miércoles, 10 de diciembre de 2014

Internacionales. "España, ¡PODEMOS!"

Por Roberto Maydana
Colaborador especial desde Maidstone, Inglaterra

   El ex Presidente Néstor Kirchner, si aún estuviera entre nosotros, seguramente hubiera utilizado en algún foro, su ya famosa frase "¿estás nervioso, Clarín?" pero con una pequeña variación. Ante los líderes mundiales, haciendo uso de su valor, le hubiera gritado a España y por qué no a Europa ¿Qué les pasa europeos de derecha, están nerviosos?

   Durante los años que viví en Galicia, me tocó vivir de cerca el nacimiento, crecimiento y posterior desaparición del fenómeno de los indignados, que surgió con mucha fuerza en 2011 y llevó a cabo innumerables protestas callejeras (y pacíficas) para reclamar soluciones en medio de la crisis que azotaba (y aún azota) a España. El boom fue increíble y aquellos que veíamos que toda Europa era más de derechas de lo que imaginábamos cuando vivíamos en Argentina, sentimos un soplo de aire fresco y una esperanza emocionante ante la aparición de la también llamada Spanish Revolution.

   Sin embargo, una vez superado el clímax, el fenómeno de los indignados fue perdiendo fuerza día a día, gracias también a las campañas en su contra por parte de los defensores de lo mismo de siempre (El establishment, los medios) y todo quedó relegado a una locura juvenil, "de zurditos y comunistas" como le gustaba afirmar al ultra conservador canal de televisión Inter-economía.

   Todo volvió a la normalidad española, o sea a lo que yo denomino "quejas desde el sofá" Las manifestaciones perdieron fuerza, la gente no acompañaba, pero vos hablabas con cualquier persona y todas pedían un cambio, se quejaban de la crisis, te contaban cómo perdían sus empleos, criticaban al Presidente Rajoy y a la Eurozona... pero desde la comodidad de su sofá.

   El que no se quedó sentado fue Pablo Iglesias, de apenas 36 años y líder de la ahora mundialmente famosa Podemos, quien pasó de ser un tertuliano de televisión y profesor de universidad a ser la cara visible del recién nacido partido político (no tiene ni un año de creación) que puede derrumbar el histórico bipartidismo español (PP, PSOE) en las próximas elecciones generales. En enero de este año se presentó Podemos y dos meses después su partido logró cinco escaños en el Parlamento Europeo, desde el cual realiza fantásticos discursos que asustan a los dinosaurios de siempre.

   De clara tendencia de izquierda, ateo, nieto de un socialista humanista condenado a muerte por el franquismo, hijo de una abogada de Comisiones obreras y de un profesor de historia, además de marido de Tania Sánchez Melero, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, Pablo Iglesias sorprende a la oligarca Europa, con una serie de medidas que a los latinoamericanos nos parecen lógicas pero que tienen muy nerviosos a los empresarios y medios de comunicación de España, medidas entre las que se destacan 1) Educación pública, gratuita, laica y universal 2) Reestructuración de la deuda externa 3) Amparo frente a los desalojos 4) Eliminación del copago sanitario y los procesos de privatización 5) Reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales y de la edad de jubilación a 60 años 6) Derecho a una renta básica para todos y cada uno de los ciudadanos 7) Aborto libre y gratuito...

   Entonces la batalla mediática mostró sus afiladas uñas: "zurditos", "comunistas", "partido populista", "Amigos de los dictadores cubanos y venezolanos y de ETA", fueron solo algunas de las calificaciones que recibió Podemos, a quien además, día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, vigilan, analizan, observan en detalle a fin de encontrarles algún error, o si no lo inventan, como cuando aseguraron que Pablo Iglesias había viajado en avión de primera clase, lo que resultó ser una mentira gigante como una casa que el mismo líder de Podemos, mostrando la copia de su pasaje en clase turista, se encargó de resolver.

   Porque Pablo Iglesias es de una generación que ya conoce las enormes presiones, campañas mediáticas y cadena de acusaciones que deberá soportar por parte de los nerviosos conservadores que ven venir la posibilidad de perder sus privilegios. Porque Pablo Iglesias es joven y con energía y tanto él como su equipo saben manejar las redes sociales (claves para su crecimiento) como pocos y no necesita de los poderosos canales de televisión o periódicos para llegar a la gente, porque la revolución de Podemos, a diferencia de los Indignados, tiene una base, una estructura, un programa y gente capacitada, no solo estudiantes con ganas.

   Podemos no para de crecer y, según el periódico El Mundo, "Si las elecciones fueran ahora, el nuevo partido ultraizquierdista superaría por dos puntos porcentuales al PP y por siete al PSOE"

   Creo que ni ellos mismos se imaginaban un ascenso tan vertiginoso. Ojalá pueda resistir al gigante acoso mediático. Ojalá Pablo Iglesias no tenga un accidente casual...

   Ya lo dijo el catedrático de Ciencias políticas y coautor del programa económico de la formación, Vicenç Navarro:

   "Estamos viendo, pues, el intento de destruir por todos los medios imaginables un movimiento que se considera amenazante a la estructura de poder financiero, económico, y por lo tanto político y mediático, de este país"


¿Qué te pasa Europa, estás nerviosa?

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