lunes, 1 de septiembre de 2014

¿ Ebola: crisis sanitaria o bioterrorismo ?

por Juan Carlos Dennin

La historia deja enseñanzas y surcos trazados en la vida de la humanidad.  Es vox populi  que los tramos finales de los imperios están matizados por sus peores defectos y atrocidades.  Debe ser esa  la razón por la cual no llama tanto la atención la fase irreversible de declinación en la que han ingresado los EE.UU. en medio de la crisis del sistema capitalista mundial por la que atravesamos.
  Mientras va cayendo la mascarada democrática con la que se han cubierto durante más de un siglo, se hacen visibles los signos fascistoides que la misma ocultaba.  No es casual que en este devenir la elite política de ese país, desde los miembros de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y el Congreso intensifique su diplomacia belicista que les señala el Complejo Industrial Militar, que gobierna entre las sombras.
  Con ese basamento han logrado implementar un sistema mental militarizado que sostiene la pérdida de las libertades ciudadanas y  un gigantesco desarrollo de sus redes globales de inteligencia, lo que les permite espiar adversarios, aliados y a sus conciudadanos. El “Gran Hermano” de la literatura de George Orwell potenciado a su máxima expresión es hoy una realidad.
  Las acciones que se promueven a diario desde Washington apuntan a la generación de profundos cambios geopolíticos globales para “satisfacer sus propias  necesidades”. Son las mismas que Adolfo Hitler denominaba “espacios vitales” y que no son otra cosa que los recursos naturales, allí donde estos estén. Para obtenerlos, no han dudado jamás en poner en práctica todo tipo de tácticas y estrategias.   Intervenciones armadas, crisis financieras forzadas, todo es válido.  Hoy avanzan con los lineamientos de la guerra no convencional.  Se permiten  realizar todo tipo de operaciones, ya sean irregulares, clandestinas, encubiertas, como así también aquellas implicadas en las denominadas guerras de cuarta generación. En este último accionar se engloba el accionar propio de guerra psicológica, mediática, cibernética y… ¿biológica ?
  Debido a la desclasificación de documentación confidencial, como así también a serias investigaciones periodísticas, han salido a la luz antecedentes veraces de este tipo de prácticas. Algunos ejemplos de esas actividades las podemos apreciar a continuación.
- En la década del 40 se inyectó plutonio a pacientes de hospitales, se hizo ingerir radioisótopos a los escolares y mujeres embarazadas bebieron hierro radiactivo.
- Desde fines de los ‘40 hasta los ‘50, estadounidenses, canadienses y británicos rociaron bacterias en Las Bahamas.
- En los ’50, las tropas fueron sometidas a la radiación de las pruebas nucleares en la atmósfera, para conocer sus efectos en la infantería.
- En 1950, las FF.AA. bombardearon San Francisco, Key West -Florida- y Ciudad de Panamá con  bacterias 
“serratia marcescens”, sin advertir a la población.  
- En 1952/53 dispersaron nubes de partículas sintetizadas de sulfuro de zinc-cadmio sobre los alumnos de la escuela Clinton de Minneapolis (Minnesota); Saint Louis, el Fuerte Wayne, el Valle del Monocacy (Maryland), Leesburg (Virginia), otros estados del centro y Winnipeg (Canadá), "para ver cuánto se dispersarían".
- En 1965, agentes del Ejército soltaron el bacilo “globigii” en el aeropuerto nacional de Washington y en la terminal de autobuses Greyhound.
- En 1966, difundieron bacterias sustilus varilus en la estación Broadway, del metro de Nueva York.
-En los años setenta, durante  la guerra de Vietnam, utilizaron unos 80 millones de litros de herbicidas, entre ellos, el tristemente conocido herbicida 'agente naranja', de gran toxicidad por su alto contenido de dioxina, con el que arrasaron millones de hectáreas tanto de bosques como de cultivos, alcanzando a 30.000 núcleos de población.
  Al retornar al presente, podremos observar los avances que han conseguido en esta materia. Es una lástima que esta realidad no permanezca encerrada en libros de George Orwell o Ray Bradbury.  Más bien parece salida de la serie de televisión Helix, en la que un grupo de científicos del l Centro de Control de Enfermedades Infecciosas, se traslada a una remota base para evitar que un virus se expanda por el mundo. Al llegar al lugar se percatan que sus tareas se desarrollarán bajo control y supervisión militar.
  El actual escenario de crisis sanitaria en África abre la posibilidad de que lo que parece ciencia ficción  vaya tomando visos de realidad.  Presentado durante años casi como un mito, o desvirtuadas sus funciones, hoy se reconoce que  Fort Detrick es una instalación del Comando Médico del Ejército de los Estados Unidos localizada en Frederick, estado de Maryland.  Se sabe que las instalaciones allí existentes son empleadas como laboratorio para el desarrollo de armas químicas, biológicas, control de virus de todo tipo, los llamados patógenos exóticos y todo aquello que pueda ser utilizado contra lo que se considere un peligro al régimen establecido. La justificación de que todo acto de acción militar propia es “por un bien mayor” siempre ha dado piedra libre a todo tipo de actividades.
  Dos gigantes farmacéuticos, Mapp Biopharmaceutica o la canadiense Tekmira Pharmaceuticals, trabajan para patentar la píldora mágica contra el ébola. Los oscuros vínculos con el Pentágono, por parte de ambas. y con las mencionadas instalaciones, en particular, hacen pensar que  podrían monopolizar un negocio multimillonario en el mejor de los casos, o. por el contrario, el desarrollar un arma biológica letal.  Hay que tener presente que durante la crisis sanitaria disparada por la gripe A en el año 2008, el halcón vicepresidente Dick Cheney hizo su negocio vendiendo el patentamiento del antiviral Tamiflu, tan eficaz como un placebo, a la multinacional suiza Roche.
 Los directivos de la Organización Mundial de la Salud han aprobado en forma oficial la posibilidad de utilizar en África Occidental un fármaco antiviral denominado ZMapp, que habría dado resultados positivos en Estados Unidos en personas infectadas con el virus. Esto se produjo luego de haber decretado una emergencia mundial sanitaria y de que se produjera el primer deceso en territorio europeo de un religioso  infectado con el virus.
  Todo este contexto en el continente africano, se desarrolla en momentos en que el presidente Barack Obama está urgido a recuperar posiciones geopolíticas en aquel territorio, luego del crecimiento exponencial de la presencia de China por esos lares. De allí, surge el interés del Pentágono en el desarrollo de un antiviral eficaz contra el ébola, que le permitiría establecer “vínculos amistosos” con las sociedades castigadas por el “mal”.  Como contrapartida, hay especialistas que sacan otras conclusiones: la cura del virus también puede ser analizada como su control para reutilizarlo en la infección de poblaciones localizadas en territorios enemigos.
  Las referencias anteriormente citadas indican el inicio de un rumbo elegido. Mucho más cerca en el espacio tiempo debemos recordar que fue el mismo Obama, quien reconoció oficialmente en el año 2010 que el Servicio de Salud Pública de su país había infectado intencionalmente, en la década del 40, y sin previo aviso, a enfermos mentales y presos de Guatemala con sífilis y gonorrea para poder estudiar el desarrollo de esas enfermedades sexuales.  Así como también, según denunció el Serpaj de Paraguay, ocurrió que durante una supuesta misión humanitaria del Comando Sur en el Chaco paraguayo, hace muy pocos años, los marines utilizaron la fachada del ejercicio Medrete para esterilizar forzosamente a mujeres campesinas pobres.

  La actual propagación del virus del Ebola, es la de más extensa duración hasta el presente. ¿Será una mera contingencia sanitaria o será un nuevo ejercicio de bioterrorismo?




2 comentarios:

  1. Durante la época del apartheid en la década de 1980, el Dr. Wouter Basson lanzó en Sudáfrica un proyecto de armas biológicas secretas llamado Proyecto Costa, recuerda el portal de investigaciones independientes Old-Thinker News, y su autor, Daniel Taylor.
    El objetivo del proyecto era desarrollar agentes biológicos y químicos que pudieran matar o esterilizar a la población negra y asesinar a enemigos políticos. Entre los agentes desarrollados se encontraban los virus Marburg y ébola.
    El proyecto se llevó a cabo en los años 1982-1987, cuando se desarrolló una gama de agentes biológicos, como el ántrax, el cólera y los virus Marburg y ébola y para la toxina botulínica
    De acuerdo con un artículo publicado en 2001 por la revista 'The New Yorker', la Embajada de Estados Unidos en Pretoria se mostró "terriblemente preocupada" ante la posibilidad de que Basson revele profundas conexiones entre la Costa del Proyecto y Estados Unidos.


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  2. En 2013 aquel Dr. Basson fue declarado culpable por "conducta no profesional" por el Consejo de Salud de Sudáfrica. La experta en armas biológicas Jeanne Guillemin, investigadora principal en el Programa de Estudios de Seguridad en el 'Massachusetts Institute of Technology' escribe en su libro sobre las armas biológicas: "El proyecto se llevó a cabo en los años 1982-1987, cuando se desarrolló una gama de agentes biológicos, como el ántrax, el cólera y los virus Marburg y ébola y para la toxina botulínica […]".
    El programa de armas biológicas de Basson terminó oficialmente en 1994, pero nunca se produjo una ninguna verificación independiente de que los patógenos creados fueron alguna vez destruidos. Según 'The Wall Street Journal', "la integridad del proceso recaía exclusivamente sobre la honestidad del doctor Basson".
    Basson afirmó haber tenido contacto con las agencias occidentales que le proporcionaban "asistencia ideológica" en el Proyecto Costa. Basson dijo en una entrevista para el documental 'Guerra de Ántrax' que se reunió varias veces con el doctor David Kelly, el famoso inspector de armas de la ONU en Irak. Kelly, que era un experto en armas biológicas en el Reino Unido, fue encontrado muerto cerca de su casa en Oxfordshire en 2003. Aunque según la versión oficial, se suicidó, los expertos médicos lo dudan.

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