Por
Roberto Coluccio
Gerente
de Banco
Para nosotros es un avance más de la
mentira del “libre comercio” que el país del norte quiere imponerles a países
como el nuestro. Mejor dicho a gobiernos como el actual. El Tratado, es un
avance superior al ALCA, que Lula, Chávez y Néstor supieron gambetear, en Mar
del Plata.
El T.P.P. o Tratado de Asociación Transpacífico,
es un acuerdo de “libre comercio” que EEUU intenta firmar con los países de
América; hasta ahora fueron invitados Canadá, México, Colombia y Chile, e
incluye también a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Vietnam, Singapur y
Malasia. De acuerdo con el TPP, cuyos integrantes suman
el 40% del PIB mundial, un patrón global de empresas será creado por sobre los
gobiernos, mediante un sistema de tribunales, los cuales tendrán potestad para
limitar, por ejemplo el acceso a los medicamentos genéricos, y permitir que
empresas de cigarrillos procesen a gobiernos por reglamentaciones en el área de
la salud. No son
pocas las voces que se alzan en contra de este acuerdo en cada uno de los
países, sobre todo en Nueva Zelanda, Australia y Chile.
Las reglas del proceso
de negociación, incluyen no informar a los ciudadanos y sus organizaciones
mientras se negocia, y tampoco a los respectivos congresos. Pero permiten la
participación oficial de unos 600 asesores de Estados Unidos en representación
de corporaciones transnacionales.
Basada en esto, empresas multinacionales como Monsanto pretenden tener el control corporativo en todo el mundo de
alimentos, salud y medio ambiente. Ejerciendo control sobre los
recursos naturales, medios de comunicación, derechos de autor y hasta el
funcionamiento de las farmacias.
De todos, el factor preocupante es el
del alimento. Si el control global fuera efectivizado, semillas que antes eran usadas
por los agricultores en forma gratuita, serán comercializadas solamente por las
empresas globales transnacionales, controlando el alimento, la salud de las
poblaciones y el de ingreso de los agricultores. Destruyendo la agricultura
familiar, en países como Perú y Chile limitando el acceso al trabajo y a la
comida de importantes sectores de la población.
Otro factor preocupante son los
productos transgénicos, que también son defendidos por la multinacional Monsanto.
La modificación genética más preocupante, cuya consecuencia sobre la vida
humana es por lo menos, incierta, involucra insensibilidad a herbicidas a base
de glifosato (productos
químicos que matan malezas o plantas “dañinas”). El Roundup, es el
producto más vendido de Monsanto, que contamina todo, excepto plantas
genéticamente modificadas por la multinacional global. El glifosato es un
asociado esencial de los organismos genéticamente modificados, que son el
principal negocio de la industria de biotecnología en expansión.
Resumiendo entonces, se trata de
NEGOCIOS, NEGOCIOS, Y MAS NEGOCIOS para las multinacionales que pretenden
gobernar en todos los países. ¿Un nuevo intento de profundización del
capitalismo salvaje?
Fuentes consultadas:
Muy claro. Veo aceptable que Monsanto cobre sus semillas y royalties, pero que no impida ni quiera cobrar derechos por la semilla producto de tu propia cosecha.
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