sábado, 26 de septiembre de 2015

Todos con DANIEL SCIOLI, ANÍBAL FERNANDEZ Y HERNÁN SABBATELLA

“Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también unir mi voz a la de ustedes, las famosas tres ‘T’: Tierra, Techo y Trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo digo y lo repito: Son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos.”
                                                                                  Papa Francisco, 9 de Julio 2015

            Nuestras organizaciones han luchado siempre por estas conquistas populares. Creemos que el proceso político que comenzó Néstor Kirchner en el 2003 y que continúa Cristina Fernández han logrado mejoras sustanciales en los niveles de vida de nuestro pueblo (Asignación Universal por Hijo, movilidad jubilatoria, los planes Progresar y Procrear) nos han hecho avanzar como sociedad con las políticas de derechos humanos (Matrimonio Igualitario, ley de medios, juicio a los genocidas) y nos han impuesto como nación soberana ante el mundo (el freno a los fondos Buitre, el no al ALCA, la integración regional con MERCOSUR, UNASUR y CELAC).
Queda mucho por hacer y creemos que profundizar el proyecto es el camino. Queremos avanzar por más derechos, más industria y más trabajo. Queremos que el próximo presidente de continuidad al proyecto nacional, popular y americanista iniciado por Néstor y continuado por Cristina.
            No queremos volver al neoliberalismo que nos dejó un país devastado por la desocupación, la pobreza extrema y territorios inviables. Ese imperialismo que hoy está representado en Macri, Vidal y a nivel distrital en Tagliaferro.
            Es por eso que movimientos sociales, representaciones gremiales y agrupaciones partidarias constituyeron a nivel nacional un espacio de confluencia con el fin de dinamizar y aportar al último tramo de campaña electoral.

            En Morón acompañamos esta propuesta y constituimos la mesa
“SCIOLI PARA LA VICTORIA – TIERRA, TECHO Y TRABAJO.”
Que realizará acciones de campaña para consolidar la victoria del FPV en todos los niveles:
A nivel nacional DANIEL SCIOLI – CARLOS ZANNINI
A nivel provincial ANÍBAL FERNANDEZ – MARTÍN SABBATELLA
A nivel distrital HERNÁN SABBATELLA

            Las acciones se realizarán casa por casa entregando material del FPV dando la discusión y acercando la propuesta vecino por vecino. Además, se realizarán todos los viernes actividades en distintas plazas de Morón que contarán con el camión de la economía popular de pastas y lácteos, asesoramiento de ANSES, radio abierta y recepción de propuestas para nuestro distrito.
18 de Septiembre en Plaza Manzanar, el 25 en Plaza Evita, el 2 de Octubre en plaza Monumento a la Bandera, Morón sur;  el 9 en Plaza San Juan, Castelar sur; y el 16 en Plaza La Rotonda en El Palomar.

Mesa de Organizaciones “SCIOLI PARA LA VICTORIA – TIERRA, TECHO Y TRABAJO”

FRENTE PARA LA VICTORIA – MORÓN

Refuerza estos conceptos Agustín Ramponelli, referente del MUP Morón, quien sostiene: "Pensamos una Argentina que viene con ningún campesino sin tierra, ninguna familia sin techo y ningún trabajador sin derechos. Pretendemos volver a la base de esas necesidades primarias que quiere el pueblo. Hemos avanzado mucho en estos 12 años; no sólo en materia de inclusión social y derechos humanos, en educación y prevención, en tecnología y producción; le hemos devuelto el valor a la política. La política vuelve a ser una herramienta de cambio y transformación  social y no un fin en sí misma. Desde la Mesa de las Tres T Morón, bajo la consigna del Papa Francisco y la conducción de Cristina vamos a ganar en octubre con Daniel Scioli y el Chino Zannini, Aníbal Fernández y Martín Sabbatella, en la provincia, y en Morón Hernán Sabbatella. Porque no queremos volver a los 90´, porque entendemos que falta seguir profundizando el modelo para cumplir el viejo sueño de una Patria más Justa, Libre y Soberana". 




domingo, 20 de septiembre de 2015

La lógica política del PRO: odio, miedo y demagogia

Por: Pablo Santiago

¿Cuáles son las condiciones político-discursivas que pueden llevar a un amplio sector de la población (no sólo oligarcas) a votar a Macri y apoyar un eventual gobierno macrista? Más allá de la desesperación electoral de una UCR en extinción, ¿qué razones pueden explicar que las bases radicales terminen como furgón de  cola de un proyecto neoliberal? No existe una sola causa o una única respuesta. Son diversas las estrategias discursivas que intervienen y que son instrumentadas con el objeto de generar una especie de consenso alrededor de un candidato que de otro modo difícilmente pudiese ser verdaderamente representativo del conjunto heterogéneo que hace a la sociedad argentina, y a la oposición. Por ello seleccionamos los tres ejes estratégicos más notorios alrededor de los cuales el macrismo construye su discurso, con el soporte mediático.

El odio:

El primer ordenador es el odio. Desde un principio el PRO ha carecido de una estructura territorial y su proyecto de país es inconfesable; por otro lado, Mauricio Macri no posee carisma, y no configura como un líder político-carismático que pueda catalizar un sinfín de demandas opositoras entorno a su figura, y menos entorno a su fuerza política la cual carece de propuestas realistas y positivas. El incomprensible alineamiento de un sector de la oposición y de los votantes opositores detrás del PRO en parte puede ser explicado como el resultado del odio instrumentado como aglutinante, por encima de cualquier otra razón considerada racional.

¿Y cómo se construyó ese odio? Pues mediáticamente. Las campañas mediáticas del Grupo Clarín, La Nación y sus satélites se han focalizado sobre ciertas personalidades y organizaciones políticas estratégicas del oficialismo, ejerciéndose sobre las mismas una propaganda sistemática de demonización. La ausencia de propuestas por parte de la oposición derivó en un manantial infinito de denuncias, en su mayoría posteriormente refutadas, que contribuyeron a construir un imaginario colectivo opositor y generaron las condiciones de una precaria unidad opositora. La inexistencia de propuestas positivas por parte de la oposición y sus propias diferencias internas pasaron a un segundo plano frente a la urgencia inducida de un enemigo moral construido desde las editoriales: el kirchnerismo. Solo la “necesidad” prioritaria de derrotar al kirchnerismo, una necesidad creada en función de falacias, mentiras y una indignación estimulada desde los medios, funcionaría como factor de unidad de una oposición sin contenido alrededor de una débil candidatura como es la de Macri. El poder mediático-económico neoliberal (opositor) construyó y estableció su enemigo. El significante vacío de la oposición es el odio al kirchnerismo. Enemigos y odios: el consenso sin exclusión proclamado por el liberalismo no existe y nunca existió.

El miedo:

Hace ya mucho tiempo, desde el periodismo, el documentalismo y la academia se ha discutido acerca de la utilización del miedo como forma de manipulación. Sobre la base de anuncios catastróficos, se pretende luego justificar todo tipo de políticas que en otro contexto serían fácilmente repudiables.  Además, el miedo se asocia al odio para identificar “responsables” y contribuir a la demonización de ciertos actores, en este caso gubernamentales.

Nuevamente, aparecen los grandes medios de comunicación (supliendo la ausencia de una derecha orgánica y partidaria) interviniendo en el imaginario colectivo, contribuyendo a la especulación y creando falsas expectativas, necesarias para justificar luego el ajuste. Macri necesita que los grandes medios insistan con la inminencia de graves crisis económicas, inconsistencias severas, eventuales devaluaciones y la necesidad del “sinceramiento” de la economía, todo esto frente a un kirchnerismo que “miente”, para justificar su futura política económica ortodoxa; Macri necesita de dichas campañas y operaciones de prensa para construir sobre las bases de esa virtualidad su propio discurso de ajuste económico, ya justificado a priori por el relato antedicho. Negando la realidad, negando el crecimiento económico ocurrido, los millones de puestos de trabajo y la distribución de la riqueza a través del consumo popular, el empleo y el mercado interno, negándolo todo, y propalando la idea de un inminente apocalipsis económico que nunca sucede, los medios tradicionales y el PRO buscan justificar un ajuste económico futuro e innecesario, que generará desocupación y alta rentabilidad (esto último sólo para unos pocos). Es un proceso de ablandamiento ideológico necesario para que Macri pueda imponer políticas económicas de ajuste, neoliberales y anti-populares, como la devaluación o el endeudamiento, que de otra manera y en el actual contexto económico y político serían rechazadas por el sentido común. La política neoliberal ya ha fracasado y lo sigue haciendo en todo el mundo.

La demagogia:

Sin embargo el miedo y el odio no son suficientes por sí solos; constituyen variables contundentes para influir sobre un sector de la población, pero no sobre la mayoría ni en forma determinante. Hay sectores que esperan propuestas a pesar de todo. Aquí aparece la demagogia más grosera que no es cuestionada como inconsistente por parte de algunos periodistas.

¿Acaso la demagogia no era una característica propia del “malvado populismo”, según la derecha liberal-racionalista? Pues parece que no. Parece que tampoco los liberales argentinos cumplen con los requisitos bibliográficos del liberalismo: racionalidad y utilidad (economía libre) por encima de las “pasiones” políticas distorsivas, y consenso absoluto por sobre las polémicas; nos encontramos hoy con una derecha liberal que apela a los sentimientos más bajos y a la demagogia como modus operandi en la política y en la economía, tergiversando la información y la realidad, y que demoniza y estigmatiza a los adversarios creando enemigos. ¿Será que la realidad ya no es compatible con sus discursos históricos y su pose moral? ¿Será que han fracasado tantas veces que su racionalidad selectiva (sic) hoy es repudiada por las mayorías, y entonces precisan recurrir a otras artimañas?


La demagogia del PRO es un conjunto de promesas propias del género fantástico, donde se nos dice que nos otorgarán cada vez más derechos sobre la base de recortar la inversión pública y social; una panacea de milagros sociales ocurridos a causa de un ajuste económico mágico y único (pues todos han fracasado). Ni que hablar del travestismo político que exhibe el PRO, diciendo y desdiciéndose constantemente en función de las encuestas. Un entrelazado de contradicciones, por no decir mentiras flagrantes. Eso señores, es demagogia. Y es repudiable por la sola razón de atentar contra la política en tanto tal, cuando no contra la moral y la ética. En última instancia, el (neo)liberalismo siempre prescindió de la moral y la ética, pese a jactarse de encarnarla.

BOLIVIA: ¿ESTADO AUTONÓMICO O ESTADO PLURINACIONAL?

Por Rafael Bautista S.

Mañana se realizará el referéndum autonómico. Poco importa si gana el sí o el no. El debate acerca de las autonomías muestra la pérdida –incluso gubernamental– del horizonte plurinacional. El lenguaje que expresa, tanto al gobierno como a la oposición, es el autonómico; toda discusión ha devenido en una pueril guerra declarativa: ¿quién es más autonomista? El que se aparta de esa discusión está “políticamente incorrecto”. El lenguaje autonomista ha borrado las fronteras entre la derecha y la izquierda, también la esfumado las referencias de lo popular, así como el carácter revolucionario que anunciaba el horizonte plurinacional. Así ha degenerado el debate político (para deleite del circo mediático). En esa trifulca poco importa lo verdaderamente importante; todos pelean, de uno y otro lado, por su exclusiva sobrevivencia. Tanto oposición como gobierno son, de ese modo, hermanados en lo inmediatista: todo se trata de sobrevivir, y a cualquier precio.
Hace poco, un reconocido intelectual del lado conservador declaraba, en una radio local, que la Constitución que aprobamos el 2009, no fue la que emanó de la Asamblea Constituyente (expulsada de Sucre, pero culminada en Oruro) sino de las “mesas de concertación” que, tanto gobierno como oposición, “celebraron” en Cochabamba y La Paz. Esto corrobora lo que ya habíamos advertido: el 2009 confirmamos un rapto, pues el poder constituyente había sido anulado por el orden instituido y, con ello, se reponía éste último a costa de la soberanía plurinacional.
La nueva Constitución, que debía contener una nueva estructura normativa del Estado plurinacional quedaba viciada por las prerrogativas liberales (que habían sido ya introducidas, aunque tímidamente, en la Asamblea Constituyente, y reafirmadas muy diligentemente en las “mesas de concertación”); de ese modo se resucitaba al Estado anterior y se despachaba al rincón de los recuerdos la potencia revolucionaria del poder constituyente. Lo que el proceso de cambio tenía de revolucionario, lo tenía por ser un proceso constituyente. Pero si esta potencia constituyente es desconocida por el orden instituido, entonces lo que sucede no es sino la reposición del carácter señorial-liberal del Estado colonial. En resumidas cuentas, se trataba de un coup d’Etat. Suprimido el poder constituyente se suprimía al sujeto constituyente y, en su lugar, aparecía un sujeto sustitutivo que, a nombre del proceso de cambio, cambiaba todo para no cambiar nada.
¿Qué era lo que reponía las prerrogativas del Estado señorial-liberal? El proyecto que abrazó la oposición más conservadora para enfrentar y bloquear toda posibilidad de constituir un Estado plurinacional y que, infelizmente, abrazó finalmente el mismo supuesto gobierno del cambio: el Estado autonómico.
Cuando los pueblos de tierras bajas empezaron, a fines del siglo pasado, el proceso constituyente, reclamando una nueva Asamblea para refundar nuestro país, lo hicieron enarbolando algo que, en todas las luchas emancipadoras indígenas había estado siempre presente: la autodeterminación de los pueblos. El lenguaje oenegista de la época tradujo eso por “autonomía”, lo cual sirvió a la derecha para asimilar, otra vez, a lucha popular, bajo una terminología pertinente a sus intereses. De ese modo se legitimó –tarea de intelectuales– el proyecto conservador con nuevas banderas populares. En octubre de 2003 eso era claro, pues la respuesta de la oligarquía camba fue rotunda ante la gesta revolucionaria de octubre: el reclamo de autonomía se hizo unánime en la derecha, porque lo otro significaba la creación de un nuevo Estado. Ante aquello ya inevitable, más aun con la elección de Evo, a la derecha sólo le quedaba la negociación o la capitulación.
El chantaje al proceso constituyente se expresó de este modo: sólo podía ser viabilizada la Asamblea Constituyente si se incluía las autonomías. Ésta fue la trinchera adonde se recluyó el ámbito conservador y, desde allí, boicoteó todo. El propósito era claro: el nuevo proyecto de Estado, si triunfaba, debía ser minado desde adentro. Las concesiones que se fueron confiriendo no bastaron, pues hasta exiliada de Sucre, la Constitución aprobada en Oruro fue “abierta” con la connivencia del propio gobierno y, de ese modo, “revisada” por los intelectuales al servicio del proyecto oligárquico. La facción gubernamental afirma, para su descargo, que sólo aquello viabilizaba la aprobación del texto constitucional; lo que no admite es que aquella “revisión” le devolvía al Estado su carácter conservador y, gracias a ello, podía reponer su estructura liberal. Los ideólogos del gobierno no veían tanto problema en ello porque sus premisas también eran liberales, es decir y, por ello mismo, aquello se llamaba acertadamente “mesas de concertación”.
No se enfrentaban dos visiones o proyectos de Estado sino que, a lo sumo, se negociaba la hegemonía. De ese modo, el sujeto sustitutivo repetía, para su propia desgracia, la paradoja señorial. No estaba a la altura de su desafío histórico: encarnar el nuevo horizonte político; lo único que hizo fue, como toda nueva elite, negociar, con la vieja, el poder arrebatado al pueblo. La oligarquía estaba derrotada pero, aun así, el sujeto sustitutivo –cuyo horizonte de creencias lo ataban al viejo Estado– en aquella negociación le devolvía a la vieja elite sus prerrogativas.
El llamado entorno q’ara repetía la historia como comedia, domesticando la revolución que el pueblo les había delegado. Hubiesen sido revolucionarios el 1952 pero ya no el 2009. El pueblo no había encarnado, en el 52, la necesidad de refundar nuestro país; pero desde el 2003 era inobjetable una nueva Constitución y un nuevo Estado. Las naciones y pueblos indígenas nos habían enseñado que el secreto de nuestra dominación radicaba en el propio marco normativo que estructuraba al Estado. Ese marco liberal era lo que debía superarse; pues era la sustancia misma que legitimaba a la legalidad del Estado-Nación. Un Estado plurinacional ya no podía partir de un marco normativo liberal. La novedad radicaba allí. La derecha más lúcida lo comprendió de ese modo. Por ello la insistencia en las autonomías se hizo asunto de vida o muerte.
El discurso autonomista no tenía nada que ver con la autodeterminación de los pueblos y las naciones. El modelo autonómico, en todas sus variantes, reafirmaba la fisonomía republicana del Estado, por ello bosqueja una estructura piramidal donde la descentralización de las funciones estatales no son nada más que la negociación de cuotas de poder entre los estamentos canonizados de la distribución liberal (gobierno, gobernaciones y municipios); por eso no es de extrañar que la “autonomía indígena” sea arrinconada al lugar más bajo siendo, en la práctica, cuasi imposible su implementación. Tampoco es de extrañar que, en los últimos años, la migración de ayllu a municipio sea lo más usual, pues ante la inexistencia de un marco normativo que ampare al ayllu –le dé existencia legal–, lo único posible es ampararse en el marco legal existente; el cual no consiente otras figuras que no sean las liberales, donde lo comunitario desaparece y sólo puede sobrevivir si se subsume a una normatividad burguesa, pertinente para el desarrollo exclusivo del capitalismo; lo cual significa la muerte de toda comunidad.
La adopción del proyecto del Estado autonómico empezó a revelar el carácter conservador de una izquierda en función de gobierno: la nueva derecha. Esto confirmaba la no pertenencia y falta de identidad de una izquierda que nunca supo en qué país estaba ni qué pueblo representaba. Por eso las críticas que la otra izquierda le hace al gobierno no tocan nunca el asunto neurálgico. Le oponen un socialismo anacrónico a un gobierno, cuyo horizonte socialista, le impide comprender la novedad que emana del nuevo sujeto plurinacional.
Habría que recordarles a los marxistas, de uno u otro lado, que una de las tres fuentes integrantes del marxismo –Lenin dixit– es el socialismo utópico francés, el cual fue posible, no sólo por la literatura utópica que inauguran Tomas Moro, Campanella y Bacon (los cuales hacen referencia siempre al Nuevo Mundo), sino por la influencia jesuita en Europa, que propagaban la forma de vida de las Reducciones como el modelo de convivencia utópica que encendió los ideales hasta de la revolución francesa. Esto quiere decir que la forma de vida que practicaban indios y jesuitas fue la inspiración del socialismo utópico. Lo mismo puede decirse de las ideas de democracia y libertad individual y hasta del sistema federal, las cuales no provienen de Europa sino de Amerindia. Europa, que procedía culturalmente de Roma y Grecia, respondía a tradiciones monárquicas que suprimían libertades individuales bajo regímenes despóticos. Tradición democrática no conocían, eso lo aprendieron de los indios; hasta el sistema de confederaciones de la liga Iroquesa fue el origen del sistema federal y de los Estados Unidos; el mismo concepto de “liga de las naciones”, que da origen a la ONU, es de origen indio.
Pero el eurocentrismo de la propia izquierda marxista fue lo que impidió siempre la consolidación de todo proyecto auténticamente nacional. Partir de lo propio nunca fue opción para una izquierda desprovista hasta de color local. Ese era el punto de inflexión que la llevó siempre a pactar con las elites conservadoras. Los prejuicios modernos los hermanaban siempre en contra de un alguien siempre señalado: el indio (eso explica el antimarxismo del indianismo). Por eso parten de un proletariado de libro, sin carne ni sangre, una abstracción que, una vez desaparecido, no importa, pues nunca realmente existió. Fueron los propios prejuicios modernos de la izquierda lo que le impidió trascender el credo capitalista y afirmarlo con más vehemencia, a costa siempre del sujeto real, concreto, que nunca llegó a conocer, por eso siempre se propuso eliminarlo: desarrollar, progresar y modernizarnos, partía siempre del presupuesto de que lo nuestro es inferior por naturaleza (racismo congénito moderno). La modernidad sólo fue posible excluyendo y negando toda otra forma de vida; por eso las revoluciones se hacen conservadoras: luchan contra el orden pero, al final, lo reafirman como lo único posible, porque no creen en otra cosa que no sea lo moderno.
Ahora la modernidad ha entrado en crisis terminal. Por eso el carácter revolucionario de nuestro proceso consistía en que, desde lo negado, se hacía posible imaginar un nuevo horizonte de vida, un nuevo Estado, una nueva política, una nueva economía. Pero, cuando se daban las condiciones objetivas de partir de lo más propio, la paradoja señorial nos mostraba que la dirigencia del proceso, las condiciones subjetivas, otra vez, no se hallaban a la altura del acontecimiento, entonces ¿qué podían hacer sino restaurar el mismo Estado del cual no eran libres? Como dicen los que saben: es más fácil, salir del mundo, que el mundo salga de uno.
La misma Constitución declara en su prólogo que “Bolivia es un Estado plurinacional… con autonomías”. No dice un Estado autonómico. La diferencia es lo que hay que aclarar. Desde la Asamblea hasta la actualidad, el gobierno ha gastado una considerable cantidad de recursos en contratar “expertos” en procesos autonómicos y teorías de la autonomía (entre los mismos asesores que tuvo el Ministerio de Autonomías figura gente que estuvo en las “mesas de concertación” y que, además, estuvieron siempre en contra del proceso constituyente); “expertos” que sabían bien de todo menos de lo más elemental: nuestro propio país. Nuestros intelectuales, consumidores netos de las ideas de afuera, se dieron a la tarea de imitar en suelo nuestro aquello que se teorizó en países como España, Bélgica, Canadá, etc.
Vale la pena recordar que en esos países aquellas teorías sólo fueron eso, teorías, pues todos ellos enfrentan, desde hace un buen tiempo, serias amenazas de desintegración que no pueden ser superados por ningún modelo autonómico. Porque la unidad nacional, necesaria en esta transición geopolítica global, no pasa por cuestiones técnico-administrativas, de descentralización, o por razones culturalistas. La vigencia y legitimidad de un Estado –y de su soberanía política– tiene que ver con algo que los propios clásicos de la filosofía moderna reconocen: el Estado es la consciencia del pueblo, es el universo ético de un pueblo hecho objetividad. El pueblo que se constituye en sujeto, instituye su universo ético como contenido normativo de su existencia política. Es decir, no hay nada más racional que partir de lo más propio, un pueblo que parte de sí se hace, de ese modo, real.
El modelo autonómico es apenas un modelo de administración de las funciones públicas; no llega a constituir una nueva normatividad porque es una expresión actualizada del paradigma liberal. Su popularidad consiste en que pretende responder a una necesidad: la mejora de la performance estatal. En ese sentido, su adopción, en el mejor de los casos, responde a inquietudes de carácter técnico. Como en la medicina, la política imperial produce la enfermedad para luego vendernos la vacuna; destruye la soberanía de nuestros Estados para después financiar modelos, que los producen las academias del norte para reafirmar nuestra dependencia. En ese sentido, los modelos autonómicos también pueden ser caballos de Troya, como el impulsado por los gringos para balcanizar a la ex Yugoeslavia.
Todo lo que predicaba la oligarquía camba provenía, en gran parte, de los famosos acuerdos de Rambouillet, del cual USA y la OTAN se sirvieron para acabar con la soberanía de aquel país. La negativa inicial al discurso autonomista fue por ello coherente; pero en la reposición del orden instituido, la misma retorica oligárquica fue asimilada, quedando el nuevo horizonte conceptual como un mero disfraz de la nomenclatura liberal que había sido restaurada bajo el apelativo de Estado plurinacional. No sabiendo en qué consiste aquello, se tenía que proponer un modelo estatal con algo; abrazar un modelo autonómico fue la única opción ante la ausencia de proyecto plurinacional. Por eso el Estado que se dedujo no podía acabar con la ley 1178 ni con el decreto 21060, porque lo único que se perfilaba era lo que ya había producido el neoliberalismo: un Estado administrador. Esta nueva descentralización de funciones en la ejecución pública, reactualizaba la ley de participación popular que, en los hechos, sólo había democratizado la pobreza y la corrupción.
Lo único logrado, hasta ahora, en el proceso autonómico, ha sido la inflación del aparato burocrático del Estado. Una vez respuesta la estructura liberal del Estado, además con el carácter de mero administrador que impuso el neoliberalismo, descentralizar aquello no conduce a hacer más eficaz las funciones estatales; sucede más bien lo contrario, pues para justificar delegaciones de poder y decisión, se tienen que incrementar conductos de transmisión de decisión y ejecución, lo cual ralentiza la propia gestión pública; sumado a ello la pugna hasta jurídica entre competencias que no siempre están definidas del todo.
Pero, y esto es lo grave, resulta hasta un contrasentido optar por una descentralización radical de algo cuya unidad es todavía bastante frágil. El gobierno parece haberse dado cuenta de ello, pero tarde (quizás por eso los estatutos patrocinados por el oficialismo no ceden mucho poder). La estructura liberal del Estado boliviano nunca produjo unidad nacional; siendo colonial y respondiendo a intereses que ni siquiera eran los propios, lo único que se requería era una fiel administración de aquella transferencia unilateral de valor hacia afuera: los intereses de afuera prevalecían ante los nuestros porque el Estado mismo estaba estructurado para hacer prevalecer aquello. Toda la estructura administrativa y legal que no fue desmantelada sino hasta reforzada, no ha hecho otra cosa que reponer la ineficiencia, la corrupción y hasta la desigualdad al interior del mismo gobierno. La legalidad vigente, así como no ampara nada que no sea el mercado y el capital y hace imposible otra economía que no sea el capitalismo, así le priva al Estado de identidad y universo ético propio. No parte de sí, por tanto, no vive para sí.
Un Estado plurinacional tenía la prioridad de reconstituir a las naciones que le constituyen y le dan sentido de vida. El contexto actual de crisis civilizatoria y crisis climática era el más idóneo para proponer, de modo hasta global, un nuevo paradigma como superación de la orfandad utópica que ha dejado una modernidad en crisis terminal.
Para consolidar una hegemonía (que no es dominación) se precisa consolidar una política de Estado, la cual, por legitimidad horizontal, tiene que hacerse doctrina estatal, es decir, ideología nacional. Si no hay esto primero, autonomizar sus funciones es un contrasentido, pues en la lucha por el poder, cuando ésta se ha universalizado hasta los estratos más bajos, sólo puede tener como fin la fragmentación y hasta la desintegración. Si la política de Estado no se ha hecho ideología nacional y doctrina propia de todo el conjunto estatal, el conjunto de competencias locales y nacionales no concurren sino hasta se oponen. Las autonomías mismas aseguran el poder local de las elites y, en una suerte de pacto fáustico, una vez “normalizado” el Estado, gobierno y oposición sólo juegan a quién dobla el brazo del otro.
Un proyecto estatal no es algo que se produzca por inercia institucional; no es lo técnico lo que prescribe la identidad y la soberanía de un Estado, sino lo político. El horizonte plurinacional, su clarificación, era la materia política de la nueva potencia popular; pero abandonado ese horizonte, lo que tenemos en la arena política es sólo discusiones de carácter técnico, cuando es lo político del Estado lo que no se halla resuelto. Esto se hizo manifiesto en las últimas elecciones, allí había de todo menos discusión política; ni siquiera el tema del mar provocó una seria reflexión de carácter geopolítico que proponga una consecuente política de Estado.
En esta coyuntura, cuando viene menguando el carácter revolucionario de nuestros procesos, el gobierno sólo apuesta a su sobrevivencia y, como no es capaz de producir hegemonía, opta por la dominación, es decir, por la legitimidad vertical (propia del poder que manda, no del poder que obedece). Poco ya importa el resultado del referéndum; lo triste es ver cómo el Estado plurinacional ha ido perdiendo su carácter revolucionario y ha ido reponiendo las prerrogativas del Estado liberal que queríamos superar. Performativizar las funciones estatales parece ser la única prioridad ahora, cuando la estabilidad lograda es sólo aparente. Kissinger dijo alguna vez que la estabilidad europea y gringa se la debía tan sólo al bienestar económico y se preguntaba, ¿qué pasará cuando ese bienestar acabe? Lo mismo podríamos preguntarnos ahora.
La estabilidad lograda es sólo circunstancial y aparente y no basta para afirmar lo esencial de todo porvenir estatal: la unidad nacional. Ésta es siempre acompañada del sentido de país que produce un proyecto que ha producido un máximo de disponibilidad común. Este máximo es lo que configura la unidad nacional. En nuestro caso, este máximo de nueva disponibilidad es lo que se había articulado en torno al horizonte propuesto por el sujeto plurinacional. En el proceso autonómico desaparece este sujeto y todo se reduce a la dictadura de las lógicas institucionales. Por eso se devalúa lo político en beneficio de lo técnico. Pero el Estado, como mero administrador es producto, precisamente, de un puro razonamiento técnico; ahora, como no se puede solucionar un problema con el mismo conocimiento que lo ha creado, resulta paradójico que, a nombre de Estado plurinacional, se pretenda constituirlo con la misma normatividad liberal que reivindican las autonomías.
En este sentido, reivindicar lo político del Estado quiere decir, explicitar el horizonte de sentido que han producido los pueblos y naciones indígenas, el sujeto plurinacional, para que el Estado encarne aquello como el contenido mismo de su existencia. Sólo dentro de aquello tendría sentido una descentralización político-administrativa, cuya prioridad manifiesta sea la reconstitución de los sistemas de vida indígena-originarios, la potenciación de su contenido comunitario, como el contenido propio de un Estado que se proponga la restauración del equilibrio sistémico de la PachaMama, condición sine qua non para resignificar un sistema de la producción cuyo criterio de racionalidad sea la producción y reproducción de la vida, como respuesta nuestra a la crisis climática que ha originado el capitalismo y el mundo moderno.  


La Paz, Bolivia, 19 de septiembre del 2015
Rafael Bautista S. 
autor de “la Descolonización de la Política.
Introducción a una Política Comunitaria”,

Plural editores, la Paz, Bolivia
rafaelcorso@yahoo.com

EL MOPOSI A LA HORA DE ELEGIR

Cuando las economías más desarrolladas del mundo como la China detienen su crecimiento empujando al desempleo a Países enteros que detienen su desarrollo atado al gigante asiático.

Cuando es este planeta totalmente convulsionado por la lucha entre el capitalismo feroz y los pueblos que pelean por sobrevivir, América Latina y en especial la Argentina se conforman como el “único” bloque en el mundo que mantiene su crecimiento y sus trabajadores y sus pueblos mantienen niveles de ocupación dignas.

Cuando vemos las imágenes de una Europa en llamas, producto de las mismas políticas liberales y de ajuste estructural que nosotros sufrimos desde 1976, consolidadas en los 90 y que culminaron en aquellas jornadas del 2001, donde un presidente que huyo en helicóptero no sin antes regar con sangre de trabajadores la Plaza de Mayo, que solo exigían por el derecho de vivir dignamente.
 
El MOPOSI, Movimiento Político Social Sindical Morón, como genuina expresión de los trabajadores y las organizaciones sociales del distrito y siendo conscientes que cualquier opción alternativa a la interrupción del proceso de desarrollo con inclusión social que hemos iniciado en el 2003, va a representar una catástrofe social y política que nos arrastrar a lo peor de nuestro no lejano pasado de desocupación y resistencia. Convocamos:

  • A votar a favor del gobierno que nos deja un País con la desocupación más baja de su historia, donde se erradico el hambre y la olla popular.
  • A votar a favor del gobierno que nos deja en inmejorables condiciones para avanzar sobre lo que nos falta: mas tierra, techo y trabajo para los que aun no lo tienen, como nos dice el Papa Francisco.
  • Convocamos a votar en contra de los que negociaron con las cloacas de Moron , los que cerraron la Cantabrica, los que produjeron el cierre de cientos de negocios en Moron con las mismas políticas económicas corruptas que hoy propone el Pro y sus economistas.
A la otra oposición, a la que pretende acompañar algunas medidas de nuestro proyecto y otras no, o que hace propuestas incumplibles, porque no dice de donde sacaran los fondos, les decimos, “NO ENGAÑEN A LOS COMPAÑEROS”, pues si los siguen los harán perder todo lo ganado, en manos de los prestamistas internacionales, a los que llamaran para meternos en deuda y mas deudas que habrá, que pagar para empezar de nuevo.
A los dirigentes el FPV, les advertimos que Nuestros Conductores, Cristina y Scioli nos han hecho razonar a “todos” en que hay que modificar errores de conducta, rectificar rumbos, modificar lo que haya que modificar y priorizar la unidad en defensa de un Proyecto común, donde el que gana gobierna y el que pierde acompaña, para que no seamos funcionales a quienes quieren destruir lo logrado por el Proyecto Nacional y Popular, en estos últimos trece años de gobierno del Frente Para la Victoria.
Algunos han elegido “quedarse fuera de la foto de la historia”, les dijo nuestra Presidenta Cristina a los industriales en su día para que no repitan errores del pasado.
  • Que la otra opción que los medios concentrados de comunicación subordinados al poder económico financiero nos muestran, nos van a volver a llevar al Moron de los comercios cerrados, de una Cantabrica vacia de empresas y a nuestras escuelas y parroquias convertidas en comedores para los hijos de los trabajadores desocupados.
SR. VECINO
  • No dejemos que el árbol de las justas demandas incumplidas nos tape el bosque de lo ya logrado, Moron no es una isla autónoma, forma parte de una Provincia y de un Pais que no quieren volver al pasado.
  • Por todo lo expresado convocamos a votar el 25 de Octubre a los candidatos del Frente Para la Victoria que hoy expresan el Proyecto Nacional que encarna nuestra Presidenta Cristina Fernandez de Kichner; Daniel Scioli como Presidente de la Nacion, Anibal Fernandez como Gobernador y Hernan Sabatella intendente.

GRACIAS NESTOR, GRACIAS CRISTINA VAMOS POR LO QUE FALTA

martes, 8 de septiembre de 2015

Defender a nuestra pieza en el gran tablero internacional

Por Daniel Chaves

   Partiendo de la premisa que sugiere el título para estas reflexiones, resulta imposible pensar a nuestra actualidad nacional desprendida del inquietante panorama internacional, a la vista de los acontecimientos que se superponen uno tras otro, sembrando muertes e incertidumbre hacia un devenir plagado de tormentas.

   Los procesos neoconservadores avanzan con considerable premura por la casi totalidad de las tierras latinoamericanas, apelando a diversas estrategias pero con un factor en común, que es la aplicación de los denominados “golpes blandos”, graduales aunque vorazmente desestabilizadores y que se pueden visualizar por estas horas arreciando contra los gobiernos legítimos de Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina. Cada cual con su esquema y en distintas etapas de desarrollo.

   Del otro lado de la trinchera, se evidencian esperables desgastes en los gobiernos populares, como lógica consecuencia de la continuidad al mando de los poderes ejecutivos, que han venido encabezando y defendiendo con más luces que sombras. Y aun así, las distancias programáticas, intelectuales y militantes que ostentan las fuerzas populares por sobre los integrantes del campo pro-imperialista, suelen ser más que significativas. No sería posible, de otro modo, conservar la iniciativa política contra quienes cuentan a su favor con el beneplácito del establishment en sus múltiples variables (multimedios, mayoría del poder judicial, servicios de inteligencia extranjeros, oligarquías locales, líderes políticos opositores, embajadores de las principales potencias del llamado Primer Mundo, etc.).

   Si el público lector se deja guiar por los dramas que ocurren en otras latitudes, y observa sin la lupa del conglomerado mediático opositor, los datos de nuestra realidad cotidiana, verá con simpleza que no todo está tan mal en nuestro país. Más bien por el contrario, y a lo largo de estos primeros ocho números de la publicación hemos abundado en demostraciones concretas de esto que se afirma en estas líneas.

Riesgo para el propio campo. Y superación del mismo

   Un riesgo en el que no debe caer la militancia del campo nacional y popular (entendiendo su importancia primaria por aquello de que “el fuego calienta desde abajo”) es caer, acaso por cierto conformismo emanado de arriba hacia abajo, en la “filosofía” de Groucho Marx, cuando entre hilarante y ácido, el humorista sostuvo “estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”.

   A la larga, nada se sostiene sin avanzar, sin “profundizar”. Se entiende por “profundizar” un proceso emancipador, más allá y complementariamente a los logros concretos, avances tecnológicos, habitacionales, educativos, científicos, también la “profundización” de la coherencia y la consecuencia entre el pensamiento y la acción para alcanzar determinados objetivos. No todo da igual. Que se entienda claramente: no vale todo en la lucha por llegar a la cima, al menos si pretendemos respetar la búsqueda superadora y transformadora, en términos integrales, de nuestra sociedad.

   Es imprudente andar a los volantazos, haciendo giros abruptos entre lo que se afirmaba tiempo atrás sobre determinado asunto, y lo que se puede discursear en el presente y según cada circunstancia. Ahí se desploma toda consecuencia y emerge triunfante, ya en la cotidianeidad y no sólo en viejos sketch humorísticos, el “grouchomarxismo”.


   Superada esta peligrosa y cómoda tentación al estancamiento y el más venal oportunismo, cueste lo que cueste, pero con más debates, con más politización social, enriqueciendo la formación intelectual a escala masiva y redoblando la movilización popular no sólo para actos patrios y festivos… el futuro será nuestro. Por mayores operaciones que lancen en permanente bombardeo quienes tienen abundante fuerza financiera, jurídica, mediática e imperialista para erosionar gobiernos democrática y popularmente elegidos. Pero que carecen, siempre, de la razón en sus propósitos y fundamentos. 

“Nos estamos peleando por el mejor camarote del Titanic”

Se presentó el nuevo libro de Eugenio Zaffaroni ante nutrida concurrencia


 La Casa de la Cultura Popular “Diego Armando Maradona”, ubicada en los límites de Villa Sarmiento y Haedo, organizó la presentación del libro de reciente aparición, “El Derecho Latinoamericano en la fase superior del colonialismo”, de Eugenio Raúl Zaffaroni.

   Dicha actividad, moderada por el militante y referente local Lautaro Valenzuela, contó con la presencia de dirigentes políticos, personalidades de la docencia universitaria, estudiantes de Derecho y decenas de militantes de diversas agrupaciones del campo nacional y popular. Se incorporó, otorgándole más brillo a la actividad, el fiscal Jean Garcés, quien elogió a nuestro país en cuanto al trabajo que continúa librando vinculado a políticas de Derechos Humanos, y en la investigación y enjuiciamiento de los responsables de los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar. Afirmó que en estos aspectos, Argentina aventaja a Chile y a España, países en los cuales prosigue una fuerte reticencia a investigar los horrores de sus dictaduras de corte fascistas.

Expone Zaffaroni

   El ahora Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Eugenio Zaffaroni, describió los elevados índices de muertes violentas que aquejan a América Latina, con puntos elevados en México y algunas ciudades de Guatemala, y aclaró que Argentina, Uruguay y Chile aún ostentan, en promedio, los índices menos elevados de toda la región.  “No es por azar… simplemente es porque estamos afuera de la ruta de la cocaína, tenemos menos contradicciones sociales, tenemos una sociedad quizás menos estratificada como la poseen países hermanos, una favelización menor”.

   Denunció el encubrimiento sistemático que otorgan los grandes emporios multimediáticos de México y Brasil (Televisa, O´Globo) sobre esta problemática, reduciendo la cuestión a un eventual asunto de “esencia salvaje” del nativo, lo cual connota un claro discurso racista y que desvía la atención de la responsabilidad que posee en esto el constante “proceso colonizador con el cual somete el imperialismo a estas naciones”.

   Arguyó que lo que ponen en juego los grupos del Poder real, es garantizar “sociedades 30-70, esto es, con un 30% de incluidos y 70% de excluidos, a los cuales se tiene que controlar de una manera perversa: haciendo que se maten entre los excluidos, y agudizando las contradicciones entre los mismos. En la medida en que se matan entre ellos no pueden dialogar; en la medida que no pueden dialogar no pueden coaligarse; y en la medida que no puedan coaligarse no podrán tener una intervención política positiva ni coherente. Y esa es la forma perversa de control que estamos teniendo en América Latina” puntualizó.

   Añadió el fenómeno de los “suicidios conscientes e inconscientes, una loca fabricación de vehículos de alta velocidad sin tener las carreteras apropiadas para ellos, se mandan casi todas las cargas –ante la falta de ferrocarriles- por carretera… ¡Nos vamos a matar todos!... sumémosle la gran discriminación que impone el alto costo de la medicina, y todos esos muertos antes de tiempo los vamos sumando en 10 años, nos hemos cargado en la región de una ciudad de respetables dimensiones. Es decir, nos hemos hecho nuestra bomba de Hiroshima sólo que con un poco de paciencia. Es un genocidio por goteo… Y tiene relación directa con el primer derecho por el que peleamos, que es el derecho al desarrollo y la independencia”.

   Definió a América Latina como “el resultado sincrético de todas las marginaciones del colonialismo en el planeta. Todo lo que despreciaron ellos se sincretiza entre nosotros”.
Finalizó su exposición alertando sobre los conflictos y los genocidios que depara el siglo XXI “me refiero a los efectos que va a producir el sistema de poder irracional que pesa sobre nosotros a escala mundial. Un 40% de la población –calculada generosamente- va consumiendo más de lo que necesita, y un 60% no tiene lo más básico para sobrevivir, y vamos agravando las condiciones de habitabilidad del planeta. La Tierra tiene mucho tiempo por delante, tiene su propia historia; los que no tenemos tiempo somos nosotros, que estamos caminando por arriba del planeta, de modo  que éste puede ´estornudar´ en cualquier momento y sacarnos cuando le molestemos demasiado. Y le estamos provocando el estornudo, con un proyecto de recalentamiento, trágico, que los países centrales se ocupan de ocultar, con aquello de que ´ya pasó en otras épocas´. Los científicos de Naciones Unidas dicen que si pasamos 2 grados de recalentamiento global las consecuencias son imprevisibles; hemos pasado ya 1 grado… y no paramos de seguir quemando petróleo, quemando carbón, sacando gas en fracking, y entre el carbón y el gas metano seguimos calentando este hornito en el cual vivimos todos. Lo cual puede generar desplazamientos masivos de poblaciones…” al tiempo que remató explicando que “este problema está vinculado al sistema de producción que se aplica en todo el planeta, al aumento de consumo, lo que constituye un sistema suicida. Y nos estamos peleando por el mejor camarote del Titanic, mientras el Titanic se encamina hacia el iceberg”, alertó y advirtió que el escenario trazado no está tan lejano, en tanto recordó que frente al riesgo de una subida del nivel de los mares, “la provincia de Buenos Aires podría sufrir una catástrofe, por lo cual ya las Fuerzas Armadas deberían ir ocupándose de organizar estas hipótesis de conflicto”.


   Exhortó a la audiencia a trabajar para forjar una sociedad y un mundo “menos irracional”, a los fines de evitar el panorama anteriormente descripto. 


JUEGOS DE PODER “TRAMPARENTES”

Por Juan Carlos Dennin

    Aunque parezca una narración maquiavélica que las grandes mayorías no hayan podido leer, la campaña oculta para las elecciones presidenciales de este año ha comenzado hace ya mucho tiempo. Lo que se pone en juego en estos comicios va mucho más allá del nombre del candidato que surja como ganador. Lo que está en juego es la continuidad de un modelo que con aciertos y errores llevó adelante al país, o su cambio por lo que los sectores fácticos o corporativos van a llevar  adelante con la forma de un neoliberalismo restaurador.

    El primer intento comenzó a desarrollarse a mediados de 2013, año en que se realizaron elecciones de medio término. En julio de ese año, Sergio Massa armó el Frente Renovador, gana las elecciones, y se convierte en la “gran esperanza blanca” para las presidenciales.  Para ello contaba con vínculos dentro de la SIDE, ya que el número dos de la misma, Francisco Larcher,  se  había pasado al massismo.  Confirmando el hecho, en la mesa de invitados de honor, en la fiesta de casamiento de uno de sus hijos se sentaron Sergio Massa y su mujer, junto al ex jefe de Operaciones de la SIDE, Jaime Stiusso.  Lo que era una simple sospecha, se ratificó como realidad.
  
   El Gobierno se percató, a fines de ese mismo año, que la SIDE no lo había prevenido sobre la ola de saqueos y la sublevación de varias policías provinciales, Gendarmería y Prefectura, que estalló el 15 de diciembre pero que estaba preanunciada en las redes sociales. La “jugada política” estaba ampliando su curso.
  
   En diciembre de 2014 apareció en You Tube un video del gobernador Daniel Scioli en EE.UU., subido por un usuario anónimo, “José González”, quien solo publicó ese video.  Inmediatamente la corporación multimediática difundió a través de todos sus medios que se trataba de la primera operación de campaña sucia montada por el kirchnerismo, ya que no acordaba con el accionar del candidato. Lo cierto es que ese video había sido grabado en un área restringida del aeropuerto de Miami, al que solo tenía acceso el personal de inteligencia. Aunque no se pudo comprobar, el camino de las sospechas se dirigió  hacia la cabeza de los espías de  nuestro país.  Llamó la atención que, en días posteriores, Stiusso trató de tender puentes hacia el gobernador, a la vez que otorgaba una polémica entrevista a la revista Noticias.
  
   El accionar político de los grupos de poder se  ramificaba. En paralelo, se conjetura que Jaime Stiusso y el fiscal Nisman habían comenzado a elaborar la falsa denuncia contra la Presidenta, por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados del atentado a la AMIA. Ese plan lo iba a hacer estallar el fiscal durante las elecciones de octubre de este año. ¿Cómo direccionaría su voto el imaginario popular con su Presidenta involucrada en defender a quienes asesinaron a tantos inocentes en la AMIA?
  
   Luego del descabezamiento de la SIDE, de los fallidos intentos de responsabilizar al Gobierno por la muerte del fiscal, de los errores de la oposición política y la caída de apoyo popular a Sergio Massa, el enfoque político de los poderosos en las sombras cambió. Quienes pretenden ser los  “dueños del país” dieron por agotada esta fase de su proyecto, y decidieron aplicar su “plan B”.  Mauricio Macri sería el candidato al que brindarían todo su respaldo.
  
   La idea primigenia era encolumnar a todo el arco opositor dentro del espacio político por construir. Pero como empiezan a tallar las apetencias personales, la herramienta electoral quedó conformada por la Coalición Cívica ARI, el PRO y la Unión Cívica Radical.  La similitud con la Unión Democrática que enfrentó en 1946 a Juan Domingo Perón era evidentes: habrían que unificar los criterios de los sectores altos y medios altos de la sociedad para luego arrastrar votos de sectores medios y bajos para derrotar a lo que ellos despectivamente llaman populismo.
  
   De lograr ellos la presidencia de la Nación, el panorama social de Argentina se oscurecería rápidamente.  Si prestamos atención a distintos integrantes del sector mayoritario de Cambiemos, el PRO, esto queda a la vista. La mayoría de gurúes e incluso aspirantes a ocupar la cartera de Economía, como Carlos Melconián,  José Luis Espert, Miguel Angel Broda o Federico Sturzenegger hablan sin ambigüedades de ajustar la economía.
  
   El plan para apoderarse del Estado lo iniciarían con la venta de las acciones que el Estado posee en diferentes empresas privadas que se encuentran en mano de la Anses, a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).  La operatoria (al que salió al cruce Gobierno el actual con un Proyecto de Ley que intenta evitarlo) incluiría la venta fragmentada de esas acciones a fondos de inversión extranjeros (El Estado Nacional participa en 44 empresas, y 27 de esas compañías, entre las que se encuentran el Grupo Clarín, Edenor, Ledesma Siderar, el Grupo Techint, Aluar, y los bancos Hipotecario, Macro y Patagonia).  Al vender esas  acciones, dejarían, además, sin representantes del Estado en el directorio de dichas empresas.

   De alcanzar este objetivo lograrían, asimismo, el desguace del actual sistema de cobertura social, con lo que retornarían, tal vez con otro nombre, las AFJP.  El valor aproximado de las acciones del FGS es de u$s 7000 millones, sumados  al ingreso y flujo de dólares que el retorno al “mundo” del que Macri dice que estamos aislados, permitirá financiar inicialmente a ese gobierno. Luego podrán cerrar un acuerdo con los fondos buitres en las condiciones que Griesa indique, con lo que sumarían endeudamiento externo como siempre han hecho.  Eso sí,  para el resto de los mortales nos va a quedar una imaginaria tabla de salvación, la propagación de oleadas del individualismo y la desocupación.

  Las especulaciones políticas previas del conglomerado opositor, incluían el triunfo en varias provincias, para llegar con el camino asfaltado hacia las elecciones presidenciales. Pero la realidad de los votos hizo que se despertaran rápidamente de ese sueño. Sin embargo a ellos no les interesa en lo más mínimo la decisión de las mayorías populares, lo único que les interesa es llegar al poder, a como sea. Hasta los propios encuestadores les pintan un panorama bastante complicado, por lo han comenzado a realizar otro tipo de estrategia, como la que han montado inmediatamente finalizada la elección de la provincia de Tucumán. 
  
   En esa provincia, desde los estudios de canal 8, que pertenece a la cadena de Telefé,  los comunicadores de noticias del mismo, comenzaron sus tareas difusoras dando por hecho el triunfo del representante del Acuerdo por el Bicentenario.  Por lo tanto, salían a exteriores  para “obtener” las opiniones de “la calle”.  En paralelo y de forma “espontánea”, ciudadanos de la capital se congregaban en la plaza con carteles con leyendas de “fraude” y o “nuevas elecciones ya”. La respuesta desde el canal era mediante zócalos que calificaban la marcha de “Tucumanazo” y “el Pueblo de Tucumán en la calle.” 
  
   El lunes se produjo otra manifestación, y la transmisión era tomada por TN, y retransmitida en sus programas. Sirvió para que Morales Solá, en su programa, hablase de urnas quemadas, fraude y corrupción, mientras mostraba imágenes de la marcha y sus gritos de “que se vayan todos”, mientras se producía la represión policial
  
   Analizando la continuidad de los hechos, podemos compararlos con el manual de desarrollo de golpes blandos creado en el exterior. El primer paso fue el desconocimiento del resultado del acto electoral por parte de la oposición. Luego, el accionar a través de los medios de comunicación tradicionales, así como también a través de las redes sociales. La primera marcha con familias y niños adelantes, era para dar la imagen de defender la democracia contra el fraude, que inclusive contó con el apoyo de la Iglesia Católica local.  Se supo que el arzobispo Alfredo Zecca, encabezó un conjunto de organizaciones que peticionaron “activar todos los recursos dentro del actual sistema electoral a fin de garantizar la transparencia y legitimidad del escrutinio definitivo”, levantando, de tal modo, las banderas de la oposición. La carencia de documentación que respalde las denuncias por fraude es reemplazada por el diálogo con los periodistas de los medios cómplices de este accionar. Todo vale por acceder al poder
  
   No resulta difícil, gracias al bombardeo mediático, el convertir minorías en mayorías movilizadas para defender a la democracia. Y es más sencillo aún, cuando las convocatorias surgen desde los cuatro puntos cardinales. Lo complicado para el receptor de los mensajes es dilucidar quienes son los “espontáneos auto convocados” que realizan declaraciones a través de los medios. El  “pueblo de Tucumán” que aparece en los zócalos de los noticieros, está conformado, en realidad por militantes de la UCR, de Fuerza Republicana, y del PRO, curiosamente apoyados bajo las mismas consignas por los del PST y del Po.  La fuerza de choque que intentó ingresar a la Casa de Gobierno estaba formada por patovicas traídos de distintas provincias por el gremio de La Bancaria, cuyo secretario general Bourle, logró un cargo legislativo en la elección.  Dos días después, todos los referentes nacionales de la Nueva Unión Democrática aparecieron por TN junto al candidato a gobernador por Cambiemos, Cano, reclamando contra el fraude  y contra el feudo, en que según ellos, se había convertido la provincia.
  
   El accionar de esta alianza política, muestra su rostro destituyente, que será similar de aquí en más. De momento se muestran cuestionando el procedimiento, que si la lista sábana, que si el voto electrónico… pero en realidad apuntan al sistema. Está más que claro que hablan del procedimiento pero dicen “sistema”. Eso les molesta.  Como la mayoría del pueblo no los quiere, ellos tampoco lo quieren porque no respondió como esperaban, no les sirve. La democracia es lo que no les sirve.

  
   En octubre se enfrentarán nuevamente con las urnas, esas que se les han convertido en una muralla infranqueable de la democracia.  Para penetrarla, históricamente la han derribado, destruido, pero somos nosotros los que quedamos debajo de sus escombros…  Se sabe que están dispuestos a todo. ¡A no distraerse, entonces!

Crisis migratoria; EEUU y sus aliados terroristas: principales responsables

Por: Lic. Pablo Santiago

   Los talibanes en su tiempo, la propia organización terrorista Al-Qaeda, y hoy el Estado Islámico: siempre, en todos los casos, EEUU apareció vinculado en la creación y promoción de estas organizaciones, al menos en algún momento, y se sirvió de ellas. Desde el armamento de origen israelí encontrado en Siria, o el financiamiento que Arabia Saudita (aliado estratégico de EEUU) brinda a estas organizaciones terroristas de su misma estirpe sunita, hasta las fotos y reuniones que John McCain (líder republicano) mantuvo con los líderes terroristas en Siria, incluido un dirigente del entonces Estado Islámico de Irak y el Levante (Estado Islámico): son sólo algunas de las tantas pruebas, las más conocidas quizás, que implican directa o indirectamente al gobierno norteamericano en la creación o sostenimiento de estos grupos. No es una teoría conspirativa, es una realidad y continuidad histórica demostrada.

   Pero, ¿por qué? Simplemente porque Estados Unidos sólo existe a través de la guerra y su propia expansión violenta. EEUU actualmente se encuentra gobernado por corporaciones y grupos económicos que controlan en forma concentrada todos los engranajes claves y complejos del Estado, la economía y la sociedad civil en dicho país; y entre las principales corporaciones e intereses que se imponen se encuentra el complejo militar-industrial, las corporaciones petroleras y los contratistas. Esos son los genocidas de esta etapa imperialista. Y esos son los intereses que motivan las permanentes guerras que el imperialismo y sus vasallos europeos, con Alemania como capataz, llevan adelante.

   Vivimos un momento de anarquía internacional, en donde las potencias como EEUU violan sistemáticamente el derecho internacional; se terminó la farsa de la cooperación. Hoy impera el realismo político en las relaciones internacionales. De invasión en invasión, y cuando no con intervenciones indirectas, así EEUU y sus aliados atacan al mundo. Los grupos terroristas son un instrumento que Estados Unidos crea, expande y utiliza, y a través del cual justifica su presupuesto militar, sus negocios, y su presencia, completa o parcial, permanente en Medio Oriente y otros países; grupos extremistas de los cuales EEUU y la Unión Europea se sirven para derrocar a gobiernos que les son reticentes o les enfrentan.

   La guerra en Siria, causa de los cientos de miles de inmigrantes y refugiados que se desplazan, es responsabilidad directa de EEUU, Inglaterra, Alemania y sus vasallos; la camarilla imperialista que agrede a la humanidad. Y es paradigmático que las potencias teóricamente civilizadas, primero hayan contribuido a destruir la infraestructura y la organización social de países como Libia, Irak y Siria, y ahora se desliguen de los inmigrantes que huyen de la guerra y que ya ni siquiera tienen hogar. No sólo eso, hemos visto cómo la policía húngara arrojaba gas pimienta a padres y niños. El imperialismo no posee moral.


   Es por esto que es necesario y una obligación en honor a la verdad, denunciar la responsabilidad de las potencias expansionistas occidentales, de sus monarquías aliadas en Medio Oriente como Arabia Saudita, Jordania o Qatar, y de los grupos terroristas financiados y organizados por EEUU, Europa, y las monarquías tiránicas sunitas. No permitamos que los medios de comunicación vinculados a intereses foráneos vuelvan a ocultar e invisibilizar las responsabilidades políticas de este genocidio indirecto. La prensa imperialista, Reuters, AFP, AP, y todas las agencias vinculadas, trabajan para desviar el eje de la discusión, vaciarla de contenido, y beneficiar a los gobiernos neoliberales, señores de la guerra. Y los medios locales, cuyos capitales corresponden a los mismos intereses, como Clarín, La Nación o Infobae, replican el discurso dominante. El imperialismo existe y mata, por más que le pese a los cómplices del posmodernismo, y el gobierno y la militancia tienen que trabajar para denunciarlo y exponerlo.

Huellas Suburbanas en radio. Testimonio de la infamia colonialista

   El viernes 4 de septiembre tuvimos el honor de reportear, para nuestra audición radial que se emite por Radio La Compañera www.radiolacompañera.com.ar al Dr. Daniel Abbas, médico nutricionista, especializado en medicina del deporte y diabetes. Argentino descendiente de sirios, Daniel Abbas brindó un análisis de la situación de Siria tras cuatro años de conflicto bélico.
   
   Remarcó que Siria es un país laico, con un gobierno elegido democráticamente por el pueblo, el mismo pueblo que lucha contra “terroristas vestidos de Islam, de musulmanes que por supuesto no lo son, y que matan cristianos, judíos, musulmanes, esclavizan mujeres y destruyen el acervo cultural de Siria”.
   
   Aclaró que los medios internacionales “pro norteamericanos, pro sionistas y pro franceses hablan de un régimen sirio, y es un gobierno democráticamente elegido. Entonces no se trata de una guerra civil, sino de una guerra mundial con más de 90 naciones participando, mandando psicópatas en contra de Siria, como ocurrió con Hitler que se rodeaba de psicópatas: esta gente envía esta clase de personas a matar gente en Siria. Y con mucho dolor debo decir que también había argentinos enrolados en el ISIS”.
  
   Enfatizó que el gobierno constitucional sirio conserva un fuerte respaldo popular “aún pasando grandes penurias”.
   
   Señaló que la democracia siria cuenta con la ayuda de países como Irán, Líbano, Rusia, China, quienes facilitan medios económicos y militares, y un adecuado entrenamiento para la modalidad ´guerra de guerrillas´ que se viene librando.
  
   Resaltó que “lentamente el ejército sirio va retomando posiciones y expulsando a los terroristas, a pesar de la colaboración con Turquía”.
   
   Por otra parte, denunció que países como Estados Unidos, Francia y otros de la Unión Europea demuestran con su actitud ante Siria “el colonialismo con el que quisieran reestructurar un nuevo mapa de oriente, en donde Siria –en tanto tapón infranqueable- es una nación a la que buscan destruir desde adentro… están librando una matanza sin ton ni son en nombre de una democracia que Occidente la entiende de una manera y el pueblo sirio la entiende de otra”.
   
   Asimismo, definió al pueblo sirio como “organizado, con muchísimos profesionales y a la mujer ocupando un lugar de importancia como ocurre en un país socialista y laico, tal como lo es Siria”.
  
   En términos de geopolítica, advirtió que Siria es el tapón para llegar a Irán, “donde está el tema nuclear de por medio, y así ya luego someter a todos los pueblos de la región. Se le restaría, de este modo, a Rusia su primacía en Siria, donde posee su base naval más importante fuera del país, en la ciudad portuaria de Tartús”.

   
   Como cierre, brindó detalles desoladores de algunas masacres generadas por el ISIS en la tierra de sus ancestros y donde conserva gran cantidad de familiares, volviendo a acusar tanto a Estados Unidos, Turquía como a los árabes sauditas de estar financiando a los terroristas.