciscana) y salir al ruedo con la mejor producción posible, propiciando una herramienta para la reflexión serena del lector, sobre nuestra realidad y sus variables.

   Huellas Suburbanas nace como una síntesis, a priori pretendidamente superadora de otras dos experiencias gráficas con sus respectivas alternativas on line, como lo fueron el Rojo Suburbano y las Huellas Matanceras.

   Pretendemos ofrecernos como una revista que se asienta sobre las más ricas raíces populares de nuestra cultura nacional, y sobre el formidable desarrollo de los Movimientos Nacionales tanto en el terruño argentino como en buena parte de los territorios que debiesen constituir la Nación Latinoamericana. Brindaremos margen para la crítica tanto externa como al interior del Campo Nacional y Popular, no reaccionaria sino una crítica con sentido superador de aquello que se considere de desarrollo insuficiente o equivocado en nuestras diversas realidades institucionales. Deseamos contribuir a la consolidación y firme defensa de tales preceptos, so riesgo de, fruto del no cumplimiento de este postulado esencial de Huellas Suburbanas, fracasar en el intento de llevar adelante un periodismo militante con la impronta del pensamiento crítico en cada edición.

   Dentro de esta búsqueda por aunar excelencia periodística en la elaboración de notas de opinión (que es lo que seremos, una publicación de opinión, un laboratorio de ideas y debates), con nuestro posicionamiento honesto y abiertamente situado en una “trinchera ideológica” bien definida, amerita una finísima labor para integrar a múltiples voces del vasto abanico del bloque nacional, en la búsqueda de una perspectiva plural y alejada de todo pensamiento único que atrasa cualquier intento de desarrollo educativo-cultural, tanto a escala nacional como regional.

   Y para redondear el concepto inaugural que atravesará buena parte de estas “Huellas”, digámoslo claramente: No hay equilibrio de clases posible, al menos en forma perdurable. Hay, en cambio, coyunturas, momentos más propicios para el avance de nuevas conquistas sociales –en desmedro de los intereses de la oligarquía, el imperialismo y aliados- y otras etapas donde se torna indispensable consolidar posiciones defensivas de lo nacional, hasta tanto se presenten mejores horizontes. Pero pensar que, acaso indefinidamente se pueden conciliar las clases y sus intereses en pugna, implica necesariamente no alterar el “statu quo de la explotación”, como sostiene Jorge Enea Spilimbergo en su fundamental trabajo titulado “Clase obrera y poder”.


   Hecha esta primer aproximación a lo que iremos desarrollando en esta publicación, los invito a leernos y a enriquecer nuestros contenidos con su participación y sugerencias en los espacios habilitados a tales fines (blog, facebook y correo electrónico), que de eso nos retroalimentamos en aras de hacer cada vez, una mejor revista, en este intento de fomentar el pensamiento nacional y una apreciable “dosis” de librepensamiento en los ciudadanos lectores.
 

Traidores a la Patria

Por Pablo Santiago

   En este artículo no nos abocaremos a un análisis económico del conflicto con los fondos buitres, sino a poner en relieve y debatir acerca del rol opositor y la importancia consolidar la soberanía nacional y el rol del Estado en tanto constituyen políticas estratégicas.
   El conflicto de Argentina con los fondos buitres ha contribuido a poner en mayor evidencia el carácter cipayo y traidor que predomina en la oposición argentina. En estos tiempos históricos, y cuando “las papas queman” (como es habitual), se hace evidente quién es quién y a qué intereses responden cada uno de los actores del escenario político-económico en nuestro país. Este conflicto de gran envergadura, como todos los grandes conflictos, ha llevado a polarizar y delimitar de un lado a los intereses nacionales, y del otro a los intereses neocolonialistas que apuestan por una Argentina incapaz y dependiente. No es exagerado plantearlo en estos términos cuando lo que está en juego es la viabilidad concreta de nuestra Patria: o nos sometemos y nos volvemos a endeudar (aceptando las imposiciones anti-jurídicas de Griesa) hipotecando nuestro futuro, o defendemos los intereses nacionales y nuestra soberanía, cuyos costos nunca serán superiores a ostentar la entrega.
Entre las filas opositoras, la que actualmente expresa con mayor contundencia la entrega y el cipayismo más grosero, es el partido neoliberal de Macri: el PRO. Este partido de clase, resuelto a vetar leyes sociales, es directamente representativo del interés especulativo-financiero en Argentina. Sin conocer siquiera el proyecto de Ley que impulsa el pago soberano, pero a sabiendas de que la Ley defiende el soberanía y confronta al capitalismo financiero-especulativo, el partido de Mauricio Macri resolvió sin dudar que su mandato histórico es oponerse a dicha Ley, en función de defender los intereses buitres. Ninguna novedad, nada inesperado.
La política del PRO es grave, pero no mucho más que el maniqueísmo del resto del arco opositor. Es el caso de la “socialdemocracia”, que más que socialdemocracia es un simple y llano “liberalismo inglés”, ese liberalismo de “caballeros honestos” que hacen culto al libre mercado y la inferioridad Argentina, pactando su dependencia: estamos hablando de la UCR y el Partido Socialista encabezado por Binner, es decir, el FAUNEN. A diferencia del PRO, en FAUNEN no se animan a defender abiertamente la irracionalidad del Juez Griesa, pero cumplimentan su tradición entreguista oponiéndose, obstruyendo, y siendo funcionales a los fondos buitres con frases ambiguas y carentes de argumentos, sin hacer propuestas, como es el caso de Sanz quien tildó a la Ley de Pago Soberano Local como innecesaria, sin precisar por qué ni dar alternativas resolutorias para el conflicto. La desorientación radical de estos momentos es fenomenal.
Finalmente aparece todo ese universo de “peronistas” disidentes, también divididos en sus posicionamientos, pero con Massa a la cabeza, anunciando su oposición a la posibilidad de pagar a los acreedores en Argentina. Con un discurso cínico, que oscila entre la hipocresía de restarle importancia al conflicto con los fondos especulativos, y al mismo tiempo acusar al Gobierno Nacional de “impericia” sin dar una sola precisión sobre qué entienden ellos por impericia y qué alternativa proponen, el massismo también cumple con sus obligaciones frente al Grupo Clarín que se ocupó de organizar y dirigir la campaña electoral del Frente Renovador en el 2013. En resumidas cuentas rol del massismo es parecido a la del Frente UNEN, y votarán en contra de la Ley.
Así están las cosas, con una oposición vendida a las corporaciones, transacción que hoy se vuelve grosera. Aquellos que fueron artífices del endeudamiento hoy son oposición, siendo otra vez funcionales a los fondos buitres; ministros del gobierno de De la Rua como el radical Gerardo Morales, Patricia Bullrich y el no suficientemente repudiado López Murphy, que profundizaban nuestro endeudamiento mientras periodistas y economistas “serios” como Marcelo Bonelli y el menemista Melconian militaban aquella entrega y el desastre. Los infames traidores a la Patria tienen nombre y apellido.

La mayoría de la opinión pública apoya la gestión, e incluso la lucha, del Gobierno Nacional en el conflicto con los fondos buitres; la imagen del kirchnerismo en general mejoró sensiblemente cuando el mismo se abocó a una disputa real de gran envergadura, con consecuencias concretas y protagonismo internacional, en contra del capitalismo de rapiña. Esto quizás siente un nuevo antecedente y la reiteración de una enseñanza: han sido las decisiones más arriesgadas y contundentes en defensa de la Patria, la distribución de la riqueza y la justicia social, con épica, las que han despertado las mayores simpatías de la gente con el kirchnerismo; contrariamente los momentos defensivos y con largas mesetas políticas, supusieron el distanciamiento de la gente y el enfriamiento de la organización y la movilización. Es la demanda de una mayor intervención del Estado en la economía, algo que pese a las diferencias y matices existentes en el seno de la sociedad y los diferentes sectores sociales, se precia como algo positivo. Se precisa de un kirchnerismo contundente que establezca la agenda. Estas son las directrices que deben enmarcar la iniciativa política del próximo año y medio, de cara a las elecciones del 2015.

¿ Ebola: crisis sanitaria o bioterrorismo ?

por Juan Carlos Dennin

La historia deja enseñanzas y surcos trazados en la vida de la humanidad.  Es vox populi  que los tramos finales de los imperios están matizados por sus peores defectos y atrocidades.  Debe ser esa  la razón por la cual no llama tanto la atención la fase irreversible de declinación en la que han ingresado los EE.UU. en medio de la crisis del sistema capitalista mundial por la que atravesamos.
  Mientras va cayendo la mascarada democrática con la que se han cubierto durante más de un siglo, se hacen visibles los signos fascistoides que la misma ocultaba.  No es casual que en este devenir la elite política de ese país, desde los miembros de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y el Congreso intensifique su diplomacia belicista que les señala el Complejo Industrial Militar, que gobierna entre las sombras.
  Con ese basamento han logrado implementar un sistema mental militarizado que sostiene la pérdida de las libertades ciudadanas y  un gigantesco desarrollo de sus redes globales de inteligencia, lo que les permite espiar adversarios, aliados y a sus conciudadanos. El “Gran Hermano” de la literatura de George Orwell potenciado a su máxima expresión es hoy una realidad.
  Las acciones que se promueven a diario desde Washington apuntan a la generación de profundos cambios geopolíticos globales para “satisfacer sus propias  necesidades”. Son las mismas que Adolfo Hitler denominaba “espacios vitales” y que no son otra cosa que los recursos naturales, allí donde estos estén. Para obtenerlos, no han dudado jamás en poner en práctica todo tipo de tácticas y estrategias.   Intervenciones armadas, crisis financieras forzadas, todo es válido.  Hoy avanzan con los lineamientos de la guerra no convencional.  Se permiten  realizar todo tipo de operaciones, ya sean irregulares, clandestinas, encubiertas, como así también aquellas implicadas en las denominadas guerras de cuarta generación. En este último accionar se engloba el accionar propio de guerra psicológica, mediática, cibernética y… ¿biológica ?
  Debido a la desclasificación de documentación confidencial, como así también a serias investigaciones periodísticas, han salido a la luz antecedentes veraces de este tipo de prácticas. Algunos ejemplos de esas actividades las podemos apreciar a continuación.
- En la década del 40 se inyectó plutonio a pacientes de hospitales, se hizo ingerir radioisótopos a los escolares y mujeres embarazadas bebieron hierro radiactivo.
- Desde fines de los ‘40 hasta los ‘50, estadounidenses, canadienses y británicos rociaron bacterias en Las Bahamas.
- En los ’50, las tropas fueron sometidas a la radiación de las pruebas nucleares en la atmósfera, para conocer sus efectos en la infantería.
- En 1950, las FF.AA. bombardearon San Francisco, Key West -Florida- y Ciudad de Panamá con  bacterias 
“serratia marcescens”, sin advertir a la población.  
- En 1952/53 dispersaron nubes de partículas sintetizadas de sulfuro de zinc-cadmio sobre los alumnos de la escuela Clinton de Minneapolis (Minnesota); Saint Louis, el Fuerte Wayne, el Valle del Monocacy (Maryland), Leesburg (Virginia), otros estados del centro y Winnipeg (Canadá), "para ver cuánto se dispersarían".
- En 1965, agentes del Ejército soltaron el bacilo “globigii” en el aeropuerto nacional de Washington y en la terminal de autobuses Greyhound.
- En 1966, difundieron bacterias sustilus varilus en la estación Broadway, del metro de Nueva York.
-En los años setenta, durante  la guerra de Vietnam, utilizaron unos 80 millones de litros de herbicidas, entre ellos, el tristemente conocido herbicida 'agente naranja', de gran toxicidad por su alto contenido de dioxina, con el que arrasaron millones de hectáreas tanto de bosques como de cultivos, alcanzando a 30.000 núcleos de población.
  Al retornar al presente, podremos observar los avances que han conseguido en esta materia. Es una lástima que esta realidad no permanezca encerrada en libros de George Orwell o Ray Bradbury.  Más bien parece salida de la serie de televisión Helix, en la que un grupo de científicos del l Centro de Control de Enfermedades Infecciosas, se traslada a una remota base para evitar que un virus se expanda por el mundo. Al llegar al lugar se percatan que sus tareas se desarrollarán bajo control y supervisión militar.
  El actual escenario de crisis sanitaria en África abre la posibilidad de que lo que parece ciencia ficción  vaya tomando visos de realidad.  Presentado durante años casi como un mito, o desvirtuadas sus funciones, hoy se reconoce que  Fort Detrick es una instalación del Comando Médico del Ejército de los Estados Unidos localizada en Frederick, estado de Maryland.  Se sabe que las instalaciones allí existentes son empleadas como laboratorio para el desarrollo de armas químicas, biológicas, control de virus de todo tipo, los llamados patógenos exóticos y todo aquello que pueda ser utilizado contra lo que se considere un peligro al régimen establecido. La justificación de que todo acto de acción militar propia es “por un bien mayor” siempre ha dado piedra libre a todo tipo de actividades.
  Dos gigantes farmacéuticos, Mapp Biopharmaceutica o la canadiense Tekmira Pharmaceuticals, trabajan para patentar la píldora mágica contra el ébola. Los oscuros vínculos con el Pentágono, por parte de ambas. y con las mencionadas instalaciones, en particular, hacen pensar que  podrían monopolizar un negocio multimillonario en el mejor de los casos, o. por el contrario, el desarrollar un arma biológica letal.  Hay que tener presente que durante la crisis sanitaria disparada por la gripe A en el año 2008, el halcón vicepresidente Dick Cheney hizo su negocio vendiendo el patentamiento del antiviral Tamiflu, tan eficaz como un placebo, a la multinacional suiza Roche.
 Los directivos de la Organización Mundial de la Salud han aprobado en forma oficial la posibilidad de utilizar en África Occidental un fármaco antiviral denominado ZMapp, que habría dado resultados positivos en Estados Unidos en personas infectadas con el virus. Esto se produjo luego de haber decretado una emergencia mundial sanitaria y de que se produjera el primer deceso en territorio europeo de un religioso  infectado con el virus.
  Todo este contexto en el continente africano, se desarrolla en momentos en que el presidente Barack Obama está urgido a recuperar posiciones geopolíticas en aquel territorio, luego del crecimiento exponencial de la presencia de China por esos lares. De allí, surge el interés del Pentágono en el desarrollo de un antiviral eficaz contra el ébola, que le permitiría establecer “vínculos amistosos” con las sociedades castigadas por el “mal”.  Como contrapartida, hay especialistas que sacan otras conclusiones: la cura del virus también puede ser analizada como su control para reutilizarlo en la infección de poblaciones localizadas en territorios enemigos.
  Las referencias anteriormente citadas indican el inicio de un rumbo elegido. Mucho más cerca en el espacio tiempo debemos recordar que fue el mismo Obama, quien reconoció oficialmente en el año 2010 que el Servicio de Salud Pública de su país había infectado intencionalmente, en la década del 40, y sin previo aviso, a enfermos mentales y presos de Guatemala con sífilis y gonorrea para poder estudiar el desarrollo de esas enfermedades sexuales.  Así como también, según denunció el Serpaj de Paraguay, ocurrió que durante una supuesta misión humanitaria del Comando Sur en el Chaco paraguayo, hace muy pocos años, los marines utilizaron la fachada del ejercicio Medrete para esterilizar forzosamente a mujeres campesinas pobres.

  La actual propagación del virus del Ebola, es la de más extensa duración hasta el presente. ¿Será una mera contingencia sanitaria o será un nuevo ejercicio de bioterrorismo?




El Impuesto al Salario y la Liberación Nacional

Por Sebastián David Jiménez

   Se han escrito muchos ensayos, estadísticas, elaboraciones técnicas y estudios sociológicos,  sobre el impacto real que el Impuesto a las Ganancias tiene sobre la economía de los asalariados que se ven alcanzados por el tributo. Aquí, por el contrario, trataremos de hacer hincapié sobre todo en los caminos posibles que tienen por delante los trabajadores en la defensa de sus intereses.
   Y es aquí donde quisiera que se detenga el lector, en éste punto: los intereses en pugna, que son intereses de clase, una expresión de la lucha de clases y en un plano determinado que en éste caso lo excede, naturalmente, y que es el escenario de la lucha por los intereses nacionales.
   La falta de un sistema periódico de actualización del mínimo no imponible, que acompañe el nivel de los aumentos salariales y que tenga además como referencia la suba en los índices de precios y los porcentajes inflacionarios, hacen que cada vez más trabajadores, con niveles de ingresos medios, sean alcanzados por este tributo y en muchos casos, obreros calificados de diversas ramas, a partir del cumplimiento de jornadas con horas extras o pagos extraordinarios, llegan a ver deducidos de sus ingresos anualmente, casi el equivalente a un aguinaldo completo*.
   Si la clase trabajadora llevó siempre sobre sí el peso de la historia, si el gobierno nacional sostiene un modelo que hace un culto del aumento de los niveles de producción (con total justicia), pero al mismo tiempo no se grava la renta financiera mientras los especuladores se llenan los bolsillos y los empresarios acumulan tasas de ganancias impensadas hace diez años, vale preguntarse; ¿Corresponde a los asalariados defender el Impuesto a las Ganancias, aún en su faz más progresiva y aún si sólo lo pagaran aquellos que cobraran los salarios más elevados? Pues no, desde un punto de vista clasista, los trabajadores no pueden avalar la existencia legal de otra forma de extracción del plusvalor. Es correcto que desde el punto de vista de la acumulación nacional de capital, se faciliten los créditos y se incentive la producción, pero asimismo es igual de necesaria una reforma tributaria general, que reasegure que los que más ingresos se generan, a partir de la propiedad de los medios de producción sean quienes efectivamente más aporten a las arcas del Estado. Mientras los grandes capitales financieros hagan un culto a la evasión, no corresponde seguirle pidiendo esfuerzos a la clase qué más los hace y los seguirá haciendo, mientras su patria lo demande.
   Aún por simple instinto, aún en su afán de supervivencia, la historia nos enseña que, sin idealizarla, en los momentos más álgidos la clase obrera siempre estuvo del lado correcto.
   En el plano social, la lucha de clases pone a los trabajadores en una postura inequívoca, el esfuerzo patriótico no puede ponerse sobre los hombros de una sola clase. Si el modelo de acumulación nacional burgués sirve a los efectos de la consolidación de la soberanía política y la independencia económica, los trabajadores acompañan y son los primeros en asumir esta lucha, pero siempre a condición de que se respete su autonomía y sabiendo que hacia adentro del frente nacional la lucha de clases sigue su curso.
Es un deber patriótico para la clase trabajadora el formarse en la conciencia nacional de manera que se asuma la lucha por la liberación de la patria de un modo absoluto, y hasta las últimas consecuencias. Del mismo modo que la formación de una conciencia de clase, sin salirse del plano mayor de la cuestión nacional, es imprescindible para aspirar a la conducción de un movimiento que supere los límites nacional-burgueses y avance a una nueva síntesis con el Socialismo como perspectiva. Hay por supuesto un camino contrario, a saber: salirse del cauce de las luchas reales del pueblo por su liberación y sumarse a dinamitar a un gobierno nacional tan burgués como limitado, pero que sin dudas ha propiciado políticas de recuperación que nuestra patria pensaba olvidadas, y escenarios de luchas que nuestro pueblo desconocía desde la restauración oligárquica que fue desde 1955 al 2001.
   En esta relación dialéctica se inscribe, como otras, la batalla social contra el impuesto al salario, sin abandonar el frente nacional táctico con la burguesía, pero dando la lucha estratégica contra ella por su conducción. El camino es sinuoso, sus vicisitudes complejas, pero junto al pueblo y la patria, en cien días o cien años, la victoria es inexorable.

*Fuente: www.centrocifra.com.ar  "Asignaciones Familiares e Impuesto a las Ganancias. Cómo afectan a los Trabajadores". Ghioni-Basualdo.





La Seguridad Social en una Argentina Inclusiva

Por Ariel Díaz
Kolina Morón

Desde la asunción de Nestor Kirchner en 2003 y luego con la continuidad de Cristina Fernandez de Kirchner se ha puesto en marcha una transformación de la Argentina, específicamente del Estado, incorporando la igualdad a todos los sectores sociales, impactando en la vida cotidiana de la gente. Se logró mediante la ampliación de los derechos en los sectores mas postergados por décadas que se encontraban excluidos de los sistemas de protección social.
En ese camino el proyecto nacional de inclusión social, avanzo en la construcción de un modelo nuevo de Seguridad Social recuperando los principios de la solidaridad, igualdad y justicia social.
Se aumentaron la cantidad de jubilados y pensionados en el Sistema de Seguridad Social, la cantidad de otorgamientos de Pensiones no Contributivas. Este hecho concreto fue acompañado por el aumento semestral de las jubilaciones y pensiones.
Pero no solo el Anses se preocupo y se ocupo de nuestros jubilados y pensionados, sino que también incorporo un nuevo paradigma en la Seguridad Social al incorporar la Asignación Universal por Hijo y la Asignación a las mujeres embarazadas.
Esto no solo permitió mejorar el ingreso de los sectores mas desprotegidos al consumo interno sino que permitió reivindicar en la practica uno de los postulados del peronismo que es la Justicia Social, alejando de la pobreza absoluta a aquellos que estaban desempleados, excluidos por la ignorancia e indigencia; incorporando la obligación de controles de salud y educación para los menores beneficiarios de la asignación por prestación social.
No nos quedamos sólo con estos pilares, se profundizó el modelo y se incorporó por medio de los Fondos de Garantía de la Seguridad Social que habían sido recuperados de las AFJP -nichos de negocios de los buitres internos- líneas de créditos para recuperar empresas y la implementación de la línea de crédito para vivienda única PRO.CRE.AR que revoluciono el mercado inmobiliario, desplazando a las líneas de créditos de las bancas privadas por su falta de financiación para los argentinos sin solución de vivienda.
La transparencia y el círculo virtuoso que permiten estas políticas públicas han sido posibles por tener las condiciones de seguridad jurídica y solvencia económica que permite que un sistema previsional que históricamente había sido deficitario, hoy no solo cumpla con su rol tradicional sino que incluya más argentinos y argentinas mediante las moratorias previsionales que acercara soluciones concretas para las personas mayores que esperan por una jubilación o pensión, resumen final de la historia de trabajo de muchos de nuestros mayores, olvidados en otros tiempos, aún a sabiendas de que han sido parte de la historia grande de nuestro país, desconociendo que respetando a nuestros mayores nos respetamos a nosotros mismos.
Este nuevo paradigma previsional vino a defender el trabajo de los argentinos de hoy, de mañana y del futuro.
Nestor dijo: “Queremos recuperar los valores de la solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para avanzar hacia la construcción de una sociedad mas equilibrada, mas madura y mas justa”.-
De nosotros y las futuras generaciones depende….


La mala educación sentimental

Por Uriel Kon, colaborador desde Jerusalén


   Se va cerrando esta pequeña y paradisíaca ventana abierta de medio oriente al mundo. El flujo de noticias se irá diluyendo. La operación masacre quizás se olvide. En Israel, es hora de resumir y decantar la guerra en números, como en el final de un videojuego: tantos ataques aéreos, tantos cohetes, tantos muertos, tanto dinero invertido.
   Pero queda el zumbido. Repiqueteo monótono, torturante e insistente - efecto de la repetición sin fin de las diez frases hechas que conforman la consciencia israelí. Casi como disciplina para entrar en trance; manera de espantar pensamientos intrusos, dudas, debilidades, y de acallar voces inapropiadas.
   Queda el zumbido, queda el repiqueteo retorico. Aprovechémoslo, aprovechemos el momento, horas antes de que la magia israelí dicte la amnesia colectiva y que la gente diga: ah! Cómo? Nosotros no!! Pero qué? Por favor!! Seguiremos buscando la paz como siempre, incluso bajo las piedras...
   Aprovechar este momento para cerrar esta ventana, ritualmente. Justo cuando la prensa local comienza, por primera vez en este último mes, a hacerse eco del sufrimiento ajeno para esculpir el consenso sobre la necesidad de interrumpir la fiesta guerrera - ya al borde de un cataclismo diplomático. 
   Justo cuando el escritor Amos Oz, como un Vargas Llosa obsesionado por el premio Nobel de literatura, decide acordarse y recitar en ingles - luego de 1800 muertos - que "solo la paz derrotara a Hamas". 
   Justo cuando comienzan a multiplicarse los artículos sobre el desastre humanitario en los hospitales de Gaza: "el ER palestino", decía casi a modo de burla cínica un medio israelí masivo, para describir el primitivismo tecnológico en la medicina Gazati de emergencia. 
   Justo cuando se multiplican los reportajes a soldados enojados al haberse quedado, según ellos, con las ganas, con un "gran sentimiento de oportunidad desperdiciada". Justo cuando comienzan a mutar las "playlist" de la radio, de la cadena de temas victimistas de holocausto, al mero pop alegre. 
   Recalquemos, entonces, antes de la vuelta a la rutina, que nada cambiara en este país, mientras sus habitantes sigan adorando la mitología militar, mientras se nieguen a rechazar organizadamente al enrolamiento – materializador de políticas de destrucción. 
Nuevamente: la negativa al ejército, o al "ejercito del pueblo" como lo llaman ellos, es la única esperanza de paz. La negativa masiva a pelear por la manutención de las colonias enquistadas en los territorios ocupados. La negativa a vivir del horizonte bochornoso creado por el aparato colonizador israelí.
   Lástima que esta esperanza no sea más que una utopía irrealizable: he llegado a ver padres relatando guerras a sus hijas sentadas a upa, luego de unas copas. Fui testigo de conversaciones nostálgicas entre hombres – con sus mujeres observando pasivamente, obnubiladas - sobre guerras pasadas. Al vivir entre soldados latentes, eternos reservistas y nacionalistas castrenses, se pierde la esperanza de civilización.

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   Esta mañana en una librería, me dedique, un rato, a la lectura de textos escolares adoctrinadores de escuela primaria y secundaria: "Vivir juntos en Israel", "Ser ciudadanos en Israel: estado judío y democrático" e "Israel: país judío y democrático". Salpicados de contradicciones imposibles, utilizando explicaciones confusas, aquellos libros intentan describir una falacia: un estado que por un lado otorga un estatus especial al israelí-sionista-judío, pero que por el otro dice preservar los derechos y la igualdad de las minorías. 
   Cualquier lector sensible, se dará cuenta de que bajo la escritura intrincada de dichos textos, subyace la problemática misma de esta sociedad; los textos nos están diciendo que evidentemente no existe el "vivir juntos" y menos el acto de convivir: existe una notoria separación entre el "nosotros" y el "ellos", entre "nuestra cultura" y "sus costumbres tribales".
   Pero el horror y el escalofrío irrumpen al darnos cuenta de lo que ya sospechábamos intuitivamente - que en ninguno de los libros, ni siquiera en un apartado, o en un párrafo o una palabra, figura el pueblo palestino. No figuran los tres millones y medio de palestinos rehenes. No figura ni el pueblo, ni su territorio, ni sus aspiraciones, ni su historia. Tampoco figura la Nakba - desastre palestino de 1948 que fuera la contracara de la independencia israelí. 
   El lector informado sabrá de la existencia de libros de texto alternativos "Viaje a la vida cívica" y ״Como se dice Nakba en hebreo", ambos censurados, anulados y prohibidos por el ministerio de educación israelí: el primero por hablar críticamente de la violencia de base racial de la derecha sionista, y el segundo por narrar la catástrofe palestina en paralelo al imaginario nacional Reinante. 
   Si preguntásemos al alumnado israelí que es la Nakba, no sabrían darnos una respuesta. Es así que la negativa israelí a reconocer y a hacerse eco del sufrimiento del otro, está profundamente enraizada en el plano educativo. Diríase que no existe el sufrimiento del otro, ya que no existe tal cosa, la otredad – salvo, como ya sabemos, una otredad demonizada, carente de territorio y de rostro. 

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   Este es mi último textito, desordenado, rápido, sin dirección. Mi agencia de noticias y denuncias esta próxima a cerrar, junto con la ventana paradisiaca a medio oriente. Tomo un taxi buscando, como el otro día, un lugar donde trabajar tranquilo lejos del zumbido repelente. 
   Me siento en al café del complejo "Notre Dame", frente a la ciudad vieja, en el noroeste de su muralla. Estoy en el límite mismo entre Jerusalén oriental y occidental. Por aquí pasaba, entre 1948 y 1967, otra muralla, que dividía a las dos ciudades - la israelí y la jordana. 
   Retrocediendo en la historia, este mismo punto geográfico supo ser parte del centro de la llamada "Nueva Jerusalén". A su vez, a principios del siglo 20, esta fue la sede de las autoridades otomanas en la ciudad. Aquí fueron instalados los primeros focos de luz eléctrica, dando lugar a la entrada en la modernidad y al descubrimiento de la noche, de la vida nocturna. Por aquí pasaban musulmanes, judíos, cristianos y turistas, mostrándose: mostrando sus ropas festivas, sus zapatos nuevos, y su disposición para la vida social. Aquí mismo, un grupo de palestinos nativos, se había manifestado en contra de un castigo otomano - el de obligar a inmigrantes sionistas a limpiar las aceras de las calles.
   Pero la historia misma de la ciudad fue distorsionada por el sionismo, que se atribuye la génesis misma de la Nueva Jerusalén, omitiendo lo que la historiografía ratifica: que a la par de los primeros barrios judíos construidos fuera de las murallas, venían pululando barrios de casonas palestinas y complejos religiosos cristianos.
   Vivimos en una ciudad portadora de varios mapas superpuestos, aunque de-construidos cognitivamente por la historia oficial. Nada más lejano e inasible que el paseo y el libre tránsito generalizado, bajo los primeros faroles eléctricos. Hoy en día, con electricidad a raudales, riego por goteo y una modernidad hace tiempo instalada, llama la atención que la sociedad israelí hegemónica, no logre, o por lo menos no trate, de salir de su notoria oscuridad.