jueves, 8 de septiembre de 2016

Un ejemplo histórico. EL PODER DE LA UNION DE LOS TRABAJADORES

Por Lic. Roberto Coluccio
Gerente de Banco.

Parece que los hechos que vamos a relatar ocurrieron durante el proceso de la Revolución Industrial pero en realidad ocurrieron hace menos de 50 años…

En 1968, 187 mujeres unidas fueron capaces de cambiar una injusta costumbre en una empresa de nombre mundial, FORD. Y proyectar los beneficios que lograron a todo el Reino Unidos y luego a todos los trabajadores de Europa continental. Su lucha sirvió luego para imponer en la sociedad inglesa, un debate sobre la igualdad de género relacionado con los derechos laborales, condiciones de trabajo y la igualdad en los salarios. Qué derivó en la sanción de la ley de Igualdad Laboral, en 1970. Luego la Unión Europea hizo suyos estos principios, plasmados en los convenios de ese bloque, que todos los países deben suscribir, adaptando sus propias leyes laborales.

Para aquella época, FORD, era el fabricante más grande de autos en Europa, de su fábrica de Dagenham, salían 3000 nuevos autos por día. Y uno de los mayores empleadores privados del Reino Unido. Tenía 55.000 trabajadores y solo 187 trabajadoras en dicha unidad productiva. Es decir estas valientes mujeres no tenían enfrente un actor secundario. Tampoco tuvieron en principio el apoyo de sus colegas varones, que veían sus reclamos con mezquina preocupación. Ni de la organización sindical que la agrupaba. La sociedad inglesa en general tampoco veía con buenos ojos los reclamos. Igualmente ellas emprendieron el camino de la lucha por sus derechos, solas, pero con coraje, en unidad y organizadas.

Las costureras de la FORD, trabajaban en un lugar sucio, oscuro. Era un improvisado taller de confección de los tapizados de asientos, con paredes descascaradas y poco ventilado. Tampoco cobraban el salario que les correspondía, porque en realidad le pagaban menos que a los operarios de sexo masculino, y no estaban categorizadas de igual forma. Al principio su representante sindical era un delegado varón. Luego en una asamblea es elegida RITA O´GRADY, mujer incorruptible, esposa y madre de dos pequeños. Al tomar conciencia de la desigualdad a la que eran sometidas por la empresa comienza el reclamo a la empresa. Inicia el proceso de lucha, al principio en desigualdad de condiciones. Primeramente logra torcer la visión de su propia organización sindical. Luego convence a sus compañeros varones, quienes se adhieren al reclamo. El reclamo gana la calle y las páginas de los medios de prensa, sólo por el poder de las medidas de fuerza y la injusticia que lo origina. En la etapa más crítica del proceso logran paralizar toda la producción de autos FORD.

Al principio el empleador jugaba al desgaste, pero la determinación de estas operarias quebró dicha estrategia y logró que se accediera a satisfacer el elemental reclamo, de “a igual trabajo, igual salario”.

0 comentarios:

Publicar un comentario