domingo, 29 de noviembre de 2015

TIEMPOS DE RESISTENCIA PARA DEFENDER LO LOGRADO

Por Juan Carlos Dennin


  Al final, lo que parecía casi imposible resultó.  El ingreso de las derechas en Suramérica mediante el voto popular, que anteriormente había fracasado en la Patria Grande, logró colarse a través de Argentina. La estrategia desarrollada, con la  que previamente casi lo habían conseguido en Brasil, pudo imponerse en las elecciones generales de nuestro país.
  La dirección político ideológica fue dirigida en ambos países los monopolios mediáticos, quienes centralizaron como enemigo al gobierno – el kirchnerismo en nuestro país -, responsabilizándolo de todos los males y de que su continuidad todo iba a ser peor. La amplificación de esa situación  vacua que es la corrupción, sobre todo contando con la complicidad de sectores de la casta judicial, fue el arma preferida.  Luego unificaron a candidatos de la oposición  planteando la polarización kirchnerismo/antikirchnerismo, cuando la real hubiese sido neoliberalismo/anti neoliberalismo.
  Aunque desde esos mismos medios ahora se señala que la situación es una mera alternancia presidencial, la realidad nos indica que esto no es así. Son etapas, la que culmina y la que se inicia,  muy diferenciadas por sus políticas, prioritariamente por la inclusión, la redistribución de la renta, así como también por el enfoque sobre la ampliación de derechos que se inició en 2003.
  El accionar en las campañas electorales fue bien diferenciado. Por un lado un candidato con una actitud de pastor mediático, bajo la cual se ocultaba una propuesta de acciones y medidas contenedoras de un gran impacto negativo sobre la economía, primordialmente sobre los sectores más débiles de la sociedad. Sin embargo, ese fue mensaje el que caló más hondo entre los electores que habiendo por sentado aquello de que lo iniciado en 2003 estaba bien eligieron una alternativa de cambio.  La palabra hueca había triunfado.
  Por otro lado, el candidato del Frente Para la Victoria había expresado, en el camino hacia el balotaje, la centralidad del desarrollo nacional en caso de acceder a la presidencia, pero el que diese precisiones sobre las medidas a adoptar no fue prioritario para los votantes.
  El núcleo del pensamiento del macrismo ha sido y seguirá siendo que el “dios mercado” ha de ser quien señale el accionar político a decidir, y que el Estado es el que deberá replegarse, abandonando, disminuyendo o complicando las políticas activas adoptadas en los últimos doce años, y que estuvieron destinadas a proteger a los sectores marginados de la sociedad. El desarrollo que ese pensamiento interpreta es el de  la entrada de capitales foráneos sin barreras de protección, mientras que el planteado por el FPV apuntó siempre al desarrollo de los sectores del capital nacional. Habrá que observar hasta donde llegará a destruir la malla de contención social construida por el kirchnerismo, el sexteto económico que designó Mauricio Macri.
  Jamás, desde las elecciones de 1922, los sectores de poder concentrado habían logrado instalarse en la Casa Rosada sin la intervención de los sectores militares.  Este 2015 quedará como el primer peldaño subido por esos sectores, sin la necesidad de impulsar golpes de estado.
  La síntesis de a quienes representan en realidad esos sectores está siempre fundamentada a través del diario de los Mitre. En 2003, su entonces director Claudio Escribano le había presentado un “pliego de condiciones”, a Néstor Kirchner, quien recién había asumido y presentando en simultáneo, un editorial que proclamaba que “Argentina se ha dado gobierno por un año”.  En esta ocasión le exigió al presidente electo, mediante un editorial rechazado hasta por sus propios periodistas, que se compadeciera del “vergonzoso padecimiento de condenados, procesados e incluso de sospechosos de la comisión de delitos cometidos durante los años de la represión subversiva y que se hallan en cárceles a pesar de su ancianidad”, considerando que la justicia aplicada sobre quienes cometieron delitos de lesa humanidad, y que “constituye una verdadera vergüenza nacional”.
   Desde La Nación se le estaba planteando que defendiese a capa y espada a quienes fueron responsables del mayor genocidio de nuestra historia y que  asistieron a sus cómplices empresariales a instalar el régimen socioeconómico que vació a nuestro país y destruyó su industria. No por casualidad, en días previos habían aparecido pintadas en el ex campo de concentración Mansión Seré, en nuestros pagos moronenses, las consignas “el 22 se termina el curro”, curiosamente las mismas palabras utilizadas meses antes por Macri, refiriéndose a los derechos humanos.
  La resultante de la compulsa electoral ha sido, como lo fue desde nuestros inicios como Nación, un país dividido en dos.  Si utilizamos la chicana usada por la oposición, de la proporción de ciudadanos que no vota a quien ha ganado, podemos observar hoy que el FPV obtuvo casi el 49% de los votos con 12.198.000 sufragios y que, además, hay más de 6.000.000 de ciudadanos que no participaron de los comicios, por lo que tampoco votaron al PRO/Cambiemos. Cifras interesantes para analizar a futuro.
  Lo que preocupa son las decisiones que adopta ilegítimamente esta Corte Suprema adicta a la oposición para allanarle el camino a Macri. Fallos anteriormente cajoneados, han sido emitidos esta semana por Lorenzetti, creando las herramientas que permitan destruir al ANSES y al PAMI. No es casual esta toma de decisiones por parte de la aristocracia judicial, ya que no les interesa nada que no sea su propia ambición de co-gobernar,  y al igual que los sectores que representan, y miran con desdén a quienes pretenden igualdad de oportunidades para todos, y a que la mitad del país haya votado en contra del neoliberalismo.
  La grieta no fue inventada el gobierno saliente. Es una entente creada por quienes nunca han defendido un país con justicia para todos. Esa grieta viene desde el lejano centralismo, desde la Corte Suprema que avaló el golpe contra Hipólito Yrigoyen en 1930, desde los bombardeos de 1955, los derrocamientos de Frondizi e Illía, de los asesinos de 1976, y de  sus continuadores neoliberales  de los ochenta…  Está presente en todos aquellos que defienden que haya argentinos de segunda. 
  En el tiempo por venir surgirán circunstancias difíciles, ya que muchos compatriotas no han prestado oídos a los planteos sobre ajuste.  Hoy están comenzando a comprobar que lo que se había señalado va tomando visos de realidad.  Se  está viniendo encima de Argentina una troika especializada para hacernos  escarmentar por lo hecho durante estos doce años y que  ya ha recibido apoyos foráneos por parte de quienes quieren quedarse con nuestra Patria.

  El campo popular deberá  estar consiente de los escenarios difíciles que están al llegar, con situaciones de represión e invisibilización mediática total. Tan solo en las calles podrá el pueblo ser escuchado. Y será nuevamente en la resistencia donde cobrará vida la reconstrucción del camino iniciado.  Se acerca el  tiempo de las autocríticas solo servirá cuando las mismas apunten a la unidad y dejen de lado las pequeñeces.  Se ha vivido una década que ha favorecido al Pueblo.  La sumatoria de la resistencia deberá incluir a quienes se hayan sentido empoderados y a quienes haya que convencer.  Los frentes sectoriales, agrupaciones político partidarias, sectores del poder judicial, de las universidades, así como también habrá que acercar a quienes individualmente se pusieron la campaña al horno. ¡ Habrá que  estar más unidos que nunca para resistir !


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